Una técnica olvidada revela la audacia de los ingenieros romanos

Nuevas evidencias arqueológicas demuestran cómo se aplicaron soluciones económicas y eficaces frente a los desafíos del terreno

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La ingeniería romana se caracterizaba
La ingeniería romana se caracterizaba por su adaptabilidad y empirismo, ajustando soluciones a recursos y condiciones locales (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un hallazgo reciente reveló una técnica poco común en la ingeniería romana empleada en el teatro de Augusta Raurica, en la actual Augst, Suiza, para enfrentar los desafíos estructurales en la construcción de teatros. Según informó Muy Interesante, un estudio publicado en Journal of Archaeological Science identificó el uso de contrafuertes semicirculares internos como método para contener la presión del terreno bajo las gradas. Esta innovación, aunque efectiva y económica en materiales, no se generalizó en el Imperio romano.

Un reto estructural para los ingenieros romanos

La construcción de teatros en época romana requería resolver la presión lateral ejercida por el terreno sobre los muros exteriores. A diferencia de los teatros griegos, que se integraban a las pendientes naturales, los romanos edificaban sobre plataformas artificiales de tierra, lo que generaba nuevas exigencias técnicas. Las gradas, o cavea, descansaban sobre estas subestructuras, lo que obligaba a diseñar refuerzos para evitar colapsos.

Para afrontar esta presión, los romanos idearon tres sistemas constructivos. El primero empleaba muros concéntricos para reforzar desde el interior, como en el teatro de Pompeya. El segundo, más común, combinaba muros radiales y anulares, creando una red de compartimentos que distribuía la carga y reducía la presión lateral gracias al “efecto silo”. La tercera solución, menos extendida, consistía en contrafuertes semicirculares internos que actuaban como bóvedas de cañón verticales.

El teatro de Augusta Raurica y su sistema innovador

El teatro de Augusta Raurica
El teatro de Augusta Raurica revela el uso de contrafuertes semicirculares, una técnica poco común en la ingeniería romana

Construido entre 170 y 180 d. C., el teatro de Augusta Raurica es el mejor ejemplo de esta técnica poco habitual. Los investigadores Linda Dobosi y Dezső Hegyi, autores del estudio, utilizaron simulaciones FEM para evaluar el rendimiento estructural del sistema. Según sus resultados, esta solución requería un 79% menos de material que el sistema tradicional usado en el teatro de Aventicum (Avenches).

No obstante, la economía de recursos implicaba limitaciones. La estructura era más propensa a deformaciones, con un muro interior incapaz de resistir por sí solo la presión del terreno. Además, los altos niveles de tensión en la cimentación podían causar asentamientos irregulares. La disposición de los asientos sobre el relleno de tierra, en lugar de sobre estructuras sólidas, también generaba inestabilidad.

Alcance geográfico y rareza del sistema

Para analizar el rendimiento de ambos métodos, Dobosi y Hegyi compararon el teatro de Augusta Raurica con el de Aventicum, construido con el sistema radial-anular unos 80 años antes. Ambos presentaban dimensiones similares y cavea semicircular. El modelo distribuía mejor las cargas gracias al “efecto silo”, ofreciendo mayor estabilidad estructural. Aunque Augusta Raurica optimizaba el uso de materiales, su vulnerabilidad a asentamientos y deformaciones limitaba su fiabilidad.

El estudio de Dobosi y
El estudio de Dobosi y Hegyi destaca el equilibrio entre innovación y precaución en la arquitectura romana antigua (Dobosi y Hegyi)

La técnica de contrafuertes semicirculares se utilizó en apenas diez edificios romanos, localizados principalmente en el norte de Italia y las provincias galas entre los siglos I y II d. C. Augusta Raurica es el único teatro excavado completamente con esta solución estructural, lo que lo convierte en el mejor ejemplo de su aplicación.

La escasa difusión de este sistema confirma que, a pesar de su ingenio, los ingenieros romanos valoraban más la robustez comprobada de los métodos tradicionales.

Adaptabilidad y empirismo en la ingeniería romana

El análisis de Dobosi y Hegyi evidencia el carácter empírico y adaptativo de la ingeniería romana. Los constructores ajustaban sus soluciones a las condiciones locales, los recursos y el conocimiento técnico disponible. La elección de los contrafuertes semicirculares, en este contexto, responde tanto a la necesidad de economía de materiales como a la experimentación frente a desafíos específicos.

La técnica de contrafuertes semicirculares
La técnica de contrafuertes semicirculares solo se aplicó en una decena de edificios romanos, principalmente en el norte de Italia y las Galias (Dobosi y Hegyi)

El estudio concluye que, si bien esta técnica representó un avance en eficiencia constructiva, su limitada estabilidad estructural impidió su adopción generalizada. Así, Augusta Raurica se erige como un ejemplo singular de innovación arquitectónica, ilustrando el equilibrio entre creatividad y precaución en la ingeniería romana.