El pequeño pueblo europeo declarado Patrimonio de la Humanidad que tiene más de 2.000 años de historia y un gran castillo

La riqueza arquitectónica y cultural hace que el turista viaje a la Edad Media en una ciudad que está considerada una de las más antiguas de Eslovenia

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La Navidad es la época favorita de muchos para viajar y descubrir nuevos rincones del mundo. Aunque España cuenta con un sinfín de ciudades que merece la pena visitar, también existen multitud de destinos de cuento en el extranjero. Precisamente, un lugar ideal para conocer en estas fechas es Ptuj, un pequeño pueblo de Eslovenia que fue declarado Patrimonio de la Humanidad, cuenta con más de 2.000 años de historia y alberga un espectacular castillo.

Ptuj, ubicada en la región eslovena de Podravje, destaca por su valor histórico y cultural. Esta ciudad, considerada una de las más antiguas de Eslovenia, está presidida por un castillo que se ha convertido en emblema local y en guardián de las bodegas más antiguas del país. Entre sus manifestaciones culturales más relevantes figura el carnaval, reconocido por la presencia de las máscaras Kurenti, inscritas en la lista del patrimonio inmaterial de la UNESCO.

En las proximidades de la ciudad se encuentra el balneario Terme Ptuj, conocido por su propuesta de bienestar. Las visitas guiadas ofrecen la posibilidad de recorrer el centro histórico y participar en actividades que ponen en valor el pasado de la localidad. Además, Ptuj se integra en un entorno vinícola, caracterizado por extensos viñedos que producen una destacada selección de vinos blancos. La ciudad se sitúa a orillas del río Drava, cuya influencia ha sido decisiva en el desarrollo económico y estratégico de la zona a lo largo de los siglos.

Una fortaleza preside la ciudad y da muestra de su riqueza arquitectónica

Ptuj es una de las
Ptuj es una de las ciudades más antiguas de Eslovenia. (Wikimedia)

Una de las primeras impresiones al llegar a Ptuj es la presencia dominante del castillo que corona la ciudad. Esta fortaleza, visible desde distintos puntos, constituye uno de los referentes principales del patrimonio arquitectónico y cultural local, aunque representa solo una parte del conjunto histórico de la localidad.

El recorrido por el castillo, convertido en museo, permite al visitante acercarse a la vida en la Edad Media a través de objetos originales, tapices y obras de arte que reflejan la riqueza generada en esa época. Desde las alturas, las vistas ofrecen una panorámica de la ciudad medieval y de la expansión más reciente, con el río Drava perfilando el paisaje.

El castillo alberga también una muestra dedicada al carnaval de Ptuj, conocido como Kurentovanje. Durante esta celebración, los participantes adoptan la figura del Kurent mediante elaborados disfraces confeccionados con piel de oveja, cuernos adornados con lazos y plumas, y máscaras de madera o cuero. El atuendo incluye detalles como bigotes hechos con espigas de trigo, lengua roja prominente y dientes de alubias blancas. Un cinturón con cencerros completa la vestimenta y se agita enérgicamente durante los desfiles, con la finalidad de ahuyentar el invierno y dar la bienvenida a la nueva estación.

Calles repletas de edificios históricos y muchos monumentos: qué ver en Ptuj

Una de las señas de
Una de las señas de identidad de Ptuj (Eslovenia) es su famosos carnaval. (Reuters/Borut Zivulovic)

Ptuj destaca por la presencia anual de la cigüeña blanca, especie que elige los tejados de la ciudad para anidar y que contribuye a un paisaje urbano distintivo y muy apreciado por quienes buscan captar estampas singulares. Entre sus lugares preferidos figuran los techos del Monasterio de los Dominicos, construcción barroca del siglo XIII que conserva patios y claustros utilizados como refugio durante los meses más cálidos. La fachada, en tonos rosados con detalles florales blancos, añade valor al conjunto arquitectónico.

El casco histórico de Ptuj, fácilmente transitable, refleja la prosperidad de la antigua aristocracia local. Un paseo por la Plaza de la Ciudad Vieja conduce a la estatua de San Florián, erigida como tributo al santo tras los incendios que afectaron la ciudad en varias ocasiones. En los alrededores se concentran comercios dedicados a la venta de productos típicos, que refuerzan la identidad local.

La ciudad atesora numerosos testimonios de su pasado. Bajo el nombre de Poetovio, obtuvo singular importancia durante el periodo romano y fue el emperador Trajano quien le otorgó el estatus de ciudad. Entre las tradiciones heredadas figura el uso de baños termales, reflejo del valor que se otorgaba a la salud y al bienestar personal en la Antigua Roma.

Entre los monumentos más notables se encuentra el Monumento a Orfeo, que en la Edad Media fue utilizado como piedra de castigo. La historia y la arquitectura de Ptuj pueden descubrirse en cada recorrido por el centro, donde destacan la Torre de la Ciudad, de estilo veneciano, y la Plaza Minoritski, presidida por el Ayuntamiento y la Columna Votiva, elemento arquitectónico característico en varias ciudades eslovenas. En esta área también se halla el Monasterio Minorita, cuyos franciscanos tuvieron un papel relevante en la docencia local.