El presidente de Rusia, Vladimir Putin, presidió este jueves en la Plaza Roja el desfile militar con ocasión del 74 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Más de 13.000 soldados desfilaron por espacio de una hora por el histórico empedrado, donde estuvieron acompañados por misiles intercontinentales, baterías antiaéreas y otros equipos militares.
Como ya es tradición, la estrella de la parada fue el legendario tanque T-34, el principal utilizado por la ex Unión Soviética en lo que fue llamado la Gran Guerra Patria, pero también tuvo protagonismo el tanque de nueva generación T-14 Armata.
Los cielos que amenazaban con lluvia fueron surcados por los cazas Su-35, Su-30, MiG-31 y MiG-29; el cazabombardero Su-34; los bombarderos estratégicos Tu-160, Tu-22 y Tu-95, y los helicópteros de combate Mi-28 y Ka-52, y de transporte Mi-26 y Mi-8.
Decenas de miles de personas llenaron las principales arterias de la capital rusa para ver en persona el paso de los tanques, blindados y misiles.
El Kremlin informó de que ningún mandatario acompañará a Putin en el empedrado de la plaza Roja, evento boicoteado por los principales líderes occidentales desde la anexión rusa de la península de Crimea, en Ucrania, en 2014.
Precisamente, Putin felicitó este jueves a los crimeos por el 75 aniversario de la liberación de la península del yugo nazi.
"Rusia está abierta a cooperar con todos aquellos que estén dispuestos a comprometerse en combatir el terrorismo, el neonazismo y el extremismo", dijo el presidente durante el desfile. "Llamamos a todos los países a asumir la responsabilidad común de crear un sistema de seguridad eficaz y igual para todos", agregó.
Similares paradas se celebran en otros lugares del país, desde Volgogrado, antigua Stalingrado, al puerto crimeo de Sebastopol, además de en las bases militares rusas en Siria.
También conmemoran la victoria en la ciudad ucraniana de Donetsk, capital de la autoproclamada república popular de Donetsk.
Al término del desfile se celebrará la marcha del Regimiento Inmortal, en la que los rusos portan los retratos de familiares que combatieron en la contienda, que se cobró la vida de más de 27 millones de personas, de ellos unos 8 millones soldados.
Se espera que el presidente tome parte como es habitual en dicha marcha con el retrato de su padre, Vladimir, que fue herido cuando el Ejército Rojo intentaba romper el cerco de Leningrado.
"Las lecciones de la guerra siguen siendo actuales. Hicimos y haremos todo lo posible para garantizar la capacidad de nuestras Fuerzas Armadas y un potencial defensivo del máximo nivel", concluyó Putin.
Con información de EFE
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