Una tractorada recorre el centro de València en rechazo al acuerdo con Mercosur y la "pérdida de soberanía alimentaria"

Durante la manifestación, los organizadores expresaron que la situación del sector agrícola español se ha agudizado debido a las recientes medidas legislativas adoptadas por la Unión Europea y a los acuerdos de libre comercio, lo que ha provocado el cierre de numerosas explotaciones agrarias y ganaderas, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Este fue uno de los argumentos principales que llevaron a decenas de tractores y participantes a movilizarse en el centro de València para exigir a la Unión Europea que rechace la ratificación del pacto comercial con los países del Mercosur.

De acuerdo con el medio que cubrió la protesta, cerca de las 09:00 horas comenzó una concentración en la avenida Hermanos Machado con Conde de Lumiares, desde donde la protesta avanzó hacia puntos clave del centro urbano, como la avenida de la Constitución, la Porta de la Mar y la calle Colón, finalizando frente a la plaza de Toros. La convocatoria fue organizada por la Unión Nacional de Asociaciones del Sector Primario Independientes (Unaspi), que extendió la protesta a otras ciudades de España. Según informó la organización, consideran que este acuerdo con Mercosur implicaría una "ruina total" para la agricultura nacional y supondría la pérdida de la soberanía alimentaria tanto para España como para el conjunto de Europa.

El manifiesto presentado en la movilización sostiene que el sector primario español se encuentra en una situación límite. Los representantes de Unaspi señalaron que desde 2009 a 2020, España perdió 74.925 explotaciones agrarias, lo que representa una disminución del 7,6%, y 73.054 explotaciones ganaderas, que equivale a un descenso del 30,1%, según los dos últimos censos agrarios del INE recopilados por la organización y detallados por el medio. Los convocantes sostienen que esta situación está directamente relacionada con el aumento continuo de los costes de producción, las nuevas restricciones, la burocracia añadida, los controles impuestos y la reducción de ayudas como la Política Agraria Común (PAC). Además, Unaspi denuncia que los denominados eco regímenes elevan los costes y dificultan la viabilidad económica de las explotaciones, al tiempo que las restricciones fitosanitarias complican la gestión de plagas y enfermedades.

Señalan que la firma de acuerdos de libre comercio, como el pacto con Mercosur, exacerba este panorama al generar lo que califican como una competencia desleal. En sus declaraciones, Unaspi subraya que los productos agrícolas procedentes de países sudamericanos compiten con ventaja al no estar sujetos a los mismos requisitos de sostenibilidad, controles y normativas que la producción europea, lo que precipita el cierre de pequeñas explotaciones familiares en España y genera un desequilibrio en el mercado.

Al explicar los riesgos para el medio ambiente, la organización acusó a Bruselas de promover políticas contradictorias, ya que mientras se insiste en construir una “Europa verde”, se firman tratados que, según ellos, propician el aumento de la contaminación y la deforestación en lugares como la Amazonía. Denuncian que la expansión de la producción de soja, carne, etanol y cítricos en Sudamérica deriva en la destrucción de ecosistemas clave, y que el impacto no se limita a la región, sino que afecta a la estabilidad ambiental global.

En términos similares, el presidente de la Asociación de Labradores Independientes Valencianos, Víctor Viciedo, explicó a los medios que el alcance territorial de los países del Mercosur multiplica por cuatro la superficie de Europa, lo que, en su opinión, generará una competencia “asfixiante” al basarse en una agricultura intensiva dominada por grandes corporaciones agroalimentarias. Viciedo remarcó que en España y en buena parte de Europa, el modelo de producción agrícola se articula en torno a explotaciones familiares, que se verían desplazadas progresivamente por la ventaja competitiva de grandes productores sudamericanos. Viciedo alertó sobre las consecuencias de la pérdida de la soberanía alimentaria al considerar que esta representa el soporte esencial de la soberanía nacional. Mencionó que de concretarse el acuerdo, los precios de los alimentos podrían incrementarse y se acentuaría el desabastecimiento en los mercados, lo que, según sus palabras, provocaría una “ruina total y absoluta”.

Durante la protesta, los agricultores y ganaderos hicieron hincapié en que las medidas adoptadas desde Bruselas no atienden las dificultades reales del campo, sino que, al contrario, podrían agravar la situación al eliminar herramientas eficaces para combatir plagas o enfermedades animales y aumentar las obligaciones administrativas. Según publicó el medio que cubrió la manifestación, los manifestantes aseguran que la combinación de reducción de ayudas, nuevas normativas y apertura comercial a productos procedentes de territorios con menores requisitos eleva la vulnerabilidad del sector primario, pone en peligro los empleos ligados a la actividad agraria y compromete la autosuficiencia alimentaria nacional, elementos considerados estratégicos para la seguridad y la estabilidad de España y Europa.

La tractorada de València forma parte de una movilización más amplia que, según detalló el medio, se replica en otras ciudades y busca presionar tanto a las autoridades nacionales como a las instituciones europeas para frenar la ratificación del acuerdo con el Mercosur, argumentando que su entrada en vigor podría transformar el paisaje agrícola español, aumentar la dependencia de mercados exteriores y poner a prueba la propia sostenibilidad del campo y del abastecimiento alimentario en la región.