“Una sola familia hondureña”: Nasry Asfura apela a la unidad tras ser confirmado como ganador de las elecciones

Casi un mes de incertidumbre terminó esta semana en Honduras cuando el CNE declaró vencedor de los comicios presidenciales al candidato del Partido Nacional

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El CNE declaró a Asfura
El CNE declaró a Asfura ganador de las presidenciales en Honduras

El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras declaró a Nasry Asfura como presidente electo tras las elecciones generales realizadas el 30 de noviembre, en medio de un clima de división social exacerbada desde el golpe de Estado de 2009. Asfura, del Partido Nacional, dirigió un mensaje televisivo dirigido a la población en vísperas de la Navidad y aseguró que es un momento de reconciliación, unidad y paz nacional.

Este suceso se enmarca en una crisis política iniciada el 28 de junio de 2009, con la destitución del entonces presidente Manuel Zelaya, un hecho que abrió profundas grietas sociales y dificultó la estabilidad institucional del país. La llegada de Asfura al poder implica la continuidad del Partido Nacional en la jefatura del Estado, una tendencia interrumpida en la última administración pero constante a lo largo de la reciente historia democrática hondureña. La decisión del CNE ocurrió tras una elección marcada por denuncias de irregularidades técnicas y una competencia cerrada entre las principales fuerzas políticas.

Polarización social y escenario político

El escrutinio de los comicios estuvo salpicado de polémica debido a fallas técnicas y la necesidad de efectuar un recuento especial por inconsistencias en miles de actas. Salvador Nasralla, candidato conservador del Partido Liberal y segundo en la contienda, reclamó sin éxito una revisión “voto por voto”. Por su parte, Rixi Moncada, aspirante del izquierdista Libre y heredera política de la presidenta saliente Xiomara Castro, se ubicó en tercer lugar y rechazó explícitamente los resultados oficiales del CNE. Estas posturas reflejan una fractura persistente en el tejido social y político de Honduras.

En su discurso, Nasry Asfura reconoció la magnitud del desafío y apeló a la unidad al declarar: ”Es tiempo de reconciliación de unidad y de paz. Debemos de reconocernos como lo que somos. Una sola familia hondureña”. Remarcó además el compromiso de trabajar sin descanso por el país, extendiendo su mano a la sociedad bajo la promesa de servir con gratitud y determinación. Al obtener el 40,26 % de los votos, Asfura consolidó la hegemonía de su partido, pese a los cuestionamientos y el difícil ambiente poselectoral.

Miembros del equipo del candidato
Miembros del equipo del candidato presidencial Nasry Asfura, del Partido Nacional de Honduras, participan en el recuento de actas electorales (REUTERS/Leonel Estrada)

Continuidad democrática y fragmentación de fuerzas

El próximo 27 de enero de 2026, Nasry Asfura asumirá como el quinto mandatario del Partido Nacional desde la reinstauración democrática de 1980. Sus predecesores en el cargo han sido Rafael Callejas, Ricardo Maduro, Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández, este último protagonista de la única reelección presidencial del país, posibilitada en abierta contradicción a la prohibición constitucional existente.

En contraste, el Partido Liberal contó previamente con cuatro presidencias, siendo la última la de Manuel Zelaya, depuesto en 2009. La administración de Xiomara Castro, al frente del Partido Libertad y Refundación (Libre), supuso un breve viraje a la izquierda; Castro es además esposa de Zelaya y cuenta con su asesoramiento y coordinación política, continuando una línea de influencia reconocida en el escenario nacional.

En el cierre de su mensaje, Nasry Asfura citó la célebre invocación del escritor Froylan Turcios: “Bendiga Dios la pródiga tierra en que nací”, tomada de La oración del hondureño.