Choque entre animalistas y cazadores por el control de la peste porcina africana: la caza como “solución” o como práctica que “dispersará la enfermedad”

“Las granjas actuales son bombas de relojería”, advierten desde la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales

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Se elevan a 13 los
Se elevan a 13 los casos positivos de jabalíes con peste porcina africana. (Europa Press)

Tras más de 30 años sin escuchar hablar de ella en España, la peste porcina africana (PPA) ha irrumpido en los bosques periurbanos de Collserola, en Barcelona, con los casos confirmados de 13 jabalíes en poco más de una semana. La alarma sanitaria ha llegado a movilizar a la Unidad Militar de Emergencia (UME), veterinarios y un comité científico extraordinario.

El 26 de noviembre se encontraron los primeros cadáveres de jabalíes cerca del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), lo que activó el protocolo de vigilancia pasiva. Dos días después, el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete confirmó el genotipo II de PPA. Entre el 29 de noviembre y el 2 de diciembre aparecieron siete nuevos. El 5 de diciembre, se confirmó la cifra actual.

Hasta ahora, las 39 granjas porcinas de la zona permanecen libres de virus, pero el temor a que la enfermedad salte de la fauna silvestre a los cerdos domésticos mantiene en tensión al sector. Además, otros 37 jabalíes muertos han dado negativo en esta enfermedad.

La hipótesis principal que se maneja es que un viajero o transportista procedente de Europa del Este tiró un resto de comida infectada, que posteriormente fue ingerido por un jabalí. El brote ha tenido repercusiones en la economía catalana, dado que cerca de 20 países han cerrado sus fronteras a la carne de cerdo procedente de la comunidad autónoma.

Mapa satélite con lLde jabalíes
Mapa satélite con lLde jabalíes silvestres detectados en Cataluña. (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación)

Cazadores vs. animalistas: posturas enfrentadas

El brote ha vuelto a poner el foco en el debate eterno sobre la gestión de la fauna salvaje y el control de las poblaciones silvestres. Mientras la Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC) apuesta por la acción directa mediante la caza, la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA) defiende un enfoque preventivo y sistémico.

Para la UNAC, la caza no es solo una tradición o un hobby, sino una herramienta indispensable para controlar la población de jabalíes y prevenir riesgos sanitarios y económicos. “La caza es parte de la solución, y además necesaria”, explican a Infobae España. “Sin ella, el problema será cada vez más grande y proliferarán las enfermedades de la fauna silvestre y doméstica”, asegura la organización. “Será un desastre con la peste porcina, y sin la caza, y tendríamos a los jabalíes dentro de las ciudades con el peligro que ello conlleva para la población”, advierten. Además, los cazadores critican la burocracia y las trabas administrativas: “Prometen mucho y hacen poco”. “El problema es que son demasiadas trabas que ponen a la hora de cazar y cada comunidad autónoma tiene sus normas”, añaden.

Los cazadores también critican a los colectivos animalistas, acusándoles de ser “los culpables de muchos de los problemas medioambientales”. En suma, para UNAC, actuar de inmediato mediante la caza es la vía para proteger tanto a la fauna como a la economía local.

Batida de un jabalí durante
Batida de un jabalí durante la emergencia cinegética. (Carlos Castro/Europa Press)

Frente a esto, ANDA defiende que la caza por sí sola no resolvería el problema y que un enfoque más reactivo puede agravar la dispersión de los jabalíes y la propagación de la PPA: “En sí misma, esta medida no sirve como mecanismo de control. La caza comercial se centra en machos de trofeo, despreciando hembras y jabatos. Con este enfoque no se consigue control poblacional. Además, una batida tras la aparición de la PPA puede dispersar a los animales y extender la enfermedad”, explica Alberto Díez, director de la asociación, a este diario.

Por su parte, ANDA sitúa la raíz del problema en factores ecológicos. “La intervención humana directa o derivada de sus actividades económicas se encuentra detrás de la sobrepoblación de jabalíes. La basura, los monocultivos y el abandono rural han favorecido la proliferación de estos animales”.

Por ello, propone un modelo preventivo para gestionar la problemática. “Hay que definir bien la zona perimetral afectada, aislándola, y actuando exclusivamente sobre los animales que se encuentran en su interior, vigilando su evolución e incluyendo, en caso de ser necesario, el sacrificio humanitario de los animales enfermos”. En cualquier caso, “la medida menos letal es la prevención y dotarnos de un sistema ganadero más resiliente”.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha asegurado que trabajará para limitar "al máximo" el impacto económico que la detección de la Peste Porcina Africana (PPA) en España pueda tener para las exportaciones del sector del porcino. (EFE/Rodrigo Fuentes Tello)

Consecuencias de la inacción

Ambos sectores coinciden en la urgencia de actuar, aunque difieren en el diagnóstico. Mientras la UNAC advierte sobre la proliferación de jabalíes en entornos urbanos y la amenaza para la industria porcina y la seguridad ciudadana, ANDA alerta sobre la vulnerabilidad del modelo agroindustrial, donde la densidad de animales y los movimientos constantes pueden convertir cualquier incidente sanitario en una catástrofe industrial.

“La crisis de la PPA deriva más del miedo a que afecte a las granjas intensivas que a la crisis sanitaria en sí. Las granjas actuales son bombas de relojería”, asegura Díez. El debate también se traslada al plano público y cultural: UNAC busca legitimar su actividad cinegética, mientras ANDA apuesta por revisar el modelo territorial y restaurar los equilibrios ecológicos y sociales.

Piara de jabalíes. (AdobeStock)
Piara de jabalíes. (AdobeStock)

La Generalitat pagará 40 euros por jabalí cazado

Este sábado, en medio de este debate, el Gobierno valenciano anunció que prepara un decreto dotado con 6 millones de euros para reducir la población de jabalíes, ofreciendo 40 euros por ejemplar cazado a los titulares de los cotos de caza.

El plan incluye:

  • Servicio de recogida de jabalíes cazados y dispositivos de trampeo en puntos conflictivos.
  • Vigilancia y control en corredores viarios de riesgo como la A-7, AP-7, N-232, A-3, A-23 y CV-10.
  • Actualización y armonización de protocolos de vigilancia pasiva.
  • Apoyo a las granjas para reforzar la bioseguridad y prevenir la entrada de enfermedades, con inversiones en seguridad y logística sanitaria.