Caléndula: el poder medicinal de esta planta para tratar la conjuntivitis en época invernal

El renovado interés por esta especie impulsa investigaciones sobre su uso en afecciones complejas y su potencial en la medicina moderna

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

La caléndula (Calendula officinalis) se ha consolidado como una de las plantas medicinales más versátiles y apreciadas tanto en la medicina tradicional como en la investigación científica contemporánea. Su uso extendido en América Latina y España responde a una combinación de tradición y evidencia científica, que en los últimos años ha sumado hallazgos prometedores sobre su potencial terapéutico, incluidos posibles efectos contra ciertos tipos de cáncer, según el Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Originaria del sur de Europa, la caléndula ha encontrado en México un terreno fértil para su cultivo, adaptándose con facilidad a regiones como Hidalgo, Estado de México, Veracruz y la Ciudad de México. Esta planta, conocida también como mercadela, virreina o alta reina, se distingue por su flor de color naranja intenso y su capacidad de crecer durante todo el año, aunque prefiere climas semisecos y templados, de acuerdo con el IPN y la Revista Cubana de Farmacia.

Su morfología incluye tallos de entre 30 y 70 centímetros de altura y hojas alargadas, pegajosas al tacto, que carecen de soporte de unión con el tallo. Es importante subrayar que la caléndula no pertenece a la familia de los tagetes, por lo que no debe confundirse con el cempasúchil, pese a las similitudes en color y forma.

Propiedades medicinales de la caléndula

Caléndula. (Adobe Stock)
Caléndula. (Adobe Stock)

Las propiedades medicinales de la caléndula han sido objeto de numerosos estudios. Según la Revista Cubana de Farmacia, esta planta posee efectos antiinflamatorios, antioxidantes, antisépticos y cicatrizantes. Su alto contenido de antioxidantes naturales la convierte en un recurso eficaz para combatir la conjuntivitis, mediante infusiones que se aplican directamente sobre el ojo afectado.

Además, sus cualidades antisépticas y cicatrizantes la han posicionado como ingrediente principal en ungüentos y cremas para tratar heridas superficiales y afecciones cutáneas como el pie de atleta, donde ayuda a reducir la irritación y las llagas.

Margarita mexicana planta (Adobe Stock)
Margarita mexicana planta (Adobe Stock)

El uso tradicional de la caléndula abarca un amplio espectro de aplicaciones en la salud. Destaca su eficacia en el tratamiento de la gastritis, ya que las infusiones de la flor alivian la irritación estomacal y previenen la formación de úlceras gástricas. También se emplea para mejorar síntomas de hepatitis y aliviar cólicos estomacales o menstruales, gracias a sus efectos calmantes y antiinflamatorios que relajan la zona abdominal y disminuyen la intensidad de los espasmos. Además, la caléndula contribuye al tratamiento natural de la hipertensión, la taquicardia, la arritmia y diversas afecciones del sistema urinario.

En el ámbito de la investigación científica, los estudios más recientes del Instituto Politécnico Nacional han arrojado resultados alentadores sobre el potencial anticancerígeno de la caléndula. De acuerdo con el IPN, esta planta podría desempeñar un papel relevante en la reducción del cáncer cervicouterino (HeLa) y del cáncer de pulmón, aunque los expertos subrayan la necesidad de continuar con investigaciones más profundas para confirmar estos efectos y determinar sus mecanismos de acción.

El uso tradicional de la
El uso tradicional de la caléndula abarca un amplio espectro de aplicaciones en la salud (Foto: Getty Images)

Formas habituales de consumo y uso externo de la caléndula para afecciones oculares

Infusión de caléndula para uso externo (compresas):

  • Preparar una infusión con flores secas de caléndula (una cucharadita por taza de agua hirviendo).
  • Dejar enfriar totalmente y colar cuidadosamente, asegurándose de no dejar restos sólidos.
  • Empapar una gasa estéril o un algodón en la infusión fría y aplicar suavemente sobre los ojos cerrados durante algunos minutos.
  • No introducir el líquido directamente en el ojo.

Baños oculares (no directos): Utilizar la infusión preparada como se explicó, para lavar suavemente los párpados y áreas externas, evitando el contacto directo con el globo ocular.