La necesidad de actuar ante las conductas monopólicas de Facebook ha sido algo obvio desde hace tiempo

Aunque han pasado 22 años desde la última demanda del gobierno de EEUU contra una tecnológica, aún es tiempo para que este recupere el poder

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(Foto: Erin Scott/Reuters)
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Ya era hora, incluso si han pasado 22 largos años.

Fue en 1998 cuando Microsoft finalmente estuvo en la mira del gobierno federal, cuando el Departamento de Justicia y 20 fiscales generales estatales alegaron en una demanda antimonopolio que el gigante del software había abusado de su poder de mercado para aplastar a la competencia. Fue la última vez que el gobierno tomó medidas significativas contra el ascenso sin restricciones de un gigante de la tecnología.

Las grandes empresas de tecnología que han surgido desde el caso Microsoft han sido tratadas por el gobierno como si fueran la más delicada de las flores, necesitando más cuidados que el más quisquilloso de los hechos. Ha habido multas irrisorias, mientras que una concentración tras otra ha sido permitida.

Los encargados de las regulaciones han dado a compañías como Google, Facebook y Amazon un amplio margen para crecer hasta convertirse en algunas de las entidades más valiosas en la historia del planeta. Sus fundadores están entre las personas más ricas de la historia.

Pero todo se paralizó con el anuncio en octubre de que el Departamento de Justicia finalmente apuntó a Google en una demanda antimonopolio centrada en la búsqueda y la publicidad.

(Foto: Eric Gaillard/Facebook)
(Foto: Eric Gaillard/Facebook)

Y el miércoles, en la acción más ponente por parte del gobierno desde el caso Microsoft: la Comisión Federal de Comercio y 46 estados, así como el Distrito de Columbia y Guam, presentaron una demanda a la Corte de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito de Columbia alegando que Facebook ha empleado tácticas anticompetitivas que le permitieron intimidar y enterrar a su rivales. La demanda, después de una investigación de 18 meses, recomienda la disolución de la empresa.

“Durante casi una década, Facebook ha utilizado su dominio y su poder de monopolio para aplastar a los rivales más pequeños y eliminar la competencia”, dijo la fiscal general de Nueva York, Letitia James, quien dirigió el grupo estatal, durante una conferencia de prensa. “Al utilizar sus vastos tesoros de datos y dinero, Facebook ha aplastado u obstaculizado lo que la compañía percibió como amenazas potenciales.

La Comisión Federal del Comercio (FCT, por su siglas en inglés), que está encargada de proteger a los consumidores de la dominación corporativa, ha eludido sus responsabilidades muchas veces a lo largo de los años cuando se trata de tecnología y finalmente ha decidido, en los últimos días de la administración de Trump, ir a la quiebra.

Facebook usará su enorme poder contra la agencia, que tiene sólo unos 1.100 empleados y un presupuesto mísero de USD 330 millones. En contraste, los ingresos de Facebook aumentaron bruscamente a USD 21.500 millones en su último trimestre, dándole amplios recursos para agregar a sus ya de por sí grandes ganancias.

“Será la ley de empleo de abogados del 2020″, bromeó un regulador acerca de la posibilidad de que Facebook absorba a todas las armas legales contratadas en Washington para luchar contra la FCT y los estados.

Pero no es un chiste. Y Facebook debería ser inteligente para montar la defensa más fuerte posible, ya que las estrellas están finalmente alineadas para una seria acción antimonopolio. En este caso, las estrellas incluyen a los federales, los estados y también a un grupo bipartidista de legisladores.

(Foto: Graeme Jennings/Reuters)
(Foto: Graeme Jennings/Reuters)

Para aquellos de nosotros que hemos estado prestando atención, la necesidad de esta acción legal ha sido obvia durante mucho tiempo. El crecimiento desenfrenado de algunas empresas tecnológicas ha sido un desafío para los nuevos participantes y, en última instancia, un amortiguador de la innovación. Y con un poder desenfrenado, las compañías tecnológicas se han convertido en abusadores armados con puños llenos de datos para mantenerse en la cima del montón.

Por eso resulta divertido que la primera respuesta de Facebook haya sido actuar como una víctima. Es una finta que los que cubrimos Silicon Valley hemos tenido que escuchar por años, donde los que tienen más armas lloran más claramente por estar bajo el asedio. El acto de “pobre de mí” ya es bastante agotador, pero Facebook está duplicando el lloriqueo al afirmar que la FCT no puede revaluar los acuerdos de años anteriores.

“El hecho más importante en este caso, que la comisión no menciona en su queja de 53 páginas, es que aprobó estas adquisiciones hace años”, comentó Jennifer Newstead, la astuta asesora general de Facebook, en una declaración. “El gobierno ahora quiere una segunda oportunidad, enviando una escalofriante advertencia a las empresas estadounidenses de que ninguna venta es definitiva”.

Eso es ridículo y poco sincero. La agencia nunca aprobó los acuerdo en cuestión, específicamente la compra de Facebook de la red social de fotografías, Instagram, en 2012 por USD 1.000 millones, y la adquisición del servicio de mensajería, WhatsApp, en 2014 por USD 19.000 millones. En cambio, el gobierno simplemente no intervino para detener las compras.

Piensen en ello más bien como arrepentimientos que ahora se están resolviendo usando pruebas y una serie desenterrada de correos electrónicos del fundador y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg. Sus misivas dejan más claro que en ese entonces Facebook aspiraba a posibles competidores para eliminar los desafíos a su hegemonía. Y así, en retrospectiva, es hora de regresar la cinta para desentrañarla.

Aquí hay una prueba para que entiendan mejor lo que eso significa: ¿Cuál fue la última red social importante y grande que ganó terreno?

(Foto: Julien de Rosa/EFE)
(Foto: Julien de Rosa/EFE)

La respuesta sería Snapchat, iniciada en 2011. Se trata de una compañía que Facebook hizo todo lo posible por comprar y cuando fue rechazado, simplemente copió sus productos una y otra vez, con el fin de succionar su innovación y matarla.

Esto ha sido un movimiento recurrente de Facebook, por lo que estoy esperando el proceso de descubrimiento en la nueva demanda para ver hasta qué punto Facebook empujó a la administración de Trump a ir en contra de su más reciente rival, Tik Tok.

La estrategia de “comprar o enterrar” hace recordar a las acusaciones dirigidas a Bill Gates, de Microsoft, hace décadas. Estas acusaciones todavía tienen peso ahora que se lanzaron en contra del señor Zuckerberg.

Es por esta razón que Newstead está intentando hacer ver el caso como “historia revisionista”, afirmando que el gobierno podría haber actuado para detener las adquisiciones de Instagram y WhatsApp si hubiese estado tan preocupado.

Se trata de un esfuerzo inteligente afirmar que no podemos retroceder en el tiempo, incluso si no sabíamos entonces lo que conocemos ahora. Y lo que sabemos actualmente es que Facebook se ha convertido en una amenaza en formas que requieren limitar su tamaño y poder.

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