Qué testamentos tienen que firmarse en presencia de testigos para que no se consideren nulos y se pueda repartir la herencia

Aunque en la actualidad no siempre son obligatorios, hay situaciones donde su intervención resulta imprescindible

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Foto de archivo de herencias.
Foto de archivo de herencias. (Adobe Stock)

La palabra ‘testamento’ remite a novelas de misterio en las que un rico avaro es asesinado porque había decidido legarle toda su fortuna a la panadera del barrio en perjuicio de sus hijos. Sin embargo, la realidad es mucho más sosa: el testamento es una herramienta jurídica clave con la que una persona dispone de sus bienes y derechos para después de su fallecimiento. Un trámite burocrático muy habitual que, como siempre en estos casos, a menudo genera numerosas dudas.

Una de ellas es la siguiente: ¿Se necesitan testigos que avalen la firma de un testamento? Y la respuesta es: a veces. Aunque en la actualidad no siempre es obligatoria su presencia, hay situaciones donde su intervención resulta imprescindible para evitar que el testamento sea declarado nulo.

Así, según el artículo 697 del Código Civil, la presencia de dos testigos “idóneos” es necesaria para garantizar la validez del testamento en los siguientes supuestos:

  • Cuando el testador declare que no sabe o no puede firmar el testamento. En este caso, los testigos actúan como garantes de que las disposiciones reflejan fielmente la voluntad del testador.
  • Cuando el testador sea ciego o no pueda leer el documento. Para estas personas, los testigos leen el contenido del testamento en voz alta en presencia del notario, asegurando que coincide con lo expresado verbalmente por el testador.
  • Cuando el testador sea completamente sordo y no pueda leer. En este escenario, los testigos deben corroborar la conformidad entre lo dispuesto verbalmente por el testador y el contenido del testamento escrito.
  • A petición expresa del testador o del notario. Aunque no existan impedimentos físicos o cognitivos, ambas partes pueden solicitar la intervención de testigos como una medida adicional de respaldo.

En todos estos casos, la ausencia de testigos en las situaciones descritas puede conllevar la nulidad del testamento, lo que impide la correcta repartición de la herencia.

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Testamentos especiales que requieren testigos

En circunstancias extraordinarias, como conflictos armados, travesías marítimas o estancias en el extranjero, también se exige la participación de testigos en ciertos tipos de testamentos clasificados como especiales.

Uno de estos casos son los llamados testamentos militares. Se trata de aquellos realizados por combatientes, personal civil del ejército o personas vinculadas a un conflicto durante una campaña militar, y deben realizarse ante un oficial con rango mínimo de capitán, un capellán o un médico. En situaciones extremas, como batallas o peligros inminentes, el testamento puede hacerse verbalmente ante dos testigos. Sin embargo, si desaparece el riesgo que motivó este tipo de testamento, su validez caduca.

Otro ejemplo son los testamentos marítimos, que se otorgan durante una travesía por mar. En los buques de guerra, el comandante actúa como figura autorizante, mientras que en barcos mercantes esta función recae en el capitán. En ambos casos, es obligatorio que dos testigos idóneos estén presentes durante el acto. La validez del documento es de cuatro meses desde que el testador desembarca en tierra firme.

Finalmente, están los testamentos en el extranjero. Cuando un ciudadano español se encuentra fuera del país, puede otorgar testamento siguiendo las normas locales. Sin embargo, si lo hace a través de un funcionario diplomático o consular español, este debe actuar en conjunto con dos testigos, garantizando la conformidad con la legislación nacional.

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Requisitos para ser testigo

El Código Civil establece criterios claros sobre quién puede desempeñar este papel en un testamento. Para ser testigo, se requiere:

  • Ser mayor de edad.
  • Poseer discernimiento suficiente.
  • No ser pariente del testador dentro del cuarto grado de consanguinidad ni del segundo grado de afinidad.
  • No estar incluido como heredero o legatario en el testamento.

Además, no podrán actuar como testigos personas que no comprendan el idioma del testador ni quienes tengan alguna discapacidad que les impida cumplir con esta función. En los casos donde la ley exige su participación, la omisión de los testigos puede dar lugar a la nulidad del testamento. Esto implica que las disposiciones del testador no serán aplicables, y la herencia será repartida de acuerdo con las reglas de la sucesión intestada, lo que puede contradecir los deseos expresados en vida por el fallecido.