Tito Vivas, arqueólogo, sobre el yacimiento del Arca de Noé: “El mito no es bíblico, ni judío, ni cristiano. Esto viene de mucho más atrás”

El historiador pudo visitar el yacimiento gracias a la propuesta de los productores de la película de ‘Noé’ en 2005

Guardar
El monte del Ararat, ubicada
El monte del Ararat, ubicada en el sitio arqueológico de Durupinar (Wikimedia Commons)

Tito Vivas, arqueólogo español, viajó al monte Ararat, en Turquía, para investigar uno de los grandes misterios asociados a su disciplina: el yacimiento atribuido al Arca de Noé. El historiador ha visitado el pódcast de Jordi Wild (The Wild Proyect), donde ha relatado cómo fue experiencia y ha expuesto las complejidades de un relato cuya antigüedad se extiende aún más atrás de lo que se concibe tradicionalmente.

Según ha comentado Tito Vivas, la travesía surgió a raíz del estreno de la película ‘Noé’, de Darren Aronofsky, en 2005. La distribuidora buscó organizar una expedición de prensa para documentar el contexto real del monte donde, según la tradición, se asentó el arca tras el diluvio universal. El arqueólogo aceptó la propuesta, liderando un reducido grupo de periodistas a la conflictiva región, próxima a la frontera entre Turquía, Armenia y el Kurdistán.

No obstante, las sorpresas aparecieron casi desde el principio, cuando el experto se dispuso a documentarse sobre la ubicación y el contexto del mito: “Te das cuenta de que el mito no es bíblico, el mito no es judío, no es judío cristiano. Esto viene de mucho más atrás”, asegura. Y es que, según comenta, “el propio nombre Ararat viene de Urartu, que era la civilización antigua que existía allí”. De este modo, la famosa leyenda tendría muchos más años de los que se cree, ya que “ni siquiera” se menciona “en el Antiguo Testamento”.

Tito Vivas en el podcast
Tito Vivas en el podcast de Jordi Wild (The Wild Project)

El monje que alimentó la leyenda de Noé

El arqueólogo conectó la leyenda del arca con relatos aún más antiguos presentes en la Mesopotamia ancestral, señalando que la civilización de Urartu ya poseía mitos similares a los que recoge la Biblia siglos después. La narrativa en torno al diluvio universal, explicó Vivas en The Wild Project, se encuentra en textos como la ‘Epopeya de Gilgamesh’, donde un héroe es elegido por la divinidad para salvar a la humanidad tras una catástrofe hídrica. También citó las figuras de Utnapishtim y Ziusudra. “Te das cuenta de que hay varias culturas que tienen un nexo común, la destrucción de la humanidad por un diluvio”, analizó el historiador, y puntualizó que la geografía del Mar Negro y el Mediterráneo concentran estos relatos de inundaciones legendarias.

Asimismo, la versión egipcia no asocia la destrucción a la lluvia, sino al castigo de una diosa: “Llegas a Egipto y no lo tienes. Porque en Egipto no llueve”, asegura. Por lo que, “su relato está representado por una diosa leona, hija de Ra, enviada para destruir a la humanidad, pero lo hace de otro modo”. Pero ¿cómo es posible que no se tengan en cuenta estos antecedentes? Lo cierto es que el interés por descubrir pruebas materiales del arca ha sido constante desde la Edad Media.

De hecho, en la zona del monte Ararat, se han realizado diferentes expediciones en busca de restos, con resultados discutidos por la comunidad científica. El propio Vivas se encontró con descendientes de Fernán Navarra, un alpinista navarro-francés que aseguró haber traído un fragmento de madera que, tras ser sometido a pruebas de carbono-14, reflejó una antigüedad notable. “Navarra encuentra el trozo de madera precisamente en una grieta del glaciar de Parrot. Se le hicieron estudios de carbono catorce y daba una antigüedad bíblica”, relató Vivas.

El arqueólogo recibió de la familia tanto los informes como una pequeña muestra de esta madera, aunque matizó que la autenticidad y el origen exactos pueden resultar dudosos por la historia posterior de la muestra y por la posibilidad de que se trate de fragmentos de un monasterio medieval, también presente en la montaña. Y es que, una de las principales figuras que habría alimentado la leyenda del monte Ararat fue un monje medieval, que construyó el monasterio cerca de la cima. La construcción habría sido pasto de las llamas, lo cual explicaría la presencia de madera quemada en el recorrido de Navarra. “Creo que la madera que encontró era del monasterio que había construido este monje en época medieval”, afirma el historiador.

Este enclave milenario permite conocer la tradición y costumbres de sus habitantes a través de visitas guiadas que cuenta con la última tecnología

“Podía ser la huella fosilizada del arca de Noé”

El centro actual de las investigaciones es la formación geológica conocida como Durupinar, localizada por el aviador turco Ilhan Durupinar. Vivas explicó que en ese lugar -situado en la ladera del Ararat- se halló una estructura con forma de barco que contiene madera fosilizada de antigüedad considerable. “Se hicieron excavaciones arqueológicas y se dictaminó que parte de esa formación geológica era madera fosilizada... se planteó que eso podía ser la huella fosilizada del arca de Noé”, explica. Aun así, insiste en la falta de excavaciones sistemáticas con metodología científica.

Las dudas sobre la veracidad del hallazgo, así como el escepticismo científico, se mantienen. El profesor Randall Price, de la Universidad Liberty de Estados Unidos, sostiene que los supuestos vestigios del arca serían un montaje, y asocia la madera hallada a los restos de un barco contemporáneo transportado desde la región del mar Negro.

Por su parte, Vivas considera la posibilidad de que un evento geológico real origine el mito: “Se ha planteado la teoría de que lo que es el Mar Negro no existía hasta que un terremoto o algo abrió la grieta del Bósforo y desde el Mediterráneo se inundara toda esa planicie”, explicó a The Wild Project. Así, la idea de una inundación masiva en tiempos prehistóricos podría haber dado origen a narraciones que después adoptarían distintas culturas, modificadas con elementos locales y figuras de salvación.

De esta forma, el arqueólogo confía en la certeza del hecho y descarta que el mito provenga de una invención aislada. “Muchos de los mitos religiosos no surgen de la noche a la mañana, no se inventan, sino que son interpretaciones de hechos históricos reales, aunque no estén documentados”, sostiene. Respecto al propio barco, considera que el símbolo de la salvación aparece en los relatos “a posteriori en algunas culturas” después de los hechos que los inspiraron. En definitiva: “Yo no descarto que detrás del mito de relatos como el de Noé, Gilgamesh, Utnapishtim o incluso de la Atlántida, haya un hecho histórico de carácter geológico y climático que sí provocara una gran inundación”, concluye.