“Ver, oír, callar y actuar”: el lema de una escuela de mayordomos que explica cuál es su funcionamiento

En la actualidad, la profesión se ha tornado más exigente por su nivel académico, así como se ha abierto a la incorporación de las mujeres al mercado laboral

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La tarea del mayordomo está
La tarea del mayordomo está en auge por los nuevos perfiles contratantes, así como la profesionalización del puesto de trabajo. / Imagen de archivo

El cine, como en la mayoría de ámbitos de la vida, reflexiona y aboca a los espectadores ante realidades poco conocidas. Películas como Lo que queda del día (James Ivory, 1994) o El mayordomo (Lee Daniels, 2013) muestran, precisamente, el oficio de servir a terceros sin mayor contrapartida que un salario, como en cualquier otro puesto de trabajo. Pero, ¿cuál es el recorrido hasta llegar a dedicarse a ser mayordomo?

Lo cierto es que, en las últimas décadas, el oficio de mayordomo ha experimentado una transformación profunda, adaptándose al auge del sector del lujo y a la diversificación de perfiles. Según reveló Juan de Dios Orozco, director y fundador de la International Butler School, en una entrevista con La Sexta, se trata de una profesión muy selecta, remunerada y exigente, reservada a titulados universitarios con experiencia previa en hostelería de alto nivel y dominio de varios idiomas.

Dado que se requiere una formación académica casi excelente, según relata Orozco, los salarios, que pueden situarse en torno a los 45.000 a 50.000 euros netos anuales para perfiles junior, reflejan el nivel de especialización requerido, así como la dedicación que demanda el puesto, pues en numerosas ocasiones el profesional reside en la propiedad donde ejerce su labor de servilismo.

La evolución del mayordomo y su formación actual

La formación y el acceso a esta carrera han dejado de ser esotéricos. La International Butler School, con sede en España, aboga por la excelencia y la vuelta al detalle en el servicio. Su director, Orozco, resume la filosofía del centro con el lema: “Ver, oír, callar, actuar… y hacer las cosas bien, muy bien". De acuerdo con la información publicada en la web del centro, el objetivo consiste en adiestrar a los profesionales en las competencias propias de la hospitalidad de lujo, seleccionando candidatos con actitud elegante y disposición natural hacia las buenas maneras, la cortesía y el protocolo.

La escuela también ofrece servicios de House Manager y Concierge, así como asistencia en la selección de personal y consultoría para empresas en el universo del lujo. Además, colabora con entidades como la Asociación Española de Directores de Hotel o la Asociación de Técnicos de Protocolo de Galicia, entre quienes existe cierta retroalimentación en la preparación de los profesionales del futuro en el cambio del servilismo. Para que ello sea posible, el equipo docente está formado por expertos en diversas áreas: desde protocolo internacional y comunicación personal hasta gestión hotelera, seguridad, coctelería y conservación de arte, pasando por inteligencia emocional, maridaje de cocina o mantenimiento de grandes propiedades.

El centro imparte formaciones para aspirantes cuyo objetivo es alcanzar un grado óptimo de habilidades sociales, excelencia en las relaciones institucionales y dominio de la interculturalidad. Entre sus destinatarios figuran tanto quienes quieren triunfar como asistentes personales de directivos, como quienes necesitan liderar equipos en entornos tan singulares como yates de recreo o aviación exclusiva.

Un oficio elitista con tradición centenaria y presente dinámico

El prestigio internacional de la profesión se refleja en instituciones como The International Butler Academy, destacada por La Vanguardia como el “Harvard de los mayordomos”, el mayor centro del país. Esta academia, ubicada en Países Bajos, ha implantado un sistema formativo intensivo: un programa de 800 horas distribuidas en diez semanas, con un coste de 14.500 euros, que incluye alojamiento, manutención y uniforme. Sus instalaciones, una mansión de 7.500 metros cuadrados con 135 habitaciones, están diseñadas para que el alumnado interiorice la gestión de grandes propiedades —desde la apertura de una botella de champán hasta la coordinación de equipos—.

El director de la academia, Thomas Kaufmann, ha relatado en declaraciones recogidas por La Vanguardia la exigencia de un oficio en el que la actitud orientada al servicio permanece como elemento irrenunciable: “Si eres egoísta, serás un muy mal mayordomo”. A pesar de la modernización del sector, la demanda de discreción, confidencialidad y confianza sigue siendo máxima, pues se trata de empleados que tienen acceso directo a la intimidad de grandes fortunas y figuras públicas.

En pleno siglo XXI, la figura del mayordomo clásico ha evolucionado. Hoy pueden encontrarse profesionales que atienden a patrones que han hecho fortuna en el sector tecnológico y prefieren un trato más próximo, o candidatos a quienes se requiere gestionar redes de personal o atender tareas diversas; desde el cuidado del vestuario hasta la organización de eventos. El salario fluctúa en función del tamaño de la propiedad y las responsabilidades, llegando a equipararse en algunos casos al de un alto ejecutivo. El espectro de candidatos también se ha abierto: junto a varones de mediana edad, ahora acceden mujeres y personas de distintos orígenes y trayectorias profesionales —entre ellas, antiguos banqueros, abogados o policías—.

Conflictos y limitaciones legales del título de mayordomo real

La dimensión elitista y mediática de la profesión ha quedado patente en ciertos enfrentamientos judiciales. Uno de ellos involucra a la reina Isabel II, quien ha ganado recientemente un pleito a Grant Harrold, antiguo mayordomo de su hijo Carlos, que pretendía registrar la marca ‘The Royal Butler’ y seguir vinculando su figura profesional a la Casa Real británica. Aunque Harrold fundó una escuela de mayordomos y de etiqueta inspirada en su experiencia, los abogados de la monarca sostuvieron que su uso de la denominación inducía a error a los alumnos.

Acceder a una casa ya es un lujo en Madrid y Barcelona: el precio de compra ronda los 5.000 euros el m2 y el alquiler, los 20 euros.

Como resultado de la sentencia, el exmayordomo ha sido obligado a abonar 2.500 libras en concepto de gastos judiciales. Este tipo de litigios subraya las limitaciones para utilizar de forma indefinida una afiliación a la Casa Real y remarca la valoración del prestigio institucional en la industria. La historia y la actualidad del oficio muestran, por tanto, un sector en permanente renovación, donde los mayordomos combinan formación académica, talento interpersonal y capacidad de adaptación a contextos cada vez más complejos.