“Mi muñeca se agusanó”: las insólitas anécdotas de los regalos navideños que marcaron a los niños mexicanos de antes

Los relatos contados a Infobae México muestran cómo un simple juguete podía transformar los sueños

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Los juguetes clásicos como el
Los juguetes clásicos como el nenuco o la “Comiditas” formaron parte de la ilusión decembrina de generaciones pasadas (Gemini)

Desde hace décadas y en cada diciembre, miles de hogares en México aguardan con expectación la llegada de los Reyes Magoso Santa, esperando encontrar bajo el árbol de Navidad aquel juguete soñado.

Regalos como muñecas “Comiditas”, cajas sorpresas y valores transmitidos en familia marcaron generaciones.

Testimonios recogidos por Infobae México permiten reconstruir la memoria emocional de una temporada donde la ilusión lo ocupaba todo y cada niño tenía una historia imborrable sobre el regalo que definió su infancia.

La nostalgia de quienes crecieron revive en estas fiestas para recordar que los obsequios, más allá de los objetos, se convirtieron en símbolos de cariño, creatividad y experiencias compartidas.

La historia de la muñeca que se agusanó

Zulema González compartió un recuerdo vívido sobre el regalo que definió la niñez de muchas niñas mexicanas:

“Creo que el regalo que cambió la vida fue la ‘Comiditas’. Era una muñeca que comía, traía sus papillitas y tú le dabas de comer”.

Niñas mexicanas compartían muñecas y
Niñas mexicanas compartían muñecas y creaban recuerdos inolvidables cada Navidad (Gemini)

El encanto de aquel juguete residía en su realismo; sin embargo, el entusiasmo de Zulema y sus hermanas fue más allá de las instrucciones.

“Lo curioso aquí fue que era una muñeca para las cuatro. Obviamente, le pusimos comida de verdad y lo más curioso es que se agusanó”, narró González.

El destino de la muñeca, víctima de la experimentación infantil, quedó sellado por aquel detalle: la comida verdadera permaneció atascada en el mecanismo del juguete, convirtiendo el obsequio inolvidable en una anécdota familiar que pasa de boca en boca cada Navidad.

Este tipo de historias reflejan cómo los juguetes no solo entretenían, sino que daban pie a la imaginación colectiva y a experiencias compartidas, reforzando los lazos entre hermanas y primas.

La muñeca era muy popular
La muñeca era muy popular hace décadas (Facebook)

La caja gigante, la muñeca diminuta

La ilusión navideña también iba acompañada de grandes expectativas y, en ocasiones, sorpresas inesperadas.

Eliazú Falcón recuerda el día cuando, en el reparto de regalos de Reyes, eligió la caja más grande de todas.

“Era de Día de Reyes y había cuatro cajas… yo agarré la más grande. Recuerdo que era una muñequita bien pequeña con un montón de ropitas y no sé qué tanta cosa”, contó a Infobae México.

Abrir una caja gigante y
Abrir una caja gigante y encontrar una muñeca pequeña: una experiencia que marcó la infancia de muchos en México (Gemini)

La decepción inmortalizó ese instante: “No me gustó y por eso me marcó. Era la caja gigante, pero la muñeca pequeña… eso fue lo que elegí y pues ya nadie me la quiso cambiar y yo me quedé con esa”, relató Falcón.

El relato ilustra cómo las expectativas infantiles a veces chocaban con la realidad del contenido de aquellas cajas navideñas, convirtiéndose en recuerdos que persisten incluso más que la alegría misma de recibir un regalo.

Otros recuerdos que trascienden el objeto

Para Guadalupe Diego Martínez, el regalo que más impacto tuvo en su infancia fueron los “nenucos”, esos populares muñecos que durante años poblaron los juegos de simulación familiar.

En un giro menos material, Elvia Olguín Carrillo identificó como su regalo navideño más importante a los buenos modales.

Los juguetes clásicos como el
Los juguetes clásicos como el nenuco o la “Comiditas” formaron parte de la ilusión decembrina de generaciones pasadas (Gemini)

“No es un juguete, pero es un valor y aprendes a decir gracias, por favor”, subrayó para este medio.

Las cartas reflejaban tanto anhelos materiales como deseos de afecto y formación.

Cada testimonio describe cómo los obsequios, físicos o simbólicos, han dejado huella en la identidad y los recuerdos de quienes crecieron esperándolos.