Casi 1.900 personas migrantes murieron intentando llegar a España en los primeros cinco meses del año: el 18% eran menores

En ese periodo, según un informe de la ONG Caminando Fronteras, 38 embarcaciones desaparecieron con todas las personas a bordo, por ello insisten en que se establezcan mecanismos de búsqueda y rescate “coordinados, rápidos y eficaces”

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Un joven migrante pasea por
Un joven migrante pasea por los alrededores del barrio del El Toyo, en Almería, procedente de Canarias. (Marian León / Europa Press)

Las condiciones extremas en alta mar, la sobrecarga, la falta de comida y agua y la ausencia de medios de rescate efectivos son algunas de las condiciones a las que se enfrentan las personas migrantes que suben a bordo de embarcaciones precarias con el objetivo de alcanzar las costas españolas y lograr un futuro más prometedor, pero en muchas ocasiones pierden la vida en el intento. En concreto, entre enero y mayo de 2025, han fallecido un total de 1.865 migrantes, de los cuales 112 eran mujeres y 342 menores de edad, según el Monitoreo del Derecho a la Vida en la Frontera Occidental Euroafricana de la ONG Caminando Fronteras.

El informe analiza 113 casos que han tenido lugar en la frontera occidental euroafricana a lo largo de estos primeros cinco meses del año, un periodo en el que 38 embarcaciones han desaparecido con todas las personas a bordo. El mes más trágico fue enero, donde murieron 767 personas. Le siguen febrero con 618 muertes; marzo con 261; abril con 162 y mayo, cuando 57 personas perdieron la vida tratando de llegar a España, añade el informe de la ONG, que ha documentado cada caso mediante un monitoreo ininterrumpido, utilizando teléfonos de emergencia y fuentes como testimonios de personas migrantes, familias y comunidades.

Desde Caminando Fronteras defienden que estas muertes “son evitables, ya que son resultado de decisiones políticas, de omisiones calculadas y de una arquitectura fronteriza que normaliza la muerte como parte de los sistemas de control migratorio”. En el 47% de las tragedias investigadas se identificaron como factores decisivos elementos directamente vinculados a las políticas estructurales de control fronterizo y a la degradación de los estándares de protección de la vida en el mar, añaden.

Una embarcación con personas migrantes
Una embarcación con personas migrantes a bordo llega al puerto de La Restinga, en la isla de El Hierro. (REUTERS/Borja Suárez)

La ruta canaria sigue siendo la más peligrosa

El informe también señala que la ruta canaria concentra la mayor cantidad de víctimas (1.482), seguida de la argelina (328), la del Estrecho (52) y la de Alborán (3). Dentro de la ruta Atlántica, la mayoría de las muertes se producen en la ruta Mauritania-Canarias (1.318), la de Senegal-Gambia (110) y la de Agadir-Dajla (54).

Cabe recordar que el pasado 28 de mayo el vuelco de un cayuco en la isla de El Hierro provocó la muerte de siete mujeres, tres de ellas menores de edad, cuando estaba a cinco escasos metros del muelle de la Restinga. La precaria embarcación, donde viajaban hacinadas unas 150 personas migrantes, volcó cuando estaban siendo auxiliadas por Salvamento Marítimo, después de que algunos ocupantes se concentraran en una de las bandas, por lo que la barcaza se desequilibró y varios cayeron al agua.

Faltan medios

Además de los factores institucionales mencionados que, a juicio de la ONG, contribuyen al aumento de la mortalidad de las personas migrantes, se encuentran otros como “la falta de activación de medios de búsqueda y rescate, incluso cuando existe información suficiente para intervenir, y el uso arbitrario y discriminatorio de criterios de seguridad marítima, con un enfoque restrictivo” hacia este tipo de embarcaciones.

También critican la sustitución de operaciones de búsqueda activa por “métodos pasivos de baja eficacia”, lo que reduce las posibilidades de rescate y la “participación limitada de recursos aéreos y marítimos, con escasa activación de medios aéreos y deficiente planificación para su despliegue en zonas clave”.

España tiene un nuevo reglamento de extranjería con el que prevé regularizar a 300.000 migrantes al año: estos son los cambios en el arraigo, visados y asilo.

Priorizar la protección de la vida

Otros de los obstáculos que mencionan son el “uso de la violencia en los controles de salida, tanto por redes criminales como por fuerzas de seguridad” y una “deficiente coordinación” entre Estados, basada en acuerdos bilaterales orientados a frenar flujos migratorios y “no en principios humanitarios”, añaden.

Por todo ello, Caminando Fronteras insiste en la necesidad de que las autoridades revisen las políticas de control migratorio y prioricen la protección de la vida, al tiempo que reclaman mecanismos de búsqueda y rescate “coordinados, rápidos y eficaces entre los países de salida y destino”.