La hija de Pablo Escobar, la princesa bailarina del cartel de Medellín

Después de la muerte del narcotraficante, su familia emigró a Argentina, país en el que Manuela Escobar vive en el anonimato

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Aunque Manuela Escobar (Juana Marroquín) no habla de su padre, cercanos a Pablo Escobar la señalan como la única persona que hacía que el capo sacara su actitud más amorosa - crédito Infobae
Aunque Manuela Escobar (Juana Marroquín) no habla de su padre, cercanos a Pablo Escobar la señalan como la única persona que hacía que el capo sacara su actitud más amorosa - crédito Infobae

El 2 de diciembre de 1993 se registró la muerte del que es considerado una de las personas más sanguinarias y peligrosas de la historia, el narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria.

Sin embargo, detrás del capo, que es una de las figuras más conocidas de Colombia en el mundo (de manera negativa), había un padre de familia, que de manera poco lógica intento llenar de lujos y riquezas a sus familiares, que terminaron conservando únicamente la herencia maldita de sus actos.

Tras la caída de Escobar, su esposa e hijos fueron exiliados de Colombia. Victoria Henao, viuda del capo, afirmó que toda la fortuna del cartel de Medellín terminó en manos de los enemigos de su esposo a cambio de perdonarles la vida, trato que fue aceptado.

Junto a Victoria viajaron a Mozambique, Juan Pablo y Manuela, hijos del matrimonio que Henao sostuvo con Pablo Escobar desde que tenía 15 años. Después de no adaptarse en África, terminaron radicándose en Argentina, nación en la que adoptaron los nombres de María Isabel Santos, Juan Sebastián Marroquín y Juana Marroquín.

Años más tarde, Juan Pablo Marroquín publicó diferentes libros en los que reveló cómo fue su vida y la de su familia en el auge del narcotráfico en Colombia, paso que siguió Victoria Henao con Mi vida y mi cárcel con Pablo Escobar, pero Manuela Escobar prefirió vivir en el anonimato, lo que persiste en la actualidad.

La hija del capo colombiano que no nació en este país

Manuela Escobar era la persona que podía transformar a Pablo Escobar en una persona amorosa - crédito Editorial Planeta
Manuela Escobar era la persona que podía transformar a Pablo Escobar en una persona amorosa - crédito Editorial Planeta

Antes de nacer, la vida de Manuela Escobar ya estaba condicionada por los actos de su padre; que después de ordenar la muerte del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, en 1984, tuvo que esconderse junto a su esposa e hijo en Panamá, en donde tenía negocios con el general Manuel Antonio Noriega.

De esta forma, el 25 de mayo de 1984 se registró el nacimiento de Manuela (en el país centroamericano), que años después en Colombia era propietaria (siendo una niña) de múltiples propiedades, incluyendo el edificio Mónaco, una de las bases operativas del cartel de Medellín y sitio en el que explotó el primer carrobomba de la guerra entre carteles.

Estas propiedades hicieron que tuviera que salir de manera momentánea del anonimato en 2022, cuando radicó una demanda contra la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), entidad que le impuso una sanción de 103 millones por no pagar el impuesto al patrimonio en 2009, sumado a una adición de 64 millones, lo que para Manuela Escobar era inadmisible, exponiendo que las propiedades señaladas fueron tomadas por el Estado colombiano.

Desde entonces, Manuela no ha aparecido públicamente, aunque se dice que vive en Palermo, Buenos Aires (Argentina), mientras que su hermano ha señalado en repetidas ocasiones que respeta su decisión de no hablar de su pasado.

Sobre Manuela Escobar solo se conocen historias, todas entre su nacimiento y los nueve años cuando murió Pablo Escobar, y la gran mayoría sobre el amor que sentía el criminal más temido del país por ella.

La princesa bailarina del cartel de Medellín

Aunque tiene múltiples diferencias con Juan Pablo Escobar y Victoria Henao, Nicolás Escobar, sobrino de Pablo Escobar, afirmó a Infobae Colombia, que no tenía una sola palabra negativa para referirse a Manuela Escobar, a quien describió como una niña amorosa que siempre estuvo alejada de los crímenes de su padre.

De la misma forma, Nicolás Escobar afirmó que solo había una persona que pudiera hacer salir la actitud más íntima de Escobar, destacando que Manuela Escobar era inconsciente del poder que tenía sobre el narco, pero que, si ella hubiera pedido que la guerra terminará, el capo lo hubiera cumplido.

Nicolás Escobar reveló cuál era la única persona que podía encontrar al Pablo Escobar más humano - crédito Infobae Colombia

A pesar de esto, los deseos de Manuela eran los de cualquier otra niña. Uno de ellos era en teoría imposible, pero esta palabra no existía para Pablo Escobar, por lo que, ante la petición de tener un unicornio en la Hacienda Nápoles, el narcotraficante no tuvo más opción que cumplir el sueño de su hija.

Un 24 de diciembre, Manuela recibió el mítico animal, que en realidad era el resultado de un caballo al que le fue incrustado un cuerno de vaca en la frente; el animal murió unos días después, pero la princesa de Pablo Escobar tuvo su regalo de Navidad.

Trabajadores y familiares del capo han afirmado que Manuela estuvo lejos del cartel de Medellín debido a que su padre ordenó que ninguno de sus hombres podría acercarse a ella, por lo que su cuidado estaba siempre a cargo de Victoria Henao, un grupo de niñeras o el propio Escobar.

Sobre esta historia, Victoria Henao ha afirmado que es falsa y que el rumor inició tras el cumpleaños número cinco de Manuela, en el que recibió una yegua y su cría de color negro.

Manuela, hija de Escobar, en su cumpleaños número cinco sobre la yegua que le regaló el capo - crédito Editorial Planeta
Manuela, hija de Escobar, en su cumpleaños número cinco sobre la yegua que le regaló el capo - crédito Editorial Planeta

Cuando había que escapar, Pablo Escobar no permitía que su hija supiera que la policía iba a llegar para buscar a su padre, por lo que mentía al introducir a un nuevo capítulo de la historia fantasiosa que inventaba para que ella fuera feliz.

Somos los ratoncitos, ya vienen los gatos, hay que esconderse”.

El amor del capo por su hija se mantenía en todo momento, por lo que fue una de las personas a las que recordó el 19 de junio de 1991, cuando se entregó a las autoridades, de esto hay registro, debido a que el capo permitió que el periodista Luis Alirio Calle estuviera allí (siendo la única persona de la prensa que presenció ese momento).

“Con mi presentación y mi sometimiento a la justicia, deseo también rendir un homenaje a mis padres, a mi irremplazable e inigualable esposa, a mi hijo pacifista de 14 años, a mi bailarina sin dientes de 7 años y a toda mi familia a quien tanto quiero. En estos momentos históricos de entrega de armas de los guerrilleros y de pacificación de la patria, no podía permanecer indiferente frente a los anhelos de paz de la enorme mayoría del pueblo de Colombia”, fue parte del discurso dado por Pablo Escobar tras su entrega.
El capo junto a su esposa Victoria Eugenia y sus hijos Juan Pablo y Manuela en el interior de la antigua cárcel La Catedral, durante su reclusión.
El capo junto a su esposa Victoria Eugenia y sus hijos Juan Pablo y Manuela en el interior de la antigua cárcel La Catedral, durante su reclusión.

En el pódcast, Pablo Escobar: escape de La Catedral, Luz María Escobar, hermana del capo, reveló por qué el narcotraficante le decía a Manuela mi pequeña bailarina, recordando que la niña pasaba gran parte del tiempo cantando y danzando.

Esto hizo que Pablo Escobar guardara consigo en todo momento una caja musical de la que salía una bailarina, de este modo, el frío y peligroso criminal se refugiaba en su lugar seguro, su hija Manuela.