La prensa británica señala a la reina Camila por sus polémicas vacaciones en Grecia: “Esto no da buena imagen”

Las fotografías de la esposa de Carlos III en el superyate del multimillonario conservador Wafic Said han levantado ampollas en el Reino Unido

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La reina Camila, en una
La reina Camila, en una fotografía de archivo. (REUTERS/Chris Radburn)

La reina Camila ha sido vista esta semana disfrutando de unas vacaciones de lujo en Grecia a bordo del yate Zenobia, un exclusivo barco valorado en 30 millones de libras esterlinas (unos 35 millones de euros), propiedad del empresario sirio-saudí Wafic Said, conocido por su pasado como donante destacado del Partido Conservador británico.

La presencia de la consorte en el lujoso yate, mientras recorría algunos de los destinos turísticos más selectos del Mediterráneo, ha reavivado el debate sobre la imagen de neutralidad política de la monarquía británica y la pertinencia de aceptar la hospitalidad de figuras influyentes en el ámbito político, especialmente en un contexto de dificultades económicas para la población del Reino Unido.

El Zenobia, registrado en Mónaco y bautizado en honor a una reina siria del siglo III, cuenta con 57 metros de eslora y capacidad para alojar hasta 12 invitados en seis camarotes, además de espacio para 13 tripulantes. El interior del yate se asemeja a un hotel de lujo, con paneles de madera, arte contemporáneo en las paredes, una biblioteca que también funciona como sala de cine y un área de comedor al aire libre.

Durante la estancia de la reina Camila, el propietario del barco, Wafic Said, no se encontraba a bordo. Tampoco estuvo presente el rey Carlos III, quien participó en los Mey-Highland Games el pasado sábado. Sin embargo, esto no ha evitado que la esposa del monarca haya vuelto a poner a la familia real británica en el punto de mira por un viaje que muchos medios ven como inadecuado.

La escapada de la reina Camila en el Zenobia ha suscitado críticas y reflexiones sobre la importancia de la neutralidad política de la monarquía. Norman Baker, exministro liberal demócrata y autor de un libro sobre las finanzas reales, ha subrayado en declaraciones recogidas por The Mirror que “los miembros de la familia real deberían considerar la percepción pública de este tipo de episodios, ya sea en vacaciones o en actos oficiales. Representan al país en todo momento y, siendo realistas, no es que les falte dinero. No es una buena imagen para Camila, especialmente cuando se cuestionan las relaciones entre los royals y sus allegados”.

Britain's King Charles and Queen
Britain's King Charles and Queen Camilla react on the day they visit The National Stud in Newmarket, Britain, July 22, 2025. REUTERS/Chris Radburn/Pool

Expertos en la materia insisten al citado medio en que la imparcialidad de la Corona es esencial para garantizar la estabilidad institucional y facilitar transiciones políticas sin sobresaltos. El propio sitio web de la familia real recalca que el monarca debe mantenerse políticamente neutral, aunque puede “aconsejar y advertir” a sus ministros en privado.

El debate se intensifica en un momento en que millones de británicos afrontan una crisis del coste de la vida y el rey Carlos III ha abogado públicamente por la austeridad y la reducción de los gastos de la familia real. Mientras tanto, la aceptación de hospitalidad de figuras asociadas a la política, como Said, genera interrogantes sobre la coherencia entre el discurso y las acciones de la monarquía.

Vínculos políticos

Wafic Said, de 85 años y con una fortuna estimada en 1.900 millones de libras (unos 2.200 millones de euros), figura en el puesto 85 de la lista de los más ricos del Sunday Times. Nacido en Damasco en 1939, Said vivió en Siria hasta sus primeros años de adultez antes de trasladarse a Suiza para trabajar en banca. Posteriormente, fundó TAG Systems Constructions y amasó gran parte de su fortuna mediante inversiones en proyectos de construcción a gran escala en Arabia Saudí durante la década de 1970. Además de sus residencias en Inglaterra, como Tusmore Park en Oxfordshire y una propiedad en Eaton Square, Londres, Said ha residido principalmente en Mónaco durante años.

El empresario es conocido por su papel en la negociación del contrato de armas Al Yamamah entre Arabia Saudí y el Reino Unido en los años ochenta, considerado el mayor acuerdo de exportación británico, con un valor de unos 43.000 millones de libras (unos 50.000 millones de euros) y que generó más de 30.000 empleos en el sector de defensa británico.

Aunque el acuerdo fue objeto de una investigación por parte de la Serious Fraud Office, la pesquisa se cerró en 2006 sin que se presentaran cargos. Said también ha sido benefactor del Conservative Middle East Council, una entidad parlamentaria que organiza viajes de investigación a la región, y mantuvo una estrecha amistad con la ex primera ministra Margaret Thatcher, a quien ofreció una de sus residencias en sus últimos años y en cuyo honor nombró una nueva ala de la Said Business School tras su fallecimiento en 2013.

Relación con la familia real

La relación de la familia Said con el Partido Conservador británico se remonta a décadas atrás. Wafic Said fue un importante donante hasta el año 2000, cuando la legislación británica limitó las donaciones políticas a personas inscritas en el censo electoral del Reino Unido. Desde entonces, su esposa Rosemary Said, ciudadana británica y votante conservadora de toda la vida, ha continuado realizando aportaciones al partido.

Quién es quién en la casa real británica: del rey Carlos, el más tardío de la historia, al polémico príncipe Andrés.

Según los registros, Rosemary ha donado más de 2 millones de libras desde 2015, incluyendo una contribución de 8.000 en marzo de 2024, otra de 66.800 en abril de 2022 y una de 250.000 en diciembre de 2021. En 2020, participó en una recaudación de fondos virtual junto a otros donantes, pagando 9.854 por una mesa en un evento con Boris Johnson y Rishi Sunak.

En 2005, la hija del matrimonio, Rasha, entonces de 19 años, fue registrada como donante de 47.000 libras, aunque posteriormente se aclaró que los fondos provenían de Rosemary y no de la joven, tras una investigación de la Comisión Electoral que no halló irregularidades.

Por su parte, el vínculo entre el clan Said y la familia real, así como los Parker-Bowles, se remonta a más de cuatro décadas atrás. Wafic Said ha explicado que Tom Parker-Bowles, hijo de Camila, fue compañero de escuela de su propio hijo y que tanto Tom como Laura Parker-Bowles son como hijos para él. Según sus palabras, la amistad se ha mantenido con el brigadier Andrew Parker-Bowles, exmarido de Camila, y con la propia reina. “Es natural para mí ofrecer mi barco a amigos cercanos cuando no lo uso. Por eso, me alegró mucho ofrecérselo a la familia y me alegró saber que ella [la reina Camila] disfruta del tiempo con sus hijos y nietos”, ha dicho el magnate ante esta polémica