Este es el pueblo con murallas de roca que parece sacado de un cuento de hadas y es patrimonio de Colombia

Entre montañas y formaciones rocosas, un pequeño municipio colombiano conserva tradiciones y paisajes únicos lejos de las rutas habituales del turismo

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En el noreste del país,
En el noreste del país, un pueblo destaca por su entorno natural y su historia, alejado de los destinos turísticos más concurridos - crédito @laplayadebelen / Instagram

A tres horas de Cúcuta, en un punto estratégico de la cordillera Oriental, se encuentra un pueblo poco conocido de Norte de Santander que resguarda tesoros en su naturaleza y en su arquitectura.

Con una temperatura promedio de 21 °C, La Playa de Belén hace parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia y se destaca por haber conservado su paisaje y sus tradiciones dentro de un entorno geológico singular.

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La característica más llamativa de este territorio es el sistema de murallas naturales de roca que rodea el núcleo urbano.

Esta formación funciona como un escudo geológico y distingue al municipio como uno de los destinos más singulares del país.

Las calles empedradas, las fachadas blancas y las puertas de madera refieren a una arquitectura colonial que se mantiene intacta.

La memoria y el aspecto histórico permanecen vigentes en cada casa y calle, pues los habitantes de la Playa de Belén son muy serviciales y hospitalarios con los visitantes nacionales e internacionales.

Las murallas de Norte de Santander

Las grandes murallas de roca pertenecen al área conocida como Los Estoraques, declarada área natural única.

Este parque alberga columnas, agujas, cañones y formas esculpidas en piedra que han sido moldeadas por la erosión a lo largo de miles de años.

Los visitantes quedan impactados por la imagen de este paisaje, cuya superficie y siluetas irregulares recuerdan escenarios de otro planeta.

Entre las montañas de una región del país, una pequeña localidad guarda secretos que llaman la atención por su entorno y su historia - crédito @recorriendoconestiven / TikTok

El viento y el agua han dado forma a figuras singulares, generando un entorno donde las formaciones pétreas rodean La Playa de Belén y enmarcan su vida cotidiana.

Para los habitantes, vivir entre estos elementos naturales representa integrar el valor del entorno geológico en la identidad cultural y económica del municipio.

La interacción diaria con Los Estoraques ha permitido que la comunidad se adapte y aproveche el lugar bajo un equilibrio entre conservación y aprovechamiento sostenible.

El destino ha ganado reconocimiento entre viajeros dedicados al senderismo, la fotografía y el turismo ecológico. Personas de distintas regiones llegan para experimentar rutas menos transitadas y registrar imágenes de un paisaje inusual en Colombia.

Dentro de La Playa de Belén persisten tradiciones y prácticas que consolidan su identidad y diferencian al pueblo dentro del mapa regional. Festividades locales, platos típicos y la recepción de los habitantes suman otro valor al recorrido.

El municipio enfoca esfuerzos en mantener vivas sus costumbres y permite que el viajero encuentre un modelo de conservación patrimonial donde la vida comunitaria y la herencia arquitectónica dialogan con el turismo y la economía local.

Estas características convierten a La Playa de Belén en un refugio alejado del ruido urbano, donde el entorno geológico y cultural ofrece una alternativa a las rutas de grandes ciudades o playas del país.

El pueblo aprovecha su reconocimiento nacional e integra actividades turísticas de bajo impacto junto a la difusión de la gastronomía y la historia propia de la zona.

Otros espacios turísticos de la Playa de Belén

En los alrededores, el sitio identificado como Los Pinos ofrece zonas de vegetación nativa y espacios de contemplación del paisaje.

El municipio cuenta además con otros puntos relevantes. El Mirador de los Muertos corresponde al cementerio local, ubicado en un sitio elevado desde donde se observan las montañas y los elementos geográficos que rodean el pueblo.

La Iglesia de San José centra parte de la vida religiosa y social del municipio, evidenciando el compromiso de la comunidad por preservar sus tradiciones.

La arquitectura colonial se observa en todas las edificaciones del casco urbano; las casas blancas mantienen las proporciones y materiales originales, mientras que las calles se construyeron con piedra para garantizar permanencia y autenticidad.

La Playa de Belén conserva un perfil reservado dentro del turismo nacional, dado que su acceso desde las principales ciudades requiere atravesar caminos entre montañas y valles. Esta ubicación, lejos de convertirse en una desventaja, ha favorecido la protección del entorno y de las formas de vida tradicionales.

Las políticas de promoción turística priorizan el turismo de bajo impacto, el respeto por la naturaleza y la continuidad de la memoria arquitectónica. Así, La Playa de Belén ofrece una oportunidad para conocer otra dimensión del patrimonio colombiano, en un escenario donde la geología y la cultura se complementan y permanecen como testimonio del valor de los pueblos protegidos por la naturaleza.