Entre los lustrosos pasillos y las paredes de mármol del octavo piso de la Corte de Distrito Este de Nueva York han desfilado en los últimos días varios testigos para comparecer en el juicio contra el ex Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, por su presunta cooperación con el Cártel de Sinaloa en el tráfico de drogas a Estados Unidos.

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A más de dos semanas de que empezó el juicio contra uno de los funcionarios más cercanos al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), no han sido pocos los momentos sensibles que se han vivido en la Corte de Brooklyn.

Después de que concluyó la larga sesión del primer día de juicio, y tras escuchar al primer testigo de la Fiscalía, Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, quien aseguró que le pagó sobornos millonarios al ex funcionario durante años, Genaro García Luna le lanzó un beso a su esposa y en sus labios se leyó un “te quiero”, que pronunció antes de girarse y golpearse con la puerta que los alguaciles le habían abierto para que abandonara la sala.

Linda Cristina, más que una esposa

En 2008 García Luna contrajo matrimonio con Linda Cristina Pereyra Gálvez, quien es dos años menor que él y nació en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México.

Pereyra Gálvez se tituló en 2018 como licenciada en Derecho por la Facultad de Estudios Profesionales y Posgrados de la Ciudad de México. Ambos procrearon dos hijos: Genaro y Luna.

De acuerdo con lo expuesto por el periodista J. Jesús Lemus en su libro El Licenciado, Linda Cristina se convirtió en más que el soporte emocional de García Luna, pues también habría participado en operaciones económicas que contribuyeron a hacer más grande la fortuna de la familia.

Un restaurante llamado “Los Cedros”, ubicado en la alcaldía Xochimilco, fue registrado a nombre de la propietaria Linda Cristina Pereyra Gálvez ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial bajo el número de expediente 878390 del 28 de agosto de 2007.

No obstante, de acuerdo con el periodista, a la familia de García Luna el Sistema de Administración Tributaria (SAT) les perdonó el pago de impuestos por 4 millones 741 mil pesos en 2010, justo en la época cuando García Luna ya era considerado el hombre más fuerte del gobierno de Calderón.

“Si estos (impuestos perdonados) fueran solamente por el pago de IVA, significaría que el negocio de los García Pereyra tuvo ingresos en un año por más de 29 millones 631 mil pesos. Ahora bien, si la condonación corresponde únicamente al pago del ISR, entonces el negocio habría tenido ventas en un año por el orden de los 15 millones 803 mil pesos. Podría inferirse que era un excelente negocio . . . o que de alguna forma sirvió para el lavado de dinero”, apuntó el periodista en su libro.

Los negocios de la pareja

Posteriormente, cuando García Luna se fue a vivir a los Estados Unidos al término de su gestión pública, cambiando totalmente su nivel de vida, Pereyra Gálvez abrió dos nuevos negocios en Miami: Restaurant & Beverage Operator Los Cedros y Los Cedros and Best Friends Group LLC.

De acuerdo con el libro de Lemus, los dos negocios estaban vinculados con el despacho Serber & Associates P.A., de Daniel J. Serber, quien, junto con Jonathan Alexis Weinberg, representó a ICIT Security Group Holding LLC, una de las empresas de venta de servicios y equipos de inteligencia beneficiadas por el ex secretario de Seguridad Pública.

A su vez, J. Serber está vinculado con la firma GL & Associates Consulting LLC, que García Luna fundó en Miami el 12 de diciembre de 2004. La pareja también fundó en esa misma ciudad el 19 de noviembre de 2013 la firma Delta Integrator LLC.

Las dos firmas de García Luna y su esposa también estuvieron involucradas en la compra de seis propiedades inmobiliarias en Miami, donde la pareja de esposos invirtió cerca de seis millones de dólares, de acuerdo con Jesús Lemus.

Linda Cristina, según Lemus, participó en una tercera empresa: Nunvav Inc., fundada en 2011 en Panamá. Santiago Nieto, ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), expuso en 2019 que a través de esta empresa, y mediante contratos poco verídicos, se lograron obtener más de 2 mil 742 millones de pesos del erario.

Los contratos otorgados por la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Tesorería de la Federación fueron por la venta de software de intervención de comunicaciones privadas vía telefónica y redes sociales.

Sin embargo, Nunvan Inc. no solo estuvo involiucrada en el sobrecosto de los servicios ofrecidos al gobierno federal, sino en que el propio software fue vendido también a la empresa ICIT Security Group Holding LLC, permitiendo que particulares tuvieran acceso en tiempo real a los trabajos de intervención de comunicaciones que realizaba el gobierno federal.

Dichos contratos de Nunvan se hicieron durante la administración de Enrique Peña Nieto, cuando García Luna ya se encontraba fuera de servicio. No obstante, para negociarlos se valió de un ex director del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).