Corona de Cristo: así es como esta planta podría estarte robando la energía 

Esta planta produce floración en color rosa y se caracteriza por espinas

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La flor corona de Cristo
La flor corona de Cristo destaca por sus pequeñas flores coloridas y tallos espinosos, típica en climas cálidos. – (Imagen Ilustrativa Infobae)

La popularidad de la corona de Cristo en los hogares latinoamericanos responde tanto a su resistencia como a su apariencia singular.

Originaria de Madagascar, esta planta llegó a Europa en el siglo XIX, donde se convirtió en un objeto de deseo por su forma exótica y la intensidad de su floración roja. Su capacidad para sobrevivir en condiciones adversas y su facilidad de cultivo la hicieron habitual tanto en jardines exteriores como en espacios interiores, aunque el Feng Shui desaconseja su presencia dentro de la vivienda.

El simbolismo de la corona de Cristo se ha forjado a lo largo de los años, en parte por la semejanza de su tallo espinoso con la corona de espinas que, según la tradición cristiana, llevó Jesús durante la crucifixión. Esta asociación ha dotado a la planta de un significado casi sagrado en el catolicismo, donde se cultiva con devoción y se le atribuyen propiedades protectoras.

El tallo cubierto de espinas se interpreta como un escudo natural contra el peligro y las energías negativas, mientras que la flor roja representa la esperanza y la fortaleza, un recordatorio de la capacidad del amor para prevalecer en circunstancias difíciles.

No obstante, el Feng Shui sostiene una visión opuesta. Según esta disciplina, la energía que emana de la corona de Cristo resulta demasiado intensa para los espacios interiores, hasta el punto de considerarla un repelente de energía positiva y abundancia. Se le atribuye la capacidad de provocar conflictos, irritabilidad y malentendidos entre los habitantes de la casa.

Por este motivo, los expertos en Feng Shui recomiendan ubicarla en balcones, terrazas, jardines de entrada o en el alféizar de las ventanas, donde pueda actuar como barrera protectora sin interferir con la atmósfera interna del hogar.El cuidado de la corona de Cristo exige atención a su naturaleza suculenta.

Prefiere la luz solar directa, aunque tolera la sombra parcial, lo que limita su crecimiento y floración. Puede alcanzar hasta 1,5 metros de altura, pero en condiciones de poca luz su desarrollo se ve restringido. Durante los inviernos rigurosos, es necesario resguardarla en interiores o cubrirla con mantas térmicas para evitar daños. El riego debe ser escaso y espaciado, permitiendo que la tierra se seque completamente entre cada aplicación de agua, ya que el exceso de humedad puede pudrir las raíces.

En algunas regiones, la corona de Cristo es considerada una planta milagrosa, capaz de conceder curaciones y protección. Existen leyendas que afirman que si florece en invierno, anuncia la llegada de un milagro. Sin embargo, desde la óptica del Feng Shui, su presencia dentro del hogar se asocia con la alteración de la vibración y la armonía del espacio, por lo que se insiste en mantenerla en lugares donde reciba abundante luz solar y no interfiera con la energía positiva del entorno.