La planificación compartida entre el paciente de demencia, sus familiares y el médico es "clave" para una atención digna

Considerar los deseos individuales en el proceso asistencial de personas con deterioro cognitivo mejora la calidad del acompañamiento, reduce disputas familiares y favorece intervenciones alineadas con la autonomía del paciente, según expertos reunidos por la Confederación Española de Alzheimer

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Decidir junto al paciente con deterioro cognitivo cómo quiere que sea su atención permite anticipar decisiones sobre cuidados y tratamientos, lo que reduce potenciales conflictos familiares y mejora la calidad de vida, según afirmó Iñaki Saralegui, médico de la unidad de medicina paliativa y presidente del comité de ética asistencial de la Organización Sanitaria Integrada Araba. Tal como publicó la Confederación Española de Alzheimer y Otras Demencias (CEAFA), la planificación compartida es considerada clave para garantizar respeto a la autonomía de las personas afectadas por demencias.

Durante un seminario organizado por CEAFA, Saralegui señaló que involucrar tanto al paciente como a sus familiares y al equipo médico en el proceso de toma de decisiones resulta esencial para ofrecer una atención digna. Según informó el medio, la planificación se entiende como un proceso continuo y no como la simple formalización de un documento. Esta tendencia implica ir revisando y adaptando las decisiones conforme evoluciona la enfermedad, lo cual permite que los cuidados se ajusten mejor a los valores y deseos del afectado.

El medio CEAFA detalló que el médico considera que documentar las voluntades anticipadas no solo previene desacuerdos familiares, sino que facilita intervenciones alineadas con las preferencias y necesidades reales de la persona con demencia. Saralegui subrayó: “Es una herramienta que humaniza la atención y alinea los cuidados con aquello que da sentido a la vida del paciente”. Entre los temas a tratar en estos documentos se incluyen decisiones sobre alimentación en etapas avanzadas, posibles derivaciones hospitalarias e incluso la solicitud de eutanasia, siempre contextualizados desde la perspectiva de la dignidad y la calidad de vida.

CEAFA difundió que la planificación compartida implica también nombrar representantes que tomen decisiones cuando la persona ya no pueda hacerlo, así como actualizar las preferencias a lo largo del tiempo. Saralegui explicó que este enfoque no se limita a establecer directrices sobre el final de la vida, sino que busca comprender a fondo los valores y aspiraciones del paciente. Dicha comprensión profunda orienta los cuidados en cada etapa de la enfermedad.

Según lo expuesto durante el seminario, la divulgación de los beneficios de la planificación compartida es un desafío pendiente. Saralegui remarcó la importancia tanto de difundir la práctica entre la población como de capacitar de manera específica a profesionales del sector sanitario. Además, el experto instó a las instituciones a comprometerse para asegurar que la atención se centre en la persona y en sus relaciones sociales y familiares, y no únicamente en la enfermedad.

CEAFA aportó que la implementación de este modelo abre oportunidades para fortalecer la coordinación entre los servicios sociosanitarios y aporta una mejora tangible en la calidad del acompañamiento ofrecido. En ese sentido, la organización sostiene que considerar los deseos individuales desde fases tempranas favorece la cohesión familiar y evita decisiones apresuradas o intervenciones discordantes en etapas avanzadas de la enfermedad. De acuerdo con el testimonio de Saralegui reflejado por la confederación, el respeto a la autonomía personal y la participación activa del paciente conforman los ejes de atención más equitativos y efectivos en el abordaje integral de la demencia.