Para muchas personas con historial médico relevante, factores de riesgo cardiovascular o largos periodos de inactividad, una evaluación médica previa resulta fundamental para adaptar el tipo de ejercicio físico, regular su intensidad y reducir riesgos potenciales asociados a la práctica deportiva. Esta advertencia cobra especial importancia ante la llegada de eventos deportivos populares que suelen convocar a participantes de perfiles muy diversos, incluidas personas con enfermedades respiratorias crónicas o antecedentes familiares de relevancia. En este contexto, la Organización Médica Colegial (OMC) recomendó someterse a un reconocimiento médico-deportivo antes de retomar o intensificar la actividad física, con el objetivo de lograr una práctica segura y eficiente, según informó el Grupo de Trabajo de Salud y Deporte de la institución.
Tal como detalló la OMC, el reconocimiento médico-deportivo permite evaluar el estado de salud general de cada persona y adaptar el ejercicio a sus características individuales. Esta evaluación ayuda a identificar factores de riesgo que pueden requerir ajustes en la rutina deportiva o la realización de pruebas médicas adicionales específicas. Según la OMC, los beneficios de este enfoque se extienden tanto a población sana como a quienes conviven con patologías crónicas.
Los especialistas del Grupo de Trabajo de Salud y Deporte de la OMC refirieron que la actividad física habitual actúa como un elemento central en la prevención de distintas enfermedades y contribuye de manera positiva a la calidad de vida. No obstante, sostienen que el incremento de la exigencia física en ejercicios o pruebas deportivas debe asumirse con sentido de responsabilidad personal, sobre todo cuando se desconoce el estado de salud actual o se identifican antecedentes particulares.
De acuerdo con la información publicada por la OMC, asistir a un reconocimiento médico no debe interpretarse como una limitación, sino como un recurso que facilita la personalización y seguridad de la rutina deportiva. El papel de la Medicina del Deporte adquiere relevancia, ya que los médicos con formación específica en prescripción de ejercicio pueden diseñar estrategias adaptadas a las necesidades y capacidades de cada individuo, favoreciendo así la prevención de complicaciones graves y optimizando el rendimiento físico.
El medio consignó que este proceso de evaluación parte de un enfoque de medicina de precisión, donde se consideran el perfil y los antecedentes personales, los factores de riesgo presentes y la naturaleza del esfuerzo que se pretende realizar. Los especialistas definen, a partir de los datos recogidos, recomendaciones personalizadas y la eventual indicación de pruebas complementarias ajustadas a cada caso.
La OMC reiteró que buscar asesoramiento profesional antes de comenzar, retomar o aumentar el nivel de actividad física incrementa la seguridad de las personas y mejora los resultados del entrenamiento. Además, la institución animó a la población a mantenerse activa, a prestar atención a las señales que pueda enviar el propio organismo durante el ejercicio y a consultar a los profesionales sanitarios siempre que surjan dudas o síntomas inesperados. Los criterios planteados buscan fomentar una cultura de autocuidado basada en la responsabilidad y en la intervención médica previa como herramienta de prevención y acompañamiento, reportó la OMC.
En su declaración, el Grupo de Salud y Deporte destacó la importancia de promover el deporte desde la responsabilidad individual, ya que “promover el ejercicio físico con responsabilidad es avanzar hacia una sociedad más saludable, activa y comprometida con el autocuidado”, según citó la OMC. Esta exhortación se produce en el contexto de la creciente realización de pruebas deportivas multitudinarias y la necesidad de garantizar entornos de práctica deportiva donde la prevención y la seguridad sean prioridades para todos los participantes, incluyendo aquellos sin experiencia previa o con factores de riesgo identificados.