
Con apenas unos centímetros de longitud, este colibrí, también conocido como colibrí abeja o pájaro mosca se destaca por su tamaño diminuto y sus extraordinarias habilidades de vuelo y su importancia ecológica. Esta ave es un símbolo viviente de la riqueza natural de Cuba, y a pesar de su tamaño, desempeña un papel vital en el equilibrio del ecosistema de la isla.
El zunzuncito es el ave más pequeña del mundo, que alcanza un tamaño promedio de 5,5 cm en los machos y 6,1 cm en las hembras. Su peso varía entre 1,8 y 2,6 gramos, lo que lo convierte en un verdadero prodigio de la naturaleza. A pesar de su diminuta estatura, posee una estructura corporal robusta, adaptada para un vuelo ágil y veloz.
Sus alas, que pueden batir hasta 80 veces por segundo, le permiten maniobrar en el aire con una precisión asombrosa. Los machos se distinguen por sus colores brillantes y las plumas iridiscentes en la garganta, mientras que las hembras, aunque de tonalidades más discretas, mantienen una apariencia igualmente elegante con su espalda azul verdosa y vientre grisáceo.

El zunzuncito es endémico de Cuba y habita principalmente en las regiones boscosas, jardines y zonas pantanosas, así como en la Isla de la Juventud. Aunque se han registrado avistamientos ocasionales en islas cercanas como Jamaica y Haití, su presencia se concentra en el archipiélago cubano. Este colibrí prefiere las áreas donde abundan las flores, ya que su dieta se basa principalmente en el néctar. En estas regiones, el zunzuncito encuentra el entorno ideal para alimentarse, reproducirse y llevar a cabo su ciclo de vida.
Por otro lado, el comportamiento del zunzuncito es tan fascinante como su aspecto físico. A pesar de su tamaño, es un ave territorial que defiende con vigor su área de alimentación de otros machos, insectos y aves más grandes. Este colibrí se alimenta principalmente de néctar y utiliza su pico largo y delgado para acceder al interior de las flores. Sin embargo, su dieta también incluye insectos y arañas, que le proporcionan las proteínas necesarias para mantener su alta tasa metabólica. El zunzuncito es un maestro del vuelo, capaz de moverse en todas las direcciones: hacia adelante, hacia atrás, en vertical y hasta al revés. Estas habilidades le permiten acceder a una amplia variedad de flores y realizar acrobacias aéreas impresionantes durante la búsqueda de alimento.

Durante la temporada de apareamiento, los machos del zunzuncito despliegan un espectáculo de colores y acrobacias aéreas para atraer a las hembras. El nido, construido por la hembra, es una estructura minúscula de apenas 3 cm de diámetro, elaborada con fibras vegetales, musgo y telarañas. En este espacio, la hembra deposita dos diminutos huevos blancos que, tras un periodo de incubación de 13 a 15 días, eclosionan para dar paso a crías completamente dependientes de su madre. Las crías, nacidas sin plumas y con los ojos cerrados, desarrollan su plumaje y abren los ojos alrededor de las tres semanas, momento en el cual comienzan a volar y a explorar su entorno.
Este animal ha desarrollado adaptaciones impresionantes para sobrevivir en su hábitat. Su pequeño tamaño y alta tasa metabólica lo obligan a consumir una gran cantidad de energía diariamente, lo que logra mediante la ingesta de grandes cantidades de néctar e insectos. Además, para conservar energía durante las noches frías o cuando los recursos son escasos, el zunzuncito entra en un estado de letargo llamado torpor, donde su ritmo cardíaco y temperatura corporal disminuyen muy rapida. Esta capacidad le permite sobrevivir en condiciones que podrían ser letales para otros animales de su tamaño.

Estado de conservación y amenazas
El zunzuncito se encuentra clasificado como casi amenazado en la lista roja de la IUCN, debido a la reducción de su hábitat provocada por la deforestación, la agricultura y el desarrollo urbano. Aunque la población total de esta especie se estima entre 22.000 y 60.000, su número ha disminuido en varias áreas donde anteriormente era común. En Cuba, esfuerzos de conservación como la creación de jardines y la reforestación en áreas críticas han ayudado a estabilizar algunas poblaciones, pero la presión sobre su hábitat continúa siendo una amenaza significativa.
A pesar de su tamaño, el zunzuncito desempeña un papel crucial en la polinización de muchas especies de plantas en Cuba. Al alimentarse del néctar, este colibrí transporta polen de una flor a otra, que facilita la reproducción de las plantas y contribuye al mantenimiento de la biodiversidad en su ecosistema. Este proceso es vital para la salud de los bosques y jardines que el zunzuncito habita, ya que muchas de las plantas polinizadas por él son esenciales para la supervivencia de otras especies de fauna y flora en la región.
El zunzuncito, con su combinación única de características físicas, comportamiento fascinante y adaptaciones extraordinarias, es un tesoro natural de Cuba. Su papel en el ecosistema y los desafíos que enfrenta en términos de conservación subrayan la importancia de proteger esta especie y aseguran que continúe siendo una parte vibrante y vital del paisaje cubano.
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