
En octubre de 2024, un oso pardo europeo llamado Boki fue sometido a una cirugía cerebral pionera para tratar una grave acumulación de líquido en su cerebro.
Veterinarios del Wildwood Trust (organización de conservación natural), en Kent, Reino Unido, tomaron la decisión de intervenirlo quirúrgicamente, ya que su condición, llamada hidrocefalia, ponía en riesgo su vida.
Ahora, tras superar su primer letargo invernal, el animal despertó en buen estado de salud, lo que marca un avance clave en su recuperación.

Boki, de tres años, había comenzado a sufrir convulsiones y problemas de visión a causa de la hidrocefalia, un trastorno poco común en animales pero que afecta a uno de cada 500 nacimientos humanos.
La hidrocefalia se caracteriza por una acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro, lo que genera presión y puede provocar síntomas graves si no se trata a tiempo.
Inicialmente, los veterinarios recurrieron a la medicación para aliviar la presión en su cerebro. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que este tratamiento sería insostenible cuando el oso entrara en su período de semihibernación, conocido como letargo, informó Sky News.
Durante este estado, los osos reducen su metabolismo y dependen de sus reservas de grasa para sobrevivir. En el caso de Boki, la imposibilidad de administrar fármacos de forma regular hacía que la cirugía fuera la única alternativa viable.

Un procedimiento sin precedentes
El encargado del procedimiento fue el reconocido cirujano veterinario Romain Pizzi, especializado en fauna salvaje, informó The Independent.
Pizzi ya había realizado una operación similar en un oso negro asiático en Laos, pero nunca en un oso pardo. Se trataba, por lo tanto, de un procedimiento sin precedentes para esta especie.
La cirugía, que duró aproximadamente cinco horas, consistió en implantar un stent para drenar el exceso de líquido desde el cerebro hasta el abdomen del oso. Este tipo de intervención se realiza con frecuencia en humanos que padecen hidrocefalia, pero su aplicación en animales es mucho más rara.
Pizzi, quien donó su tiempo y experiencia para el caso de Boki, explicó que este tipo de procedimientos pueden salvar la vida de animales salvajes y mejorar significativamente su calidad de vida.
Los primeros signos de recuperación
Tras la cirugía, Boki mostró una recuperación sorprendente. Los veterinarios observaron una notable mejoría en su estado general y lograron retirar su medicación antes de que entrara en letargo.
Durante su período de semihibernación, que duró varios meses, el oso perdió aproximadamente 30 kilogramos. Aunque esta pérdida de peso era esperada, los especialistas creen que fue mayor de lo habitual debido a que continuó creciendo durante el letargo, lo que implicó un mayor gasto energético, informó France 24.

Su reciente despertar fue interpretado como una señal alentadora por el equipo que lo cuida. “Se ve brillante, feliz y saludable, y no hemos visto ningún signo negativo en él. Sigue siendo el mismo Boki de siempre que tanto amamos”, afirmó Jon Forde, jefe de osos en Wildwood Trust, según Sky News.
Los especialistas ahora se enfocan en su rehabilitación, y lo ayudan a recuperar peso de forma progresiva. En esta época del año, la disponibilidad de alimento en su entorno es limitada, ya que la mayoría de su dieta se basa en vegetación y frutos secos.
Por ello, los cuidadores le proporcionarán una alimentación especial para garantizar su recuperación sin poner en riesgo su salud.
El próximo desafío: su reintroducción con otros osos
Antes de su enfermedad, Boki estaba en proceso de integración con dos osos adultos, Fluff y Scruff, quienes forman parte del grupo de osos del Wildwood Trust, según France 24.

Sin embargo, las convulsiones que sufría antes de la cirugía obligaron a los cuidadores a separarlo temporalmente. Ahora que su estado mejoró, los expertos esperan que el trío pueda reencontrarse y convivir nuevamente.
Aun así, la reintroducción debe hacerse con precaución. “Si bien las señales son muy positivas, todavía debemos proceder con cautela”, advirtió Mark Habben, jefe de operaciones del zoológico.
Sobre todo por la forma de jugar entre los osos. “Esto implicará un juego bullicioso, que queremos minimizar en estas primeras etapas posteriores al letargo. Lo vigilaremos muy de cerca y, en algún momento de los próximos meses, realizaremos esa introducción si todo sigue yendo bien”, agregó según Sky News.
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