
El chef marbellí Dani García ha concedido una entrevista a la revista Esquire en la que aborda diversos aspectos de su trayectoria profesional, su visión sobre el panorama político actual y la situación del mundo gastronómico. Con una carrera consolidada y al frente de marcas como Bibo y Leña, García ha compartido reflexiones sobre su papel en la alta cocina y su percepción del sector.
En el transcurso de la conversación, el cocinero ha sido preguntado por su afinidad con algún partido político, a lo que ha respondido con una declaración que busca alejarse de etiquetas concretas. “Yo soy del partido del sentido común. Hay cosas de derechas con sentido y cosas de izquierdas con sentido. Hay cosas de la ultraderecha con sentido y cosas de la ultraizquierda con sentido. El problema aquí es ver quién le pone sentido a todo”, ha afirmado el chef.
A través de sus palabras, García se desmarca de una posición ideológica fija y reivindica una postura basada en la lógica y la coherencia. La entrevista publicada en Esquire ofrece una visión del cocinero más allá de los fogones, mostrando su interés por cuestiones sociales y culturales más amplias.
Reflexión sobre el estatus del cocinero y la nueva generación
García también ha recordado el fenómeno que se produjo hace algo más de diez años, cuando los cocineros comenzaron a ser percibidos como figuras públicas con gran notoriedad. Según ha contado, esa tendencia no se ha detenido: “A mí cada vez me ofrecen más cosas y cada vez pagan más”. Sin embargo, ha añadido una observación crítica sobre el relevo generacional en la alta cocina: “Lo que sí creo es que no hay una nueva generación de grandísimos cocineros y quienes hacen entrevistas y tienen notoriedad siguen siendo los mismos”.

Para el chef andaluz, esa época dorada de la gastronomía contemporánea podría no repetirse: “Y creo que no va a existir una segunda generación con el nivel, con la notoriedad y con esa parte disruptiva de verdaderos creadores de aquella época”.
Sobre la copia en la cocina: “Me jode cuando no se dice”
En otro momento de la entrevista, García ha abordado el tema de la copia de platos en la cocina. Lejos de rechazar la inspiración mutua, ha defendido el reconocimiento de las influencias: “La copia me jode cuando no se dice. Por eso yo en todos mis restaurantes intento llamar por su nombre a las cosas que hago”.
Ha puesto como ejemplo la carta de su restaurante Bibo, donde figura un plato llamado “langostinos Robuchon”, en referencia directa al cocinero francés: “Están inspirados en una receta que él hacía con cigalas, o si hago el Rock Shrimp Tempura de Nobu pongo que es de Nobu“.
La falta de reconocimiento a las creaciones ajenas es, según el chef, un problema habitual en el sector: “Y desgraciadamente estas cosas no se hacen. Yo he visto mi Tomate Nitro en un restaurante y a un chaval explicándolo como si lo hubiera creado él. Eso es lo que me parece mal”, ha dicho de forma tajante.
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