Así es como la Guardia Nacional habría pactado con el narco en Michoacán, según International Crisis Group

Los grupos criminales sostienen un supuesto acuerdo con las autoridades para evitar una cacería activa en su contra

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En estados como Michoacán, las fuerzas federales habrían establecido acuerdos informales con el crimen organizado, según un reciente informe. Foto: Sedena
En estados como Michoacán, las fuerzas federales habrían establecido acuerdos informales con el crimen organizado, según un reciente informe. Foto: Sedena

La política de ‘Abrazos, no balazos’, el robustecimiento de la Guardia Nacional y la asignación de tareas fuera del ámbito de la seguridad a las Fuerzas Armadas han sido medidas de la actual administración duramente criticadas desde distintos sectores.

Pese a que el discurso oficial contempla una aparente reducción en el número de operativos dedicados a confrontar grupos criminales, esto ha propiciado situaciones en las que los militares han establecido acuerdos con estas organizaciones, según un reciente informe de International Crisis Group.

Un ejemplo de esto, incluido en el reporte El laberinto de los generales: crimen y militares en México, es visible en el estado de Michoacán.

Ahí, miembros de la organización independiente entrevistaron a personas que se identificaron como integrantes de varias estructuras delincuenciales y detallaron los pactos vigentes con las autoridades.

Un presunto comandante de Los Caballeros Templarios dijo que “aquí [en Michoacán] no los hemos visto en un par de años [a las fuerzas militares]”. Según el documento, en diciembre de 2018 un oficial de alto rango de la Secretaría de Marina (Semar) giró una orden a sus subalternos para que se frenaran los operativos en algunas partes del país.

Presuntamente, los operativos en Michoacán contra el narco serían resultado únicamente de la comisión de delitos en flagrancia, no de un esfuerzo sistemático por desmantelar a estas organizaciones. FOTO: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN /CUARTOSCURO.COM
Presuntamente, los operativos en Michoacán contra el narco serían resultado únicamente de la comisión de delitos en flagrancia, no de un esfuerzo sistemático por desmantelar a estas organizaciones. FOTO: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN /CUARTOSCURO.COM

“En zonas donde los militares mantienen presencia, se ha forjado una especie de coexistencia, en la que las fuerzas armadas se abstienen de intervenir en los asuntos de los grupos criminales siempre que se respeten ciertas reglas informales”, añade International Crisis Group.

Testimonios de otro supuesto miembro de Los Caballeros Templarios expuso que las fuerzas de seguridad “pueden y quieren echarse a un ladito. Hay muchas maneras de trabajar, de hacer dinero, de que coman ellos y que comamos nosotros, pero que no haiga tanto muerto (sic.)”.

En este sentido, algunos líderes criminales que conversaron con la organización manifestaron que los retenes de la Guardia Nacional son “fáciles de evadir””.

“El trato que tenemos con ellos [la Guardia Nacional] es que evitamos toparnos con ellos para que no tengan que hacer nada”, añadió un cabecilla de alto rango, luego de haber recibido reportes de su cuerpo de seguridad sobre un puesto de vigilancia militar.

Muestra del arsenal en poder del Grupo Operativo Lagarto, brazo armado del CJNG con presencia en Michoacán. (ESPECIAL/CUARTOSCURO)
Muestra del arsenal en poder del Grupo Operativo Lagarto, brazo armado del CJNG con presencia en Michoacán. (ESPECIAL/CUARTOSCURO)

En otra entrevista con un integrante de un grupo criminal de Michoacán, la organización tuvo conocimiento de que “la clave para evitar operaciones militares es abstenerse de hacer manifestaciones abiertas de violencia”. Sin embargo, esto en ocasiones orilla a las células delictivas a desaparecer personas.

A quienes les toca, te toca desaparecerlos”, aseveró un líder delincuencial, quien aceptó haber desaparecido los cadáveres de tres hombres acusados de abusar sexualmente de una menor. Su grupo los asesinó y enterró en un plantío de aguacates con tal de que las autoridades no iniciaran una persecución en su contra.

Otra de las estrategias que habría implementado el crimen organizado en Michoacán sería la reducción de materiales que documenten la violencia. En este sentido, los autores del informe compartieron que en su visita de campo, un comandante criminal “insistió en que no se tomaran fotografías o videos de combates o bajas mientras sus subordinados llevaban a cabo una ofensiva contra un grupo enemigo”.

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