Las autoridades israelíes detuvieron este martes a siete residentes de Jerusalén este, la parte palestina de la ciudad, acusándolos de planear asesinatos en Israel en nombre de Irán, recogió un comunicado conjunto de la Policía y la agencia de inteligencia interior, el Shin Bet. Seis de ellos son ciudadanos israelíes y uno es residente permanente, todos sin antecedentes penales.
“Estos individuos, bajo dirección iraní, planeaban asesinar a un importante científico israelí y al alcalde de una gran ciudad del centro de Israel”, aseguraron.
Los siete, residentes del barrio jerosolomitano de Beit Safafa, fueron detenidos cerca de la vivienda del científico, que habían estado fotografiando para planificar el asesinato. Fueron detenidos tras mes y medio de seguimiento por parte de los detectives. La investigación había comenzado en septiembre.
Según el diario local The Times of Israel, los detenidos tienen edades comprendidas entre los 19 y los 23 años, y el líder del grupo era Rami Alian, de 23 años, quien fue reclutado directamente por un agente iraní y posteriormente sa los otros seis miembros. A diferencia de casos anteriores, esta célula no utilizó intermediarios turcos para contactar con sus superiores iraníes.
La investigación sacó a relucir la existencia de “una red de inteligencia iraní que trataba de reclutar a ciudadanos israelíes” para llevar a cabo misiones en el país. Los sospechosos “trabajaban como una célula organizada, donde cada uno tenía un papel definido” y se conocían del barrio.
Alian y los demás iban a recibir unos 200.000 shekel -aproximadamente 53.000 dólares- de tener éxito en sus misiones iniciales, y el ataque incluiría también hacer explotar un coche de policía y lanzar una granada contra una vivienda, según el comunicado de las autoridades.
En una ocasión, Alian recibió 15.000 shekel (3.969 dólares) para comprar una granada que debía arrojar contra un agente de seguridad israelí, aunque finalmente no llevó a cabo la misión.
Además, The Times of Israel recoge que los miembros recibían un pago por sus acciones, entre las que se encontraba pintar grafitis reclamando la liberación de los rehenes secuestrados por Hamas el 7 de octubre, fotografiar diversos lugares, y cometer actos de vandalismo. Por ejemplo, incendiaron un vehículo en el barrio de Ein Kerem a cambio de 2.000 shekel (529 dólares).
En sus investigaciones, los agentes hallaron también 50.000 shekel -unos 13.200 dólares-, una licencia falsa de policía y diez tarjetas de crédito. La detención de los sospechosos se ha prolongado hasta el 24 de octubre.
Esta es la quinta operación de este tipo descubierta en poco más de un mes. En septiembre, las autoridades detuvieron a un hombre de Ashkelon acusado de haber viajado dos veces a Irán y haber sido reclutado para asesinar al primer ministro, al ministro de Defensa o al jefe del Shin Bet. El 14 de octubre, una pareja de Ramat Gan fue arrestada por actos de sabotaje y vandalismo, y dos días después fue detenido un hombre del centro de Israel que supuestamente había adquirido un arma para matar a un científico siguiendo órdenes iraníes. A diferencia de casos anteriores, esta célula de Jerusalén Este parece estar motivada principalmente por ideología nacionalista más que por las recompensas financieras, según señalaron las autoridades.
Ayer, siete ciudadanos israelíes, entre ellos dos menores, fueron también detenidos por las fuerzas de seguridad y se espera que en los próximos días sean procesados por presuntamente espiar para Irán.
Según un comunicado conjunto de la Policía y el servicio de inteligencia interior (Shin Bet), los detenidos realizaron una serie de “misiones de seguridad” durante dos años bajo la dirección de dos agentes de inteligencia iraníes, identificados como “Aljan” y “Orjan”.
Los arrestados recabaron información sobre bases de la Fuerza Aérea y la Armada israelíes, puertos, la ubicación de baterías del sistema antimisiles Cúpula de Hierro y la infraestructura energética, a cambio de cientos de miles de dólares en criptomoneda.
El pasado 1 de octubre, Irán atacó Israel con unos 180 misiles balísticos en respuesta a la muerte del anterior líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, y del secretario general de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y aunque el ataque no dejó víctimas en territorio israelí (un palestino de Gaza murió en Jericó, en el sur de Cisjordania ocupada), al menos una base aérea resultó dañada.
Desde hace años, Israel e Irán libran una guerra soterrada con sabotajes, ciberataques y espionaje, conflicto que en el último año se ha ampliado al terreno con los enfrentamientos bélicos que el Ejército israelí mantiene con Hamas y la Yihad Islámica en Gaza, y con Hezbollah en Líbano, ambos grupos apoyados y financiados por Teherán.
De hecho, las detenciones se produjeron el mismo día en que Hezbollah reivindicó la “responsabilidad total, completa y exclusiva” del ataque del sábado con drones contra la residencia privada del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la región de Cesárea, en el centro de Israel.
El sábado, el propio Netanyahu acusó a Hezbollah de intentar asesinarlo a él y a su mujer en el ataque contra su residencia, donde dos de los tres drones lanzados por la agrupación armada fueron interceptados y no se registraron víctimas en el incidente.