La insólita historia de club más popular de Rusia y su estadio donde debuta Argentina

El equipo más popular de Moscú jugaba de "inquilino" hasta hace cuatro años. En su flamante cancha debuta Messi en el Mundial 2018.

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El flamante estadio del Spartak donde debutará Messi
El flamante estadio del Spartak donde debutará Messi

La situación es más o menos así, como si Boca y River hubieran jugado toda su vida como inquilinos en estadios ajenos. El Spartak de Moscú, el equipo más popular del país más grande del mundo, no tuvo estadio propio hasta hace cuatro años, cuando se inauguró el Otkrytie Arena, la sede del debut de Argentina ante Islandia. Si bien el fútbol aquí no despierta las mismas pasiones desmedidas que en la Argentina, los hinchas del Spartak fueron carne de burla de los simpatizantes del resto de los equipos rusos durante casi toda su vida.

"Los del Dynamo y los del CSKA eran los que más nos cargaban. Pero ahora se tienen que callar la boca", dice Dimitriv, un veinteañero que luce una camiseta del Spartak y tiene pintada en su cara la bandera rusa, una de las instantáneas más características del Mundial. Dimitriv habla con Infobae  en inglés a metros de la puerta de acceso para la prensa en el estadio del Spartak, donde decenas de hinchas de todas partes se mezclan para darle forma a la famosa fiebre mundialista.

El estadio donde debuta la selección argentina tiene solo cuatro años y tiene una capacidad para 46.000 espectadores  (AFP)
El estadio donde debuta la selección argentina tiene solo cuatro años y tiene una capacidad para 46.000 espectadores  (AFP)

El caso del Spartak podría compararse con el de Peñarol de Montevideo, acaso el equipo más grande de Uruguay, que siempre hizo de local en el Centenario. Recién el 28 de marzo de 2016, Peñarol supo lo que es tener una casa propia, cuando inauguró su cancha en un partido amistoso ante River en el que los uruguayos ganaron 4 a 1.
A lo largo de su historia (fue fundado en 1922), el Spartak hizo de local en dos estadios: el del Dynamo y el Luzhniki, construido en 1956.

Impactante desde su estética, el estadio donde Messi y compañía comenzarán a tejer la esperanza argentina de conseguir la tercera Copa del Mundo tiene capacidad para 46.000 personas.
"Nos sentimos orgullosos de tener nuestra casa propia y que además sea tan linda", saca pecho Yuri, un joven de 18 años que dice tener el "sueño" de que Messi le firme la camiseta roja de Rusia que tiene puesta ahora, en el ingreso a una de las cabeceras del estadio al que dice concurrir cada quince días para ver al Spartak.
Cuatro veces a lo largo de la historia, el Spartak estuvo cerca de construir su propio estadio, en la zona del Jardín Botánico de Moscú. "Las guerras complicaron esos planes", afirma con un dejo de tristeza en su mirada Alexandr, un señor de unos 60 años que vende camisetas truchas de Rusia a diez cuadras del estadio.

En 2006, y con la Copa del Mundo ya en el horizonte, al Spartak le asignaron los terrenos actuales para la construcción del escenario adonde más de 20 mil argentinos alentarán al equipo que dirige Jorge Sampaoli frente a Islandia. Inaugurado el 5 de septiembre de 2014, fue construido en la zona del aeródromo Tushino y fue una de las cuatro sedes de la Copa Confederaciones 2017. Forma parte de un complejo deportivo donde también hay dos estadios de hockey sobre hielo, una academia de tenis, un centro de deportes acuáticos, varias escuelas de deportes y dos jardines de infantes.

Las medidas de seguridad en el estadio son enormes y se resumen en un dato: cuenta con un sistema de video observación e identificación de todos los espectadores. Aquí debutará Argentina. Aquí comenzará el camino en el que, de la mano de Messi, el conjunto albiceleste buscará conseguir su tercer título mundial.

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