La salud de los médicos

Héctor Garín

Compartir
Compartir articulo

Resulta cuanto menos sorprendente que en los debates sobre la problemática del sistema de salud se pase por alto la situación de su actor principal: el médico. La intención de esta columna es poner a consideración de la opinión pública la paradoja de que, en la mayoría de los casos, los médicos que trabajan en el ámbito privado no están cubiertos por la seguridad social y tampoco cuentan con ningún tipo de licencia para capacitarse. A las mujeres se les niegan las debidas licencias por maternidad y lactancia.

Esta situación afecta a gran parte de la comunidad médica, ya que muchas clínicas, sanatorios y obras sociales tienen a un alto porcentaje de su personal como monotributista, es decir, bajo condiciones laborales precarias. O lo que es lo mismo: "en negro". Son numerosos los casos de médicos forzados a tener varios empleos y cumplir guardias agotadoras para sobrevivir. Ejercen su profesión sin seguro de accidente laboral, por lo que, ante cualquier problema, son despedidos sin indemnización o dejan de percibir sus honorarios hasta que puedan reincorporarse. Tampoco cuentan con seguro de desempleo, vacaciones ni aguinaldo.

Los males comienzan en los primeros escalones de la carrera médica: suelen ser pésimas las condiciones laborales de quienes hacen su residencia en el ámbito privado. Por lo general, la gente desconoce que abundan los casos en los que a los médicos residentes se les exige una jornada de 14 horas diarias y guardias de 24 horas, de modo tal que pueden llegar a trabajar cerca de 120 horas semanales, cuando la legislación vigente establece un límite de 48 horas.

Sus patrones hacen la cuenta horaria al revés de lo que marca la ley. Quizá sea por ello que el médico que opta por hacer su residencia en el ámbito privado muchas veces sea sometido a un interrogatorio sobre su situación familiar en vez de tomarse en cuenta la calificación que ha obtenido a lo largo de sus años de formación profesional. Califican mejor aquellos profesionales que son solteros o cuentan con recursos propios o de sus familias para sostenerse mientras cursan una residencia en la que se les ofrece un bajo salario. De la capacitación que lleva implícita una residencia ni hablar.

Revertir todas estas problemáticas es la prioridad de la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP), que fue conformada para devolverle al médico la dignidad como trabajador y eje central del sistema de salud. Es muy importante que vaya cambiando el pensamiento del médico, porque hace tiempo que ha cambiado su condición. Ya no ejerce aquella profesión liberal en la que había una relación directa con el paciente en su consultorio, ahora es un trabajador en relación de dependencia en cuanto a deberes y derechos.

Todos los profesionales de la salud son importantes, pero el único que no puede faltar en el sistema es el médico. ¿Cómo se va a lograr la mejor calidad el sistema sanitario si no se cumplen las condiciones básicas para la salud de los médicos?

 

El autor es secretario general de la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP).