
Desde 1909, cuando se detectó el primer caso, la enfermedad de Chagas fue históricamente vinculada a América Latina. Desde los organismos sanitarios internacionales, siempre fue la región “endémica” de la infección.
Un nuevo estudio publicado en la revista con revisión de pares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) demuestra que también hay que considerar a Chagas como enfermedad endémica de los Estados Unidos.
Esta nueva clasificación se basa en que se confirmó la presencia constante del parásito Trypanosoma cruzi que causa la enfermedad en insectos, animales y personas que no tenían antecedentes de viaje fuera del país. Así lo detallaron en la revista Emerging Infectious Diseases.
El estudio fue elaborado por científicos de la Universidad de Florida, la Universidad Texas A&M, Universidad de California y los Servicios de Salud del Departamento del Estado de Texas.

Tuvieron en cuenta que una enfermedad es “endémica” cuando se registra la presencia constante de su agente infeccioso en una población dentro de un área geográfica determinada.
Al revisar los datos, consideraron que la evidencia acumulada justifica la inclusión de los Estados Unidos en la lista de países endémicos con Chagas.
Esta nueva mirada podría transformar la vigilancia y la respuesta en salud pública de la infección en ese país.
Qué es la enfermedad de Chagas

La infección por el parásito Trypanosoma cruzi causa la enfermedad de Chagas. Ese protozoo se transmite principalmente por diferentes especies de insectos triatominos conocidos como "kissing bugs" o vinchucas.
La enfermedad puede presentarse de forma aguda o crónica. Los síntomas iniciales suelen ser leves o inespecíficos, pero la infección crónica puede derivar en complicaciones cardíacas y digestivas graves.
El diagnóstico en los humanos requiere pruebas serológicas específicas, ya que aún no existe un test único y aprobado con sensibilidad y especificidad absolutas.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reconocen a 21 países de América como endémicos, los Estados Unidos quedaron fuera de esa lista.

El nuevo estudio demostró que dentro del territorio de los Estados Unidos se producen ciclos naturales de transmisión en animales silvestres, domésticos y humanos, especialmente en el sur del país.
El primer caso autóctono confirmado en los Estados Unidos se produjo en un bebé en 1955 en Corpus Christi, Texas. Residía en una vivienda que se sabía que estaba infestada de triatominos.
Cómo se hizo el estudio sobre Chagas
Los investigadores revisaron la literatura científica, datos de vigilancia y reportes de casos autóctonos en los Estados Unidos.
La metodología incluyó el análisis de la presencia de insectos triatominos infectados, la identificación de reservorios animales y la documentación de infecciones humanas sin antecedentes de viaje a zonas endémicas de América Latina.
Encontraron que los triatominos que pueden transmitir el parásito se encuentran en 32 estados, con nueve especies infectadas de forma natural por Tripanosoma cruzi.
Cuatro de estas especies (Triatoma sanguisuga, T. gerstaeckeri, T. protracta y T. rubida) suelen hallarse en viviendas de las personas, lo que incrementa el riesgo de transmisión vectorial.
La prevalencia de infección en estos insectos oscila entre el 30% y más del 50%. En animales silvestres, la infección por el parásito se verificó en más de 17 estados: afecta a especies como zarigüeyas, mapaches, armadillos, mofetas y coyotes.

Los perros domésticos y de trabajo también actúan como reservorios, con casos reportados en 23 estados y una prevalencia que puede superar el 50% en Texas.
En ese estado, entre 2013 y 2015, se notificaron 431 casos caninos, además de infecciones en gatos, caballos, ratas y chimpancés.
En cuanto a los humanos, se han identificado casos autóctonos en ocho estados: California, Arizona, Texas, Tennessee, Louisiana, Missouri, Mississippi y Arkansas.
Una revisión sistemática había detectado 29 casos confirmados y 47 sospechosos de transmisión local entre 2000 y 2018, aunque los investigadores señalaron que esas cifras subestiman la magnitud real del problema.
Texas registró 50 casos autóctonos entre 2013 y 2023, con diagnósticos en etapas aguda, crónica asintomática y crónica sintomática.

El nuevo estudio también se enfocó en las particularidades de la transmisión en Estados Unidos.
Los investigadores reconocieron que falta una escala específica de endemicidad para Chagas, como la que existe para la enfermedad de la malaria, y que aún no rige la notificación obligatoria de nuevos casos en los Estados Unidos.

Eso dificulta la estimación precisa de la incidencia y prevalencia. La vigilancia depende de los estados, y solo ocho hoy la consideran una enfermedad de notificación obligatoria.
La reclasificación de “país endémico” de Chagas permitiría que las autoridades sanitarias adapten estrategias de investigación, diagnóstico y prevención, y facilitaría la obtención de recursos para la educación comunitaria y la prevención de nuevas infecciones.

En diálogo con Infobae, el doctor Ricardo Gurtler, investigador en eco-epidemiología y control de la enfermedad de Chagas del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, opinó sobre el trabajo publicado en la revista de los CDC.
“Significa que después de un par de décadas de revisión han descubierto que existe transmisión vectorial al ser humano en algunos sectores del territorio, en última instancia vinculada a los extensos focos de transmisión silvestre que se conocían desde al menos la década de 1950″, afirmó Gurtler.
En tanto, Tomás Orduna, médico infectólogo y ex-presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero, comentó a Infobae: “Se sabía que el parásito podía circular en los insectos de la zona sur de los Estados Unidos. Hubo casos confirmados y otros que no fueron diagnosticados. Ojalá que este nuevo estudio y la clasificación de endemicidad permita que más profesionales de la salud estén capacitados y puedan diagnosticar tempranamente a las personas con la infección. Podría haber casos sin síntomas”.
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