
Durante todo el verano, un pequeño buque navegó por el agitado Atlántico norte hasta que llegó a la costa irlandesa, en donde hizo historia al convertirse en el primer velero no tripulado en atravesar el Atlántico.
El SB Met, construido por la compañía noruega Offshore Sensing AS, llegó el 26 de agosto a la meta del reto Microtransat para barcos robotizados, dos meses y medio después de zarpar de Terranova, según datos preliminares.
Es un logro que muestra que la tecnología para barcos autónomos es lo suficientemente sólida para misiones largas que pueden reducir mucho los costos de investigación oceánica, seguridad fronteriza y vigilancia en aguas agitadas o remotas.
"Hemos demostrado que es posible", dijo David Peddie, director general de Offshore Sensing, que creó los drones oceánicos conocidos como Sailbuoys. "El Atlántico norte es una de las áreas más difíciles de cruzar" y completar el reto "realmente demuestra que es un vehículo de larga resistencia para casi cualquier condición que te arroje el mar", dijo.
Bajo las reglas de Microtransat, barcos de hasta 2,54 metros (2,6 yardas) de largo pueden navegar entre Europa y el Caribe, o Norteamérica e Irlanda. Deben transmitir su ubicación con regularidad.
Mientras los carros autónomos deben lidiar con transeúntes y el tráfico, los barcos autónomos se enfrentan a tormentas que generan feroces vendavales y alto oleaje, así como varios peligros marítimos.
Hay pocos participantes más en este nicho. La estadounidense Saildrone construye una flota de "vehículos de superficie no tripulados" de siete metros de largo que pueden pasar hasta 12 meses recopilando datos oceánicos. Liquid Robotics, propiedad de Boeing, produce el Wave Glider, una plataforma de investigación que utiliza olas en lugar de energía eólica para propulsarse.
Offshore Sensing ha construido 14 Sailbuoys, con una cubierta en forma de tabla de surf forrada con paneles fotovoltaicos y una vela rígida trapezoidal cerca de la proa que propulsa al navío. En videos de la compañía, parece un juguete a merced de las olas y de los barcos que pasan, lo que hace más inusual su logro.
A los Sailbuoys se les pueden integrar sensores para medir oleaje, salinidad oceánica y niveles de oxígeno; sondas para buscar huevos y larvas de peces; o trasmisores para comunicar con equipo subacuático. Cuestan alrededor de USD 175.000.
Los barcos autónomos funcionan bajo los mismos principios que los carros autónomos. Utilizan sensores para escanear sus alrededores e introducen los datos en un sistema de inteligencia artificial que le da instrucciones al vehículo.
Hasta el logro de Sailbuoy, el único navío no tripulado en cruzar el Atlántico previamente era un deslizador subacuático a baterías en 2009. Ahora surgen nuevos logros en el horizonte después de esta hazaña, dijo Colin Sauze, coordinador de Microtransat.
Y llegarán nuevas variantes al concurso. Ahora, dice Sauze, "el reto es hacerlo más rápido, más barato y con un bote más pequeño".
Con información de AP
MÁS SOBRE ESTE TEMA:
Últimas Noticias
Sindicato y empleador: Causas de los conflictos laborales
El documento detalla que los tipos de desacuerdo laboral se generan por malentendidos o problemas en la comunicación, sobre los roles y las responsabilidades, cuestionamientos sobre liderazgo y gestión, entre otros

Los artistas que dominan el ranking de K-pop en iTunes Colombia
Basado en el número de descargas o compras digitales realizadas a través del sistema de Apple, el ranking de K-pop de iTunes está disponible para ser consultado a diario en 39 países, entre ellos Colombia

Resultados de la fecha 7 de la Liga Peruana de Vóley 2025/2026: así van los partidos
Universitario se medirá con Rebaza Acosta, mientras que San Martín protagonizará el duelo de la jornada con Deportivo Géminis

Alejandra Santana, venezolana que brilla en los Juegos Bolivarianos, explicó por qué no jugó por Perú: “Fue la mejor decisión”
La central de 18 años creció en el país, juega en Deportivo Wanka y confesó su deseo de vestir la ‘bicolor’. Finalmente, decidió representar a Venezuela

El suelo colombiano se está agotando más rápido de lo que imaginamos: estas regiones ya están en riesgo crítico
Los estudios oficiales confirman que la erosión y el deterioro de los suelos se intensifican en zonas clave, comprometiendo la estabilidad del campo y la sostenibilidad de los cultivos


