Más de 9.000 venezolanos votan en Madrid este domingo: “Andamos con el corazoncito y los sentimientos revueltos, pero hay esperanza”

Domingo 28 de julio de 2024. Venezuela está en el punto de mira de todo el planeta. El país sudamericano protagoniza un día muy esperado para millones de personas: unas elecciones generales en las que, según las encuestas, la oposición tiene muchas opciones de desbancar a la dictadura chavista de Nicolás Maduro. En España, más de 9.000 venezolanos residentes en Madrid ejercerán su derecho al voto en la sede establecida por el consulado, el Centro Cultural Fernando de los Ríos, en el barrio de Aluche. La inmensa mayoría, según las conversaciones que Infobae España ha mantenido con las personas que se encontraban por la mañana en la fila, votará por la oposición, pues se marchó de su país para huir de su régimen actual.

Es el caso de Gina Sofía, una venezolana de 21 años que esperaba su turno a las puertas del centro cultural. La familia de esta joven tuvo que salir de Venezuela en el año 2017, fruto de unas circunstancias que ella cataloga como “situación de emergencia”. Todo comenzó en el año 2016: los universitarios eran uno de los grupos que más fuerte protestaba contra el régimen. El hermano de Gina era uno de ellos y empezó a tener serios problemas. “Cuando comenzó la represión fuerte, a mi hermano le empezaron a investigar por estar en contra del Gobierno”, afirma Gina Sofía. “Nosotros decíamos que si se llevaban a los estudiantes, probablemente no los verías más nunca porque muchos desaparecían”, añade. Tras ese suceso, el miedo se apoderó de su familia, que decidió huir del país y emigrar a España. Primero se fue el hermano y, meses después, le siguieron Gina y su madre. “Huimos del país con busca de un futuro mejor gracias a la conexión que tenemos con Europa. Ya mi papá vivía en España desde hace años”, explica.

La venezolana dice que ahora acude a votar con la esperanza de que las cosas cambien por fin, pero se muestra prudente. “Vi a mi lado gente sin comida, sin agua, sin luz”, comenta “Yo quisiera un país al que fuese seguro volver. Un sentimiento de hogar que muchos venezolanos perdimos un día y no hemos podido volver a él”. Pase lo que pase en estas elecciones -finaliza- no planea volver.

Lo mismo dice Lorena Rodríguez, otra venezolana de 21 años: “El proceso de volver es como volver a emigrar, para algunos somos como extranjeros dentro de tu propio país”, asegura. “Yo no me lo planteo hasta ahora, pero mis papás es posible que sí”. Las jóvenes como ella, a pesar de “sentirse venezolanas y estar orgullosas de ello”, no se plantean regresar allí, pero los más mayores sí que son más “sentimentales” y sueñan con regresar a “una Venezuela libre”. Lorena resume las sensaciones de los miles de venezolanos que han acudido a Aluche a votar: “Andamos con el corazoncito y los sentimientos revueltos, pero hay esperanza, a pesar de tanto”.

El ambiente frente al Centro Cultural Fernando de los Ríos corroboraba sus palabras: había sensación de fiesta, esperanza y unión entre todos aquellos que se reunían y no se marchaban de la zona tras haber introducido su papeleta en las urnas. Por los aledaños de las instalaciones se encontraban muchos venezolanos, con sus banderas, gorras y las equipaciones de su selección nacional de fútbol. Un pequeño grupo sostenía una bandera de Venezuela con firmas de todas las personas pasaran por allí y quisieran dejar constancia de ello. Mientras levantaban la bandera en alto, cantaban al grito de “por una Venezuela libre”.

Sin embargo, a pesar del optimismo generalizado, el miedo a un pucherazo también está más que presente. El Gobierno de Nicolás Maduro ha impuesto grandes restricciones para que los venezolanos en el exterior puedan ejercer su derecho al voto: cerca del 25% el electorado potencial, entre 3,5 y 5,5 millones de personas, viven fuera del país -y la mayoría se oponen al régimen actual-, pero solo unos 70.000 están inscritos para acudir a las urnas este domingo. La madre de Lorena, por ejemplo, es una de las que no podrá votar porque “se abrieron muy tarde los plazos para inscribirse y atendían a muy pocas personas para poder registrarse”, cuenta su hija.

Pese a ello, los presentes no perdían la sonrisa. “Venezuela aún no se ha perdido”, exclaman decenas de personas reunidas en las afueras del edificio. Ahora solo queda esperar al escrutinio de votos para saber si su sueño se convierte en realidad.