
En medio de versiones cruzadas y especulaciones que circularon en diversos medios de comunicación durante las últimas horas, el presunto abatimiento de alias Zarco Aldinever, segundo comandante de la Segunda Marquetalia, no ha sido confirmado oficialmente por las autoridades colombianas.
Así lo indicaron fuentes del Comando General de las Fuerzas Militares en diálogo con Infobae Colombia, medio al que reiteraron que, por ahora, no existe ninguna verificación que permita confirmar la muerte de este alto cabecilla guerrillero.
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“Las Fuerzas Militares de Colombia no tienen información al respecto. Es mejor no seguir mencionando lo de la muerte como algo oficial”, señalaron las fuentes consultadas por este medio, subrayando que se mantendrá contacto con autoridades venezolanas para intentar esclarecer los rumores que surgieron en torno a su posible muerte.

El pronunciamiento cobra relevancia ante la creciente circulación de informes no oficiales que apuntaban a que José Aldinever Sierra Sabogal, más conocido como “Aldinever” o “Zarco Aldinever”, habría muerto en las últimas horas en territorio venezolano, específicamente en el estado Bolívar, durante un enfrentamiento con estructuras del ELN. El enfrentamiento, según las versiones preliminares, habría estado motivado por la disputa del control de zonas de explotación ilegal de oro.
Sin embargo, otras versiones no oficiales plantean que su muerte podría haberse dado como consecuencia de una emboscada por parte de las disidencias de las Farc comandadas por alias Iván Mordisco, en zona fronteriza entre Colombia y Venezuela. Ante estos escenarios contradictorios, las Fuerzas Militares optaron por mantener la prudencia hasta contar con pruebas concretas.
En la mira de las autoridades
Alias Zarco Aldinever ha estado en la mira de las autoridades colombianas desde hace varias semanas. La presión sobre su búsqueda se intensificó luego del atentado fallido contra el senador Miguel Uribe Turbay, perpetrado el 7 de junio en el barrio Modelia, en el occidente de Bogotá. Sierra Sabogal fue señalado como uno de los presuntos articuladores de este ataque, lo que motivó un redoble de los esfuerzos de inteligencia y operativos en su contra.

El 18 de julio, la Fiscalía General de la Nación reactivó oficialmente las órdenes de captura en su contra, luego de que durante el primer semestre del 2025 se hubiera beneficiado de una suspensión temporal como parte de los acercamientos de paz fallidos entre el Gobierno y la Segunda Marquetalia. En ese momento, fue reconocido como uno de los negociadores del grupo armado y se le permitió participar en las fases preliminares del diálogo.
No obstante, su regreso a la clandestinidad y la presunta participación en hechos de violencia condujeron a su expulsión definitiva de los beneficios jurídicos. Sobre él pesan cargos por desaparición forzada, homicidio agravado y rebelión, entre otros, derivados de una trayectoria de más de tres décadas en la guerra insurgente.
Una vida marcada por la violencia
Nacido el 11 de agosto de 1976 en Restrepo, Meta, José Aldinever Sierra Sabogal ingresó a las extintas Farc-EP a los 15 años, integrándose al Frente 53 en Cundinamarca. Su papel dentro de la estructura guerrillera lo llevó a ascender rápidamente y mantenerse en posiciones de mando, incluso después de la firma del Acuerdo de Paz en 2016.

En 2017 fue nombrado como integrante de la dirección colegiada del partido político Comunes y encargado de coordinar el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (Etcr) Mariana Páez, donde lideró procesos de asignación de tierras para víctimas. Sin embargo, en 2018 abandonó el proceso de reincorporación y en 2019 reapareció armado junto a “Iván Márquez” y alias Romaña, anunciando el rearme de la Segunda Marquetalia.
Ese mismo año fue expulsado de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) por incumplir sus compromisos con la verdad, la reparación y la no repetición. Desde entonces, su nombre volvió a figurar en investigaciones judiciales por reclutamiento ilícito y participación en múltiples acciones armadas entre 2001 y 2016.
En 2023 fue señalado como responsable de operaciones armadas en Putumayo, Caquetá y La Guajira, así como de ataques a infraestructura estatal y bloqueos en vías del centro del país. Su posición como número dos de la Segunda Marquetalia lo convirtió en una de las piezas clave de la organización, especialmente en las confrontaciones internas con otros grupos disidentes.
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