Renunció la ministra del Interior británica Amber Rudd tras una polémica sobre inmigrantes ilegales

La premier Theresa May aceptó su dimisión. Estaba en la mira desde que medios locales denunciaron que había planteado cuotas anuales de deportación de indocumentados en medio del escándalo Windrush, sobre el maltrato a migrantes caribeños con duras regulaciones desde 2012

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Amber Rudd frente a Downing Street el 10 de abril (REUTERS/Hannah Mckay/File Photo)
Amber Rudd frente a Downing Street el 10 de abril (REUTERS/Hannah Mckay/File Photo)

La ministra británica del Interior renunció este domingo en medio de un intenso escándalo por el maltrato a inmigrantes caribeños por parte de las autoridades, que resultó del esfuerzo del gobierno para reducir la inmigración ilegal.

La oficina de la primera ministra Theresa May dijo que la mandataria había aceptado la renuncia de la secretaria Amber Rudd.

El escándalo ha dominado los titulares de los periódicos los últimos días y ha generado fuertes críticas a las políticas de inmigración del gobierno.

Rudd tenía programado hablar el lunes ante el Parlamento acerca de lo que ha denominado el escándalo Windrush.

El furor ha crecido desde que el diario The Guardian reportó que a algunas personas que llegaron al Reino Unido desde el Caribe en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial se les ha negado atención médica en el Reino Unido o se les ha amenazado con deportación porque no pudieron presentar comprobantes de que vivían legalmente en el país.

Los afectados pertenecen a la "generación Windrush", llamada así por el barco Empire Windrush, que en 1948 trajo cientos de inmigrantes del Caribe a Gran Bretaña, que estaba necesitada de enfermeras, trabajadores ferroviarios y otros obreros para trabajar en la reconstrucción del país tras la devastación causada por la Segunda Guerra Mundial.

Ellos y otros migrantes caribeños que llegaron después eran de colonias o ex colonias británicas y tenían el derecho automático de asentarse en el Reino Unido. Pero algunos de ellos han sido afectados negativamente por nuevas y duras regulaciones establecidas desde 2012.

A algunos inmigrantes que viven legalmente en el país se les ha negado vivienda, empleo o atención médica debido a los requisitos de que los arrendadores, empleadores y médicos revisen el estatus migratorio de las personas. A otros se les ha dicho que están ilegalmente en el Reino Unido y que deben irse.

"Lo que ha pasado con la generación Windrush no es una anormalidad. No se debe a un error administrativo. Es consecuencia del ambiente hostil creado por el gobierno" de los conservadores, dijo el domingo el alcalde de Londres Sadiq Khan, miembro del Partido Laborista.

Por Jill Lawless (AP)

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