El ex militar venezolano Milton Revilla reveló la persecución y las torturas que padeció tras denunciar los nexos del chavismo con las FARC, ETA y Hezbollah

Su declaración describe cómo los apoyos a grupos armados que derivaron en atentados, detenciones arbitrarias y la posterior presión internacional para lograr su liberación. Ahora vive en el exilio

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La trayectoria de Milton Revilla, ex comandante del ejército venezolano, revela una red de complicidades y represión estatal que, según su testimonio, atraviesa las estructuras de poder en Venezuela desde hace más de dos décadas.

En diálogo con Infobae TV, Revilla reconstruyó su experiencia como testigo y víctima de la connivencia entre el régimen chavista y organizaciones criminales internacionales, así como las consecuencias personales de haber denunciado estos hechos.

“Desde que empecé me di cuenta de lo que era el conflicto, de la dinámica fronteriza, el contrabando, el secuestro. Sin embargo, en el año 2000, cuando mi unidad es asignada al Catatumbo venezolano, comienzo a detectar que existían unos apoyos directos de miembros de la inteligencia militar venezolana hacia los grupos narcoterroristas que hacían vida”, relató Revilla a Infobae TV.

Su relato detalla cómo, tras recibir informes de inteligencia y realizar operativos en la frontera con Colombia, su unidad interceptó materiales estratégicos y precursores de estupefacientes que eran autorizados por superiores militares para cruzar hacia el frente treinta y tres de las FARC.

Revilla describió un episodio en el que detuvo a un ciudadano con setenta y dos millones de pesos colombianos, unos 38.500 dólares en promedio, de acuerdo con la tasa de cambio de la época, quien justificó el dinero como pago para los “raspachines”, los trabajadores que recolectan hojas de coca.

“A los dos días, esa misma persona pasó por el puesto fronterizo con documentos venezolanos. O sea, en solo dos días, él tenía una cédula venezolana y un pasaporte venezolano”, afirmó Revilla a Infobae TV, subrayando la facilidad con la que los detenidos eran liberados y legalizados por órdenes superiores.

La denuncia de estas prácticas lo convirtió en objetivo de represalias. Revilla explicó que en 2002 las FARC enviaron una carta al vicepresidente y al fiscal general de Venezuela solicitando su neutralización.

“Yo fui obligado a una baja forzosa en el año 2004 bajo amenaza. Fui objeto de tres atentados contra mi vida. El último fue contra mi vida y contra la vida de mi hijo de diez años”, declaró Revilla a Infobae TV.

La persecución culminó en su detención en 2010, cuando intentaba salir del país. Según su testimonio, fue trasladado a los sótanos de la Dirección de Inteligencia Militar (DIN), donde fue sometido a torturas sistemáticas.

Milton Revilla, ex comandante del
Milton Revilla, ex comandante del ejército venezolano

“Comienzan las torturas sistemáticas en los sótanos de la DIN. Y para mi asombro, la pregunta no era: ‘¿Dónde están los campamentos?’, sino todo el interrogatorio giraba en torno a quiénes eran los agentes de la DEA, dónde estaban esos agentes, dónde yo me iba a entrevistar con ellos y la forma de ubicarlos. Entendí yo que lo que querían en ese momento era ubicar a los agentes de la DEA y asesinarlos. Y luego asesinarme a mí”, sostuvo Revilla a Infobae TV.

El ex comandante describió con precisión los métodos de tortura empleados: “En ese primer dormitorio de ahí al lado tienes un tubo servido de aguas negras de la parte superior del techo. Ahí te guindan sobre las manos y comienzan a golpearte con diferentes objetos contundentes. Hay un cuarto que lo llaman el cuarto de los locos, forrado completamente por colchones verdes, con control de calefacción. Allí te desnudan, te insertan dentro de esa habitación y comienzan a controlar hasta el frío extremo, hasta que te desmayas, o el calor extremo, hasta que te desmayas por el calor. Utilizan tortura de distorsión espacio-temporal”. dijo.

“Hay otro cuarto que yo le llamo la tumba, que es un cuarto de uno punto cinco metros de ancho por tres metros de alto, con filtración de moho que afecta los pulmones. Tienen los choques eléctricos, maltratos verbales, de golpearte, de desnudarte delante de militares femeninas, de intentar violarte delante de las personas con la finalidad de quebrar tu voluntad”, detalló Revilla.

La presión internacional y la intervención de activistas de derechos humanos resultaron determinantes para su liberación. Revilla logró enviar una carta firmada con sangre a Estados Unidos, que fue presentada ante la Comisión Interamericana.

“El presidente Chávez ordena a mí que me saquen, que me dejen tranquilo. Ya el presidente sabía del atentado que habían hecho contra mí y contra mi hijo. Hugo Carvajal da la orden que me saquen de los sótanos del DIN, pero me da la orden de que yo tengo que salir del país”, narró Revilla.

Milton Revilla, en una foto
Milton Revilla, en una foto de archivo con Hugo Chávez. En esa reunión el militar le anunció que esperaba su primer hijo

A pesar de la orden de exilio, decidió permanecer en Venezuela para enfrentar el proceso judicial, donde, según su testimonio, tanto el juez como el fiscal que participaron en su caso le confesaron que actuaron bajo órdenes superiores y ambos fueron posteriormente asesinados.

Tras ser condenado a siete años y cuatro meses de prisión y pasar dos años en Ramo Verde, Revilla obtuvo una medida alternativa de cumplimiento de pena tras la muerte de Hugo Chávez y la salida de Carvajal de la Dirección del Inteligencia Militar del chavismo (DIM).

En 2017, al finalizar su condena, la persecución continuó y debió abandonar el país. Desde el exilio, ha sido testigo protegido en España y Colombia, aunque los procesos judiciales en ambos países y ante la Corte Interamericana permanecen paralizados.

“Todos los órganos del poder público en Venezuela sabían y conocían de las relaciones entre elementos de inteligencia militar, miembros de las FARC, miembros de Hisbolá y miembros de ETA. Todos lo sabían”, concluyó Revilla.