El monumento “El abrazo de los pueblos”, que homenajea a la inmigración judía en Uruguay, amaneció vandalizado este miércoles en Montevideo. Los atacantes tiraron pintura roja a la escultura, pintaron grafitis y dejaron un papel en el que reivindican lo que hicieron.
El presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, Roby Schindler, calificó al ataque como “absolutamente deplorable”, según dijo en declaraciones al noticiero Subrayado de Canal 10. Para él, se trató de “una manifestación odiosa que solamente busca desestabilizar”. “Esto es terrorismo”, sostuvo.
Schindler llamó a pronunciarse en contra de lo que sucedió, que entiende que no es solo contra la población judía en el país. “Esto es un ataque a la sociedad toda”, sostuvo, argumentando que la escultura es “un homenaje a las migraciones judías que se establecieron en el barrio”. El presidente de la institución aseguró que el país le abrió la puertas a los judíos que escaparon de la guerra y del horror. “Encontraron en Uruguay un refugio y la patria que allá no conseguían”, sostuvo.
El homenaje es una obra de la artista plástica Nora Kimelman que surgió como una iniciativa de la arquitecta Charna Furman, presentada en mayo. En declaraciones a El País, la autora contó que fue este miércoles a ver cómo había quedado su obra y describió la sensación que le quedó: “Mucho dolor y mucha incomprensión”.
“Mucho dolor que esté pasando esto en Uruguay”, expresó. Interpretó que la vandalización “no solo le pasó al pueblo judío sino a la sociedad uruguaya en general”. “Es una herida para todos que pase esto en Uruguay, un país donde siempre se mostró la paz y la receptividad”, agregó.
Schindler, en tanto, declaró al diario uruguayo que el ataque fue un “ruin, vil” que deja demostrado que los responsables forman parte de un grupo “que solo quiere el odio”. “Esto confirma que los discursos de odio deben estar sobre la agenda de todo el Uruguay: políticos, académicos, artistas, la sociedad toda. Porque los discursos de odio llevan a acciones de violencia”, sostuvo.
“Esto nos retrotrae a lo peor de lo que en particular mis abuelos me contaban de hace 80 u 85 años en la Alemania nazi, así empezó la Noche de los Cristales Rotos”, agregó.
El Comité Central Israelita del Uruguay presentó una denuncia penal por este episodio. “Si eso no lo frena la Justicia, ¿quién lo puede frenar? Que los jueces y fiscales entiendan que esto no lo pueden dejar escalar”, expresó el presidente de esa institución.
Los atacantes del monumento se autodenominaron “Anarquistas contra el genocidio” y dejaron una carta en la que reivindicaron la vandalización. En el texto expresan que el monumento es usado para “lavarse la cara mientras el Estado de Israel comete un genocidio contra el pueblo de Palestina”. Además, acusan al Israel de haber “retomado también el bombardeo, destrucción y asesinato en masa en el Líbano y Yemen”.
Tras el acto de vandalismo, la Intendencia de Montevideo repudió el hecho e informó que restaurará la escultura.
El monumento “simboliza la convivencia pacífica y tolerante que ha caracterizado a la sociedad uruguaya mediante el encuentro de los pueblos, y busca rememora la contribución de la colectividad judía al desarrollo cultural y social del Uruguay”, dice el comunicado.
La municipalidad resaltó el papel de los inmigrantes que llegaron a Montevideo “como un crisol de personas con muy distintos orígenes”y agradeció “al pueblo uruguayo por recibir a todas la migraciones, en particular, a la colectividad judía que huía del Holocausto”, agrega el texto.
La arquitecta que tuvo la iniciativa nació en el “seno de una familia que llegó al Uruguay escapando de la persecución que sufrieron los judíos bajo el nazismo”, destaca la Intendencia de Montevideo.