La nueva oleada de coronavirus que azota a Puerto Rico se extendió poco después de la suspensión de las restricciones

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Especial para Infobae de The New York Times.

El coronavirus está aumentando en Puerto Rico, con nuevos casos notificados a un índice per cápita más de seis veces superior al promedio nacional. El repunte comenzó apenas cinco días después de que la isla suspendió todas sus restricciones por la pandemia.

Puerto Rico alcanzó una media semanal de 4000 casos notificados al día, de los cuales más de 3700 son primeros contagios, frente a los menos de 200 nuevos casos diarios de principios de marzo. Aunque la isla representa menos del 1 por ciento de la población de Estados Unidos, está registrando el 7 por ciento de los casos nuevos del país.

“La cifra se estuvo duplicando cada semana durante un par de semanas”, afirmó Rafael A. Irizarry, un especialista en estadística de Harvard que lleva un registro de los datos de COVID-19 de Puerto Rico.

El incremento de los casos ya no es tan pronunciado, pero ha durado lo suficiente como para mostrar también un temido efecto retardado: las hospitalizaciones están aumentando. Aunque en la actualidad solo hay 245 personas hospitalizadas en la isla por infecciones de coronavirus, esa cifra es casi tres veces superior a la de hace dos meses, según los datos del Departamento de Salud.

Los informes de casos nuevos empezaron a aumentar el 15 de marzo, cinco días después de que el gobernador Pedro R. Pierluisi suspendió todas las restricciones relacionadas con el coronavirus en Puerto Rico, incluidos los requisitos para que los clientes mostraran un certificado de vacunación para entrar a locales cerrados y para que los viajeros que llegaran a Puerto Rico mostraran una prueba negativa reciente, comentó Irizarry.

La temporada vacacional de Semana Santa que precede al Domingo de Resurrección, y una serie de conciertos a gran escala en los que la mayoría de los asistentes no usaron cubrebocas, no ayudaron a la situación. El superartista dominicano Juan Luis Guerra dio positivo unos días después de presentarse en San Juan.

Puerto Rico alcanzó altos índices de vacunación inicial: el 78 por ciento de la población de la isla tiene un esquema de vacunación completo, muy por encima de la media nacional del 66 por ciento; sin embargo, muchas personas en Puerto Rico no se han aplicado vacunas de refuerzo, y hubo una explosión de casos nuevos en la isla en torno a las fiestas de Navidad y Año Nuevo, cuando la variante ómicron surgió por primera vez en gran parte del país.

Pierluisi ha dicho que la era de la obligatoriedad de las medidas contra el virus ya pasó, y que ahora depende de cada ciudadano recurrir a su propio sentido de “responsabilidad cívica” para decidir qué precauciones tomar. Aun así, a finales de abril, su administración reinstauró la obligatoriedad del uso del cubrebocas en las escuelas.

Una coalición de científicos que asesora al gobierno de la isla le había instado a adoptar una postura más estricta sobre el uso de cubrebocas, según Kenira Thompson, presidenta de la coalición de científicos y vicepresidenta de investigación de la Universidad de Ciencias de la Salud de Ponce, en Puerto Rico.

Thompson señaló que el aumento de los casos era un resultado natural de la suspensión de la obligatoriedad de las medidas en el continente y en la isla, que ha tenido un flujo constante de visitantes este año.

“Si caminas por el aeropuerto de San Juan verás que está repleto”, dijo Thompson. “Ha circulado muchísima gente. El turismo es la principal fuente de ingresos de Puerto Rico. Estamos contentos de que vengan las personas, pero, con ese flujo de gente, vamos a tener un aumento de casos positivos y propagación de enfermedades”.