La curiosa historia de la millonaria herencia que Alberto de Mónaco tuvo que devolver

El príncipe fue nombrado heredero de más de USD 3 millones por un hombre a quien no conocía

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El príncipe Alberto II de Mónaco y su esposa, la princesa Charlene (Foto: EFE)
El príncipe Alberto II de Mónaco y su esposa, la princesa Charlene (Foto: EFE)

Alberto de Mónaco es de nuevo noticia, pero ahora no por su supuesta crisis matrimonial con la princesa Charlène, sino porque no le fue posible acrecentar su ya de por sí, abultada fortuna, debido a un curioso caso sobre una millonaria herencia que recibió de un absoluto desconocido y que tuvo que devolverla. Así lo reveló este fin de semana Le Nouvel Observateur, el semanario francés que ha destapado esta desconocida historia.

En 2011, un multimillonario estadounidense y residente en Mónaco llamado Kellogg Smith murió dejando al príncipe Alberto de Mónaco como único heredero de una fortuna valorada en 3,5 millones de euros. El hombre no tenía ninguna relación con el príncipe, pero con quién sí tenía una relación directa era con su esposa, con quien se casó en 1999.

Desde entonces, el hijo de Grace Kelly y Raniero III está enfrentado en los tribunales con la viuda de Smith, una profesora de yoga de 68 años que se presenta como su única heredera.

La disputa entre ambos -de acuerdo al citado medio- data de 2011 cuando Smith murió a los 85 años sin haber dejado herederos, o eso se pensó. El primo del príncipe Alberto, que es notario, reveló la existencia de un testamento, fechado el 23 de junio de 2005, escrito a mano por Smith, en el que nombraba como su legatario universal de su fortuna al príncipe y dejaba sin validez el resto de documentos de sucesión que pudieran existir. De ahí la sorpresa de su viuda, Isabella Smith, al enterarse de la última voluntad de su marido.

“Pasa a menudo que la gente sin herederos le cede su fortuna al príncipe Alberto, quien luego dona el dinero a sus fundaciones”, declaró un abogado de Alberto de Mónaco a Le Nouvel Observateur, según recoge la revista Vanity Fair en su edición digital.

La mujer pensó que ella tendría todos los derechos sobre el dinero, debido a una carta que su esposo había escrito en forma de despedida antes de intentar suicidarse: “Que yo sepa, no dejo ningún testamento de carácter legal”.

“Desearía que toda mi herencia, dinero y propiedades pudieran distribuirse, atribuyéndose un tercio a mi esposa y el resto a instituciones benéficas honestas en Mónaco o en cualquier otro lugar” , habría escrito Kellog en su misiva. Con ese documento, la mujer pudo iniciar una batalla legal para recuperar los millones otorgados al príncipe.

Tiempo después del intento de suicidio, el multimillonario se separó de su mujer, pero no llegó a divorciarse de ella. En el momento de su muerte Isabella seguía siendo su esposa.

Alberto de Mónaco con su esposa Charlene (Foto: Reuters)
Alberto de Mónaco con su esposa Charlene (Foto: Reuters)

En una primera instancia, en 2012 en Mónaco, la maestra de yoga perdió el caso, a pesar de que intentó negociar con el príncipe Alberto, llegando a proponer una donación del 15% a la fundación de su esposa. Sin embargo, no hubo acuerdo entre las partes. Luego, un tribunal de primera instancia de París aceptó la carta como un documento válido y entonces Alberto II tuvo que regresar el dinero, más 100.000 euros extra en concepto de daños.

Según el semanario Le Nouvel Observateur, el litigio todavía no se ha terminado ya que Isabella Smith todavía no ha recuperado el apartamento que pertenecía a su difunto marido, situado en el distrito 16 de París, así como los fondos, que aún están en poder del banco. Dos puntos que se solucionarán en el Tribunal de Apelación de la capital francesa el 9 de septiembre, y en los que ya no estará involucrado el príncipe Alberto.

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