El estigma que aún pesa sobre los hombres que son mantenidos por su mujer: “Les dices que te quedas en casa, y... piensan que eres un tipo afeminado”

Se ha detectado un aumento del 11% en los diagnósticos de salud mental en hombres, después de que sus mujeres empezasen a generar más ingresos

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El estigma que aún pesa
El estigma que aún pesa sobre los hombres que son mantenidos por su mujer (Pexels)

El ingreso económico dentro de una pareja no solo tiene implicaciones prácticas, sino también profundas consecuencias sociales y psicológicas. Aunque este es un problema constante, debido a los desafíos económicos diarios, diversos estudios han detectado una tendencia en aquellos hombres que no son el principal sustento económico del hogar, tal y como recoge un artículo de la BBC. “Te hiere un poco el orgullo que sea tu esposa la que gana todo el dinero”, admite Dave, un padre que se queda en casa y que participó en un estudio que estudiaba el bienestar mental de los hombres en esta situación. Del mismo modo, Tom, otro participante, señala: “Soy, ya sabes, un hombre de hombres... les dices que te quedas en casa, y... piensan que eres un tipo afeminado”.

Pero, ¿dónde nace esta presión por ser el soporte de la familia? Como se ha demostrado en diferentes estudios, puede ser una cuestión inherente en la sociedad, que aunque ya no se menciona activamente, continúa teniendo efecto. Así lo demostraron algunos sujetos de la investigación, como Brendom, que han podido recibir algunos comentarios fuera de lugar por su propia familia al llamarlo “la perra de la casa”. De esta manera, pese a que un número creciente de mujeres supera a sus parejas en ingresos, las dinámicas de poder y el pensamiento misógino tienen una evolución más lenta.

Este choque “puede ser realmente devastador y puede desafiar tus ideas sobre lo que significa ser hombre”, anunciaba Harry Bunton, un exconsultor y actual influencer australiano, tras perder su empleo. Y es que, como ha demostrado un estudio sueco, que ha mantenido una investigación de varias décadas, se ha detectado un aumento del 11% en los diagnósticos de salud mental en hombres, después de que sus mujeres empezasen a generar más ingresos. El autor principal y profesor adjunto de Economía en la Universidad de Durham, Demid Getik, dio la clave al asegurar: “Si bien ya no se dice explícitamente que el hombre debería ganar más, estas expectativas siguen siendo muy frecuentes”.

“Qué significa ser un hombre hoy en día”

El estigma que aún pesa
El estigma que aún pesa sobre los hombres que son mantenidos por su mujer (Pexels)

De este modo, se ha analizado el estigma imperante en una gran cantidad de varones desempleados: “Me parece comprensible que haya una tasa tan alta de depresión, y casos peores, entre esa población”, apuntaba Bunton. Según sus investigaciones, esta inseguridad podría propiciar incluso que esos maridos sean más propensos a cometer infidelidades, lo que sería un intento de reafirmar su identidad masculina frente a lo que perciben como una pérdida de estatus. Esto se vincula igualmente con el informe del Pew Research Center de 2023. El texto señalaría que, a pesar de que hay mujeres que ganan más dinero, continúan asumiendo una mayor carga de trabajo doméstico y de cuidado infantil. Mientras que los hombres, cuando dejan de trabajar, no terminan de compensar esa diferencia.

Aunque esta postura podría cambiar entre las nuevas generaciones, lo cierto que es los datos sugieren una realidad más compleja. Una encuesta global de Ipsos para el King’s College de Londres mostró que el 28% de los hombres de la Generación Z considera que un padre que se queda en casa “es menos hombre”, frente al 19% de las mujeres de su misma generación. Heejung Chung, profesora de trabajo y empleo en esa universidad, cree que parte de esta percepción puede estar vinculada a un cambio en los logros educativos: “Vemos muchos signos de paridad de género en ciertas áreas”, dice, “y estos individuos más jóvenes tal vez no estén experimentando la desigualdad más amplia que muchas mujeres aún enfrentan hoy, lo que lleva a la opinión de que algunos varones ‘se están quedando atrás’”.

Asimismo, Rosie Campbell, profesora de política también en el King’s College, explica que existe una división creciente en torno a lo que significa ser hombre. “Necesitamos reflexionar más sobre cómo les comunicamos a los jóvenes, qué significa ser un hombre hoy en día y qué tipo de modelos a seguir tienen”, subraya. En este contexto, la falta de referentes positivos y el auge de discursos misóginos en redes sociales complican aún más la transición hacia una masculinidad más equitativa.

Hacia nuevas masculinidades: “Se trata de que se involucren en esos aspectos complejos”

Algunas investigaciones recientes abordan la idea de “masculinidades del cuidado”, una noción que redefine la identidad masculina en torno a la empatía, el tiempo dedicado a los hijos y las habilidades emocionales, en lugar de centrarse únicamente en el rol de proveedor económico. “No se trata solo de que los hombres hagan esas cosas divertidas que son realmente gratificantes. Se trata de que se involucren en esos aspectos complejos del trabajo de cuidados”, afirma Karla Elliott, investigadora en género de la Universidad de Monash, en Australia. Su trabajo sugiere que asumir más responsabilidades en el cuidado fomenta un comportamiento protector y refuerza los vínculos familiares.

Elliott aboga por cambios estructurales, como el aumento de licencias de paternidad reservadas exclusivamente para hombres. Estas políticas, explica, no solo redistribuyen las tareas familiares, sino que también cuestionan los ideales tradicionales sobre el género. “Si los hombres sienten que su autoestima se ve afectada por los ingresos de sus parejas, es una gran oportunidad para que reflexionen sobre por qué se sienten así y, potencialmente, cuestionen algunos de los ideales arraigados sobre los roles de género”.

Un camino hacia la equidad

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Según el artículo del medio británico, para comprender este estigma hay que entender que el bienestar está tan estrechamente vinculado a nuestros ingresos. Sin embargo, habría que tener en cuenta que aquellas mujeres que mantienen a sus familias son consideradas como “poderosas” o que simplemente están enfocadas en sus carreras. Pero en la mayoría de casos su postura es una consecuencia de que su pareja haya perdido el empleo.

Esto sin duda generaría estrés económico, dado que, como indican las investigaciones, los matrimonios donde solo trabaja la mujer tienen un salario promedio menor que sí lo sustenta el varón, debido a la brecha salarial de género. Algo que Helen Kowalewska, profesora adjunta del Departamento de Política Social y Ciencias de la Universidad de Bath, en Inglaterra, y a su equipo consideran que “la mayoría de los países no se esfuerzan lo suficiente para compensar la penalización salarial de las mujeres que mantienen a sus familias”.

Aun así, un estudio centrado en hogares mexicanos evidenció que, cuanto mayor son las oportunidades laborales de las mujeres fuera del hogar, mayor es también su capacidad de influencia en otras esferas, como las decisiones financieras clave del núcleo familiar. Este empoderamiento económico no solo mejora su autonomía, sino que también incide positivamente en su desarrollo profesional y en su potencial para generar ingresos sostenidos. Estas conclusiones coinciden con otras investigaciones que sugieren que revertir la histórica desventaja económica de las mujeres tiene efectos estructurales y duraderos.