Uruguay: un colegio prohibió el celular a alumnos de 12 a 15 años y notó mejoras en la atención y la socialización

El Instituto Nacional de Evaluación Educativa analizó una experiencia inédita en el país, que fue aceptada por docentes, padres y alumnos, aunque los estudiantes más grandes fueron más reticentes; volvieron los problemas de los viejos cara a cara

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El Colegio Santa Elena de
El Colegio Santa Elena de Uruguay probó durante 2025 que sus alumnos de séptimo a noveno no usen el celular (Colegio Santa Elena)

Cada vez que un estudiante de séptimo, octavo y noveno grado llegaba a una de las dos sucursales del Colegio Santa Elena en Uruguay debía dejar su teléfono en lo que se conocía como un “estacionamiento para celulares”. Y recién volvía a utilizarlo cuando terminaba la jornada.

La experiencia –inédita en el país– fue evaluada por Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) y los resultados fueron informados la semana pasada por el semanario uruguayo Búsqueda. Se trató del primer informe de estas características en el país.

Los alumnos de estos grados tienen entre 12 y 15 años.

El estudio reunió la opinión de directores, adscriptos, docentes, técnicos y de 355 estudiantes, el 91% de los inscritos.

Los alumnos del ciclo básico
Los alumnos del ciclo básico del Colegio Santa Elena de Uruguay dejaron sus teléfonos en un "estacionamiento de celulares" (Colegio Santa Elena)

Entre los participantes hubo un amplio consenso en que la medida aplicada fue positiva, aunque, principalmente los alumnos, presentaron algunas quejas.

“La mayoría de los actores destaca mejoras en la atención, una reducción de la dispersión y una socialización más frecuente y sostenida, tanto dentro del aula como en recreo y otros espacios”, señala el informe, al explicar por qué la medida fue considerada como “positiva”.

El Ineed confirmó que “la restricción en el uso del celular puede producir mejoras significativas en la dinámica escolar, siempre que se acompañe de decisiones organizacionales coherentes, recursos tecnológicos adecuados y un enfoque pedagógico que trascienda la mera prohibición”.

Los alumnos de los grados más grandes tuvieron una mirada más crítica de la restricción: expresaron su desagrado y en algunos casos lo sintieron como una penitencia.

Alumnos del Colegio Santa Elena,
Alumnos del Colegio Santa Elena, en Uruguay (Colegio Santa Elena)

La regla no era estrictamente nueva en este colegio que tiene una sede en Montevideo y otra en Lagomar (en la costa del departamento de Canelones, a unos 20 kilómetros de la capital). Ya había allí una regla informal que restringía su uso, pero era una disposición que no lograba sostenerse en el tiempo. Había, por tanto, “mensajes contradictorios” para los estudiantes, según los docentes.

Los profesores definían al celular como un “elemento distorsivo constante”, incluso cuando estaba silenciado. En los recreos su uso afectaba la sociabilización de los menores: se mantenían aislados en muchos casos y había una menor interacción entre los jóvenes. También era un elemento que desencadenaba problemas, que se iniciaban en redes o fuera del centro educativo.

El 2025 fue el año de la puesta en práctica a rajatabla de la medida.

La aplicación tuvo algunas resistencias de parte de las familias en las primeras semanas de aplicación, de acuerdo al informe consignado por Búsqueda. Sin embargo, las devoluciones comenzaron a ser rápidamente positivas.

El Colegio Santa Elena tiene
El Colegio Santa Elena tiene dos sedes en Uruguay, en Montevideo y Lagomar (Colegio Santa Elena)

Entre los docentes, la medida tuvo un amplio respaldo: el 73% estuvo a favor, el 24% de acuerdo parcialmente y un 2% en contra.

Los adultos entrevistados consideraron que la restricción también permitió reducir la cantidad de conflictos que había en clases, aunque ahora prevalecen las peleas verbales.

La medida también promovió las interacciones cara a cara, los juegos deportivos, de caja o las cartas.

“Se ven más grupos conversando o jugando en los recreos, algo que antes era raro. De todas formas, algunos aluden a que siempre hay excepciones, ya que algunos igual traen su celular escondido, lo usan en el baño, pero no es lo más común”, dice el texto del Ineed.

En las familias, en tanto, el 82% estuvo muy de acuerdo; un 12%, de acuerdo; y el 6% en desacuerdo o muy en desacuerdo.

Entre los estudiantes la aceptación es menor. La percepción fue “levemente positiva, pero muy cercana al cero”.

El 40% de los alumnos dijo que se distrae menos en clase si no usa el celular; el 45% señaló que presta más atención y aprende más. Además, los estudiantes vieron que el no uso del celular redundaba en una mejora de la calificación por estar más atentos.

El informe reporta que los estudiantes de noveno grado (que están cerca de los 15 años) mostraron molestia y estuvieron de acuerdo. La consideraron “molesta”, “innecesaria”, “repentina” y “extrema”.