Xabi Alonso toma aire

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Madrid, 14 dic (EFE).- Los tantos de Kylian Mbappé y de Rodrygo Goes dieron oxígeno al proyecto de Xabi Alonso en el Real Madrid, tocado antes de enfrentarse al Alavés y con vida por los pelos, con sufrimiento y un fútbol irregular que le bastó para ganar 1-2 en Mendizorroza y sostenerse a cuatro puntos del líder, el Barcelona.

Mientras el conjunto azulgrana camina con paso firme, el Real Madrid no despeja sus dudas. Los hombres de Hansi Flick, tras su victoria frente a Osasuna (2-0), encadenan siete victorias consecutivas. Los de Xabi Alonso, antes del pitido inicial en Mendizorroza, sumaba un partido ganado de los últimos cinco.

Esos números, más las derrotas frente al Liverpool y el Manchester City en la Liga de Campeones, generaron muchas dudas en un técnico al que ya miran con lupa. Por eso, Mendizorroza, para muchos, se presentó como un plebiscito sobre Xabi Alonso, que superó la prueba por muy poco y con otra imagen no muy halagüeña.

Cuatro fueron sus salvadores y en jugadas prácticamente aisladas: Jude Bellingham, Vinícius Júnior, Mbappé y Rodrygo. Los dos primeros, fueron los lanzadores. Los dos últimos, los ejecutores; y el atacante francés, quien se estrenó con un tanto excepcional tras aprovechar un pase de Bellingham: carrera, remate y golazo, el número 17 en Liga.

Lo hizo en el acto inicial y, en el siguiente, el Real Madrid volvió a dormirse en los laureles para recibir un susto tremendo con el tanto de Carlos Vicente, que no llevaba ni un minuto sobre el campo cuando empató en el 69. Entonces, apareció Vinícius, desdibujado durante todo el choque, para asistir a Rodrygo en el tanto de la victoria.

El brasileño mantiene su línea ascendente tras marcar frente al City y salvó a su equipo con otro acierto. Al Real Madrid le dio para ganar, sumar tres puntos y dar unos días de tranquilidad a Xabi Alonso, que todavía no ha conseguido espantar las dudas del juego de su equipo.

Con el agua al cuello tras siete encuentros sin victorias en el banquillo del Oviedo, Luis Carrión se presentó en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con el objetivo de seguir con vida en un puesto al que llegó esta misma temporada para sustituir a Veljko Paunovic. No lo consiguió, fue goleado sin piedad por el Sevilla al ritmo de Akor Adams y fue destituido de forma oficial en la tarde de este domingo.

El atacante nigeriano, autor de un tanto, de una asistencia de gol y de una participación clave en otro, fulminó a un técnico que aún no sabe lo que es ganar un partido en Primera División. A las ocho jornadas sin ganar que sumó con el Oviedo, añade otras nueve con Las Palmas la temporada pasada en las que tampoco ganó y fue sustituido por Diego Martínez.

En el que fue su último duelo bajo el manto del Oviedo no pudo acercarse ni al empate. Y además, desde el principio, cuando Akor Adams abrió el marcador tras culminar un mano a mano ante el guardameta Aaron Escandell. Poco después, el nigeriano se apuntó otro aplauso con la asistencia a Sow en el segundo. Y, en el tercero, fue clave en una dejada en el tanto de Batista Mendy.

Chidera Ejuke se encargó de cerrar la cuenta en el último suspiro y el 4-0 hizo un daño tremendo a Carrión y dio un respiro a Matías Almeyda, que encadenada dos derrotas (Espanyol y Betis) y un empate (Valencia). Necesitaba ganar para espantar fantasmas, lo consiguió, convenció y el Sevilla se colocó a cuatro puntos de Europa a la espera del Rayo Vallecano-Betis que se disputará este lunes.

Parece un dato increíble, pero el Celta, antes del pitido inicial del choque frente al Athletic, acumulaba 218 días sin ganar un partido de Liga en Balaídos. Exactamente, desde el pasado 10 de mayo, día en el que superó al Sevilla. Desde entonces, hasta en nueve ocasiones falló en sus intentos por recuperar la senda de la victoria. Finalmente, fue el Athletic la víctima propicia.

El conjunto vasco perdió 2-0 contra un equipo en el que Claudio Giraldez rotó hasta a siete futbolistas respecto al once que perdió el pasado jueves en la Liga Europa frente al Bolonia. Mientras, el once de Ernesto Valverde, en buena línea tras ganar al Atlético y plantar cara al París Saint-Germain, se mantuvo prácticamente igual. No le salió bien la jugada.

El Athletic se inmoló en diez minutos para olvidar, entre el 48 y el 55, cuando el Celta pisó el acelerador y se llevó el partido con los tantos de Williot Swedberg, que añadió otro acierto a los dos del Bernabéu la pasada jornada, y de Jones El-Abdellaoui, que cerró un marcador que pudo ser más ajustado si Nico Williams no hubiese fallado un penalti ante Radu. Pero la realidad es que el Celta ganó, se acerca a Europa y el Athletic se atasca.

Juan José Lahuerta