La letra pequeña del acuerdo energético entre la UE y EEUU que Trump ignora: dificultades logísticas y una decisión en manos de empresas privadas

La UE se ha comprometido a realizar un gasto de 750.000 millones de dólares anuales en energía estadounidense, lo que implica triplicar el ritmo de pedidos. Los expertos ven este acuerdo “inasumible”

Guardar
Foto de archivo de un
Foto de archivo de un modelo de un buque tanque de LBG frente a la bandera de EEUU, a 19 de mayo de 2022. (REUTERS/Dado Ruvic)

En el acuerdo preliminar alcanzado este domingo, Bruselas aceptó la imposición de un 15% de arancel a las exportaciones de bienes europeos en EEUU —aunque con exenciones sectoriales pendientes— que asciende al 50% en el caso del acero y el aluminio. Ha habido diversidad de opiniones entre los líderes europeos, desde los que han celebrado haber evitado la catástrofe comercial hasta los que han denunciado que la UE haya claudicado ante la Administración Trump. Por su parte, la mayoría de analistas hablan directamente de un diktat estadounidense.

Y es que, al margen de si se ha conseguido o no “el mejor acuerdo que se pudo”, lo que sí se ha podido constatar en los últimos meses de negociación es que el equipo del jefe comercial de la UE nunca tuvo el control de las negociaciones y partía de una posición de inferioridad. Y en esta difícil partida la Comisión ha querido optar por la reducción de riesgos.

La UE se ha comprometido además a alcanzar un gasto de 750.000 millones de dólares anuales en energía estadounidense, 250.000 millones durante los próximos tres años. Hablamos de compras de petróleo, gas natural licuado, combustibles sólidos, como el carbón, y tecnología nuclear. Asimismo, el bloque comunitario se compromete a invertir 600.000 millones de dólares en territorio estadounidense.

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, la UE ha querido desacoplarse de su energía compensándolo con la estadounidense. De hecho, Estados Unidos es ya es el mayor proveedor de GNL a la UE, con casi el 45% del total de las importaciones de gas y el 15,4% de su petróleo, según datos de Eurostat. Las exportaciones totales de energía de EEUU a compradores mundiales ascendieron a 318.000 millones de dólares en 2024, según datos de la Administración de Información Energética de EEUU. De los 375.000 millones de euro que importó el bloque comunitario, 76.000 millones de dólares procedieron de este país.

“La compra de productos energéticos estadounidenses diversificará nuestras fuentes de suministro y contribuirá a la seguridad energética de Europa. Sustituiremos el gas y el petróleo rusos por compras significativas de GNL, petróleo y combustibles nucleares estadounidenses”, subrayó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Estamos listos para realizar esas compras”, afirmó el jefe comercial de la UE, Maros Sefcovic. “Creemos que estas cifras son alcanzables”.

Un ritmo de compra inasumible para ambos

Pero la nueva cifra pactada es en realidad un compromiso irreal. ¿Por qué? Porque las compras no las realiza la UE como institución pública, sino sus empresas. El dinero proviene íntegramente de inversiones del sector privado y la Comisión no tiene competencias para controlarlas. La Comisión es consiente de ello y esa es la razón por la que no ha habido ningún compromiso de entrega de manera pública.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este miércoles que enviará cartas a más de 150 países para notificarles la imposición de aranceles a sus productos exportados que podrían ser del 10 ó del 15 por ciento. (Fuente: White House / OTAN / ebs/ rapidresponse / Europa Press)

Segundo, porque implicaría triplicar el ritmo de pedidos, renunciando a otros proveedores principales como Noruega, que vende el gas más barato a través de sus gaseoductos, Y en este sentido, las empresas no ven una razón económica para cambiar de proveedor. Durante la primera mitad de 2024, Europa importó 37,5 miles de millones de metros cúbicos de gas de Noruega, según datos de Commodity Insights.

Asimismo, Estados Unidos no tiene la capacidad de suministrar esa cirra a Estados Unidos, ya que supondría desviar toda su producción hacia el exterior al continente europeo. Por si las escasas competencias y las dificultades técnicas de Estados Unidos no fuesen suficientes, habría que tener en cuenta las dificultades por el lado de las empresas europeas. Laura Page, experta en gas y analista sénior de la firma de materias primas Kpler, señaló al medio Político que las refinerías europeas no tienen la capacidad de asumir tal cantidad de petróleo.