
Un estudio científico identificó cómo el microARN miR156 mantiene las plantas en su etapa juvenil. Esto abre nuevas puertas para la agricultura, la conservación y la horticultura. El proceso fue observado en diversas especies de todo el mundo y arroja luz sobre el desarrollo vegetal, según lo demuestran análisis en varias familias de plantas. Los hallazgos permiten entender cuándo y cómo las plantas adquieren características adultas, lo que podría usarse para optimizar cultivos o conservar especies vulnerables.
Las plantas, al igual que algunos animales, pueden conservar sus características juveniles más allá de la madurez reproductiva. Este fenómeno, conocido como neotenia, ocurre en especies como el axolote, que mantiene rasgos de juventud durante toda su vida. En el caso de las plantas, la neotenia no es la excepción. La investigación identificó que el microARN miR156 regula la transición entre las etapas juvenil y adulta. Este proceso determina la adaptación y supervivencia de la planta en distintos entornos, así como su rendimiento.

El descubrimiento presenta implicaciones relevantes para la producción agrícola y el cuidado ambiental. Mantener las plantas en estado juvenil puede favorecer un crecimiento más rápido en ambientes competitivos y húmedos. Por el contrario, dejar que desarrollen atributos adultos ayuda a sobrellevar condiciones de sequía y mayor exposición solar.
El rol del microARN miR156
Según los resultados publicados en Penn Today, por el equipo de Scott Poethig, profesor emérito de Biología, el microARN miR156 se encuentra en altas concentraciones en plantas jóvenes, lo que impide la activación de genes responsables de las características adultas. Conforme la planta envejece, la cantidad de miR156 disminuye, permitiendo que se expresen dichos genes y surjan los atributos de madurez.

De acuerdo con las pruebas realizadas con Arabidopsis, una pequeña especie de la familia de las mostazas, el miR156 actúa como el interruptor principal entre estas etapas. La transición, explican los expertos, no está relacionada con el ciclo reproductivo, sino con diferencias morfológicas que protegen a la planta.
En especies como el eucalipto de San Francisco, la acacia australiana, la hiedra y el roble, los investigadores observaron patrones similares. Estos hallazgos sugieren que el mecanismo resulta común en una amplia gama de plantas.
Aplicaciones y alcance global
De acuerdo con el propio Poethig, entender cómo funciona este microARN permite a los científicos pensar en formas de manipular el desarrollo de las plantas para adaptarlas mejor a distintas condiciones ambientales. Esto abre posibilidades para mejorar la productividad agrícola y ampliar las estrategias de conservación de especies amenazadas por el cambio climático, detalló Penn Today.

Análisis de muestras de ARN de diversos lugares, desde árboles de la Universidad de Pensilvania hasta bosques australianos, confirmaron la influencia de miR156. El equipo demostró que la modulación de este microARN podría prolongar el periodo juvenil en especies de interés agrícola, lo que a su vez beneficia su resistencia en ciertos contextos.
Según los expertos, cada especie aprovecha este sistema de regulación genética a su manera. Algunas desarrollan hojas juveniles en lugares húmedos y competitivos, mientras otras priorizan las hojas adultas en ambientes secos y soleados.
Futuro de la investigación y oportunidades
El hallazgo de este mecanismo básico en plantas aún abre interrogantes sobre la posibilidad de intervenir genéticamente para adaptarlas a nuevos desafíos ambientales. Ajustar el nivel de miR156 podría convertirse en una herramienta para la conservación y cultivo sostenible.

De acuerdo con el profesor Poethig, “cada planta hace esto, y nadie había descubierto el mecanismo antes”. El estudio plantea nuevas preguntas sobre el potencial del microARN en la biotecnología y la agricultura moderna. Además, sugiere estrategias innovadoras para conservar especies nativas frente a amenazas globales.
El análisis de ARN en múltiples especies y regiones mostró una correlación directa entre los niveles de miR156 y la permanencia en el estado juvenil. La información obtenida permitirá el desarrollo de estudios adicionales enfocados en otras especies de interés agrícola y ecológico.
Los resultados indicaron que la expresión de ciertos genes varía según el estadio de desarrollo, controlado por el mismo microARN. Estos datos extienden la comprensión de la biología vegetal y ofrecen un punto de partida para futuras aplicaciones prácticas en áreas clave para la humanidad.
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