La ONU alertó que la situación de seguridad alimentaria en Venezuela empeorará en 2020

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura afirmó que la producción de cereales “se pronostica muy por debajo" del nivel anterior a la crisis desatada por la propagación del coronavirus. “Es probable que disminuya y que los requisitos de importación no se cumplan por completo”, pronosticó

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Un grupo de personas haciendo compras en un mercado en Caracas (REUTERS/Fausto Torrealba)
Un grupo de personas haciendo compras en un mercado en Caracas (REUTERS/Fausto Torrealba)

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) alertó que la situación de seguridad alimentaria en Venezuela empeorará este año.

En su más reciente informe, afirmó que la producción de cereales “se pronostica muy por debajo" del nivel anterior a la crisis desatada por la propagación del coronavirus. “Los cultivos están a punto de finalizar y las perspectivas de producción son desfavorables debido a la reducción considerable de las plantaciones y los bajos rendimientos esperados. La escasez de insumos agrícolas y combustible afectó significativamente los rendimientos, que se vieron exacerbados por la disminución de las precipitaciones en el período de febrero a abril en las principales zonas productoras del centro-oeste”, remarcó la FAO.

Luego enfatizó que las necesidades de importación de cereales en la campaña comercial 2019/20 (julio/junio) disminuyeron por cuarto año consecutivo, lo que refleja los altos niveles de emigración desde 2015 y, por lo tanto, las menores necesidades de consumo interno. Además, la capacidad de importación del país se ha deteriorado debido a la continua depreciación de la moneda local frente al dólar estadounidense y al nivel cada vez menor de las reservas de divisas, luego de la disminución de los ingresos petroleros y la imposición de sanciones internacionales en agosto de 2017.

Una mujer que lleva una máscara protectora escoge verduras en un mercado callejero durante la cuarentena nacional en respuesta a la propagación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), en Caracas. 31 de marzo de 2020. REUTERS/Fausto Torrealba
Una mujer que lleva una máscara protectora escoge verduras en un mercado callejero durante la cuarentena nacional en respuesta a la propagación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), en Caracas. 31 de marzo de 2020. REUTERS/Fausto Torrealba

A partir de estos análisis, el organismo dependiente de la ONU afirmó que alrededor de 9,3 millones de personas (un tercio de la población) padecen de inseguridad alimentaria y necesitan asistencia, de los cuales 2,3 millones (8 % de la población) fueron clasificados como “inseguridad alimentaria severa”.

El informe luego recuerda que a principios de mayo de 2020, alrededor de 5,1 millones de venezolanos (17 % de la población total) decidió abandonar el país debido a la alta prevalencia de inseguridad alimentaria. “Se estima que más de la mitad del total de venezolanos alojados en Colombia y Ecuador (alrededor de 1,2 millones) padecen inseguridad alimentaria aguda y necesitan asistencia”, afirmó la FAO.

Y agregó: “En medio de la pandemia COVID-19, alrededor de 68.000 migrantes venezolanos regresaron al país a partir del 28 de mayo de 2020”, hecho provocado por la reducción de las oportunidades laborales debido a las medidas de contención en los países vecinos. “Es probable que esto fortalezca la demanda interna de alimentos y ejerza presión sobre los recursos ya limitados del país, aumentando el número de personas que necesitan asistencia alimentaria”, pronosticó.

Se espera que la situación de seguridad alimentaria empeore en 2020, ya que es probable que la producción de cereales disminuya y que los requisitos de importación no se cumplan por completo. El desplome de los precios del petróleo en medio del brote de COVID-19 ha reducido los ingresos de exportación, empeorando la capacidad del país para comprar importaciones. Además, se espera que las limitaciones logísticas debidas a los efectos de la pandemia COVID-19 tengan un impacto negativo en el acceso a los alimentos de las comunidades urbanas y periurbanas”, concluyó.

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