Plasticosis: la nueva enfermedad que afecta a las aves por la contaminación por plásticos

Fue descrita por científicos del Reino Unido y Australia a partir de las alteraciones que observaron en aves marinas. Por qué no se descarta que pueda estar afectando a más animales e incluso a los seres humanos

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Científicos del Reino Unido y Australia describieron la enfermedad de la plasticosis a partir de lo que encontraron en el ave pardela paticlara o pardela negruzca (Ardenna carneipes) (James Bailey)
Científicos del Reino Unido y Australia describieron la enfermedad de la plasticosis a partir de lo que encontraron en el ave pardela paticlara o pardela negruzca (Ardenna carneipes) (James Bailey)

Científicos del Reino Unido y Australia describieron por primera vez una enfermedad causada exclusivamente por la ingesta de plástico. La llaman plasticosis y la encontraron en una especie de ave marina, pero podría ser la punta del iceberg: la enfermedad podría estar más extendida e incluso no se descarta la posibilidad de que afecte también a los seres humanos.

Los científicos describieron que los individuos afectados por plasticosis presentan cicatrices en el tubo digestivo, que se generan tras la ingestión de residuos. Se trata del primer caso registrado de fibrosis inducida específicamente por plástico en animales salvajes, afirmaron los investigadores.

Los resultados de la investigación se publicaron en la revista Journal of Hazardous Materials. Según el estudio, la contaminación por plásticos es cada vez más frecuente. Las cicatrices en la población de aves estudiadas se han extendido a ejemplares de distintas edades.

El nuevo estudio que hicieron los investigadores del Reino Unido y Australia detectó que la plasticosis genera irritación
El nuevo estudio que hicieron los investigadores del Reino Unido y Australia detectó que la plasticosis genera irritación

Los plásticos y el cambio climático están intrínsecamente relacionados, comentaron los científicos en el trabajo. La producción de plásticos contribuye actualmente al 4,5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, lo que agrava el daño actual a nuestros entornos globales.

Sin intervención política, la demanda de plástico podría duplicarse para 2050 y las emisiones de plástico triplicarse para 2060. Resulta preocupante que, a pesar de los esfuerzos actuales de remediación y de las políticas, el plástico seguirá emitiéndose y acumulándose en el ambiente durante muchas décadas.

Aunque un estudio estimó la carga mundial de plástico marino entre 15 y 51 mil millones de piezas, debido a las limitaciones en la detección y recogida de fragmentos más pequeños, las estimaciones actuales de plástico están muy subestimadas.

Estudios anteriores habían documentado una serie de efectos negativos del plástico en la fauna silvestre, como daños en los tejidos, cambios de comportamiento, reducción del crecimiento y la fecundidad, estrés oxidativo, alteración del metabolismo e impactos transgeneracionales en la aptitud física

Otros estudios realizados en laboratorios habían documentado una serie de efectos negativos del plástico en la fauna silvestre, como daños en los tejidos y cambios de comportamiento (EFE/Lourdes Cruz/Archivo)
Otros estudios realizados en laboratorios habían documentado una serie de efectos negativos del plástico en la fauna silvestre, como daños en los tejidos y cambios de comportamiento (EFE/Lourdes Cruz/Archivo)

Una limitación de muchos de los estudios que antes se habían realizado es que evaluaban el plástico en el laboratorio. En cambio, los plásticos ambientales degradados presentan propiedades físicas y químicas diferentes a las de los plásticos utilizados en la mayoría de los estudios de laboratorio, y es más probable que sean fagocitados por las células.

El nuevo estudio que hicieron los investigadores del Reino Unido y Australia detectó que la plasticosis genera irritación. Esto se debe a que los fragmentos de plástico se clavan en el tejido del estómago. Los científicos lo descubrieron en el marco de sus investigaciones en la isla de Lord Howe, donde llevan diez años estudiando aves marinas.

“Este estudio es la primera vez que se investiga el tejido estomacal de esta forma y demuestra que el consumo de plástico puede causar graves daños en el sistema digestivo de estas aves”, remarcó el doctor Alexander Bond, coautor del trabajo y Conservador Principal y Encargado de Aves del Museo de Historia Natural del Reino Unido. “Aunque estas aves pueden parecer sanas por fuera, no lo están por dentro”, agregó.

La isla de Lord Howe donde fueron estudiadas las aves fardelas
La isla de Lord Howe donde fueron estudiadas las aves fardelas

A pesar de que la isla de Lord Howe se encuentra a 600 kilómetros de la costa de Australia, el equipo científico encontró que las fardelas comunes que viven allí son las aves más contaminadas por plástico del mundo, ya que consumen trozos de plástico en el mar tras confundirlos con comida.

Al estudiar a esas aves, los investigadores descubrieron que la cicatrización del proventrículo, que es la primera cámara del estómago, estaba muy extendida y causaba heridas. Su consistencia llevó al equipo a describir la plasticosis como una enfermedad específica.

Aunque este término se utilizó brevemente para describir la descomposición del plástico en las prótesis articulares, su uso nunca fue habitual. Por eso, el equipo ha recuperado el nombre por su similitud con otras enfermedades fibróticas causadas por materiales inorgánicos, como la silicosis y la asbestosis.

El nuevo estudio que hicieron los investigadores del Reino Unido y Australia detectó que la plasticosis genera irritación. Esto se debe a que los fragmentos de plástico se clavan en el tejido del estómago
El nuevo estudio que hicieron los investigadores del Reino Unido y Australia detectó que la plasticosis genera irritación. Esto se debe a que los fragmentos de plástico se clavan en el tejido del estómago

Hasta ahora, sólo se sabe que la plasticosis afecta al aparato digestivo, pero hay indicios de que podría afectar a otras partes del cuerpo, como los pulmones. La cicatrización causada por la plasticosis afecta a la estructura física del proventrículo. A medida que aumenta la exposición al plástico, el tejido se hincha gradualmente hasta que empieza a romperse.

“Las glándulas tubulares, que segregan compuestos digestivos, son quizá el mejor ejemplo del impacto de la plasticosis”, afirmó Bond. “Cuando se consume plástico, estas glándulas se van atrofiando gradualmente hasta que acaban perdiendo por completo su estructura tisular en los niveles más altos de exposición”, explicó.

Cómo varía el tejido del estómago de las aves de la Isla Lord Howe por la  ingesta de plástico. A la izquierda, se encuentra el tejido sano. A la derecha, el tejido gravemente impacto, con pérdida de glándulas (Charlton-Howard, Journal of Hazardous Materials, 2023)
Cómo varía el tejido del estómago de las aves de la Isla Lord Howe por la ingesta de plástico. A la izquierda, se encuentra el tejido sano. A la derecha, el tejido gravemente impacto, con pérdida de glándulas (Charlton-Howard, Journal of Hazardous Materials, 2023)

La pérdida de estas glándulas puede hacer que las aves sean más vulnerables a infecciones y parásitos, y afectar su capacidad de absorber algunas vitaminas. La cicatrización también puede hacer que el estómago se endurezca y pierda flexibilidad, lo que lo hace menos eficaz para digerir los alimentos.

En aves jóvenes y polluelos, esto puede ser especialmente perjudicial, ya que sus estómagos son incapaces de retener tanta comida. Algunos estudios han descubierto que hasta el 90% de las aves jóvenes contienen al menos algo de plástico que les dieron sus padres. En casos extremos, los polluelos pueden morir de hambre porque se les llena el estómago de plástico y no pueden digerir el alimento que necesitan.

Es probable que la plasticosis sea también uno de los factores que influyen en el modo en que el plástico afecta al crecimiento de las jóvenes pardelas. El estudio descubrió que la longitud del ala estaba relacionada con la cantidad de plástico en su cuerpo. Mientras que el número de trozos de plástico se asociaba con el peso total del ave.

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