Fin de año, año nuevo, tiempo de balances varios... El mundo del boxeo presenció, un evento sin igual este año con el enfrentamiento entre Tyson Fury y Oleksandr Usyk.
La pelea definía al campeón indiscutido de peso pesado, algo que no sucedía desde hace veinticuatro años, cuando Lennox Lewis dejó vacante uno de sus cinturones tras vencer a Evander Holyfield.
Como destaca The Independent, el combate fue algo más que un enfrentamiento deportivo: “Es una experiencia surrealista ver cómo se desarrolla la historia en tiempo real antes de que se convierta en historia”, dijo su especialista en boxeo, Alex Pattle.
Sin embargo, este momento histórico estuvo a punto de no concretarse. Pese a que Fury y Usyk ya parecían estar cerca de acordar un enfrentamiento en mayo de 2024, “las pequeñas disputas por dinero” complicaron los acuerdos iniciales y demoraron el proceso.
Para el otoño de 2023 se confirmó el contrato, pero Fury debía primero superar un desafío previo ante Francis Ngannou, un ex campeón de artes marciales mixtas (MMA) que debutaba en el boxeo.
Ngannou sorprende al mundo y sacude a Fury
El duelo preliminar entre Fury, de treinta y seis años, y Ngannou se convirtió en una de las mayores sorpresas de la historia del boxeo.
Durante las primeras rondas, el debutante logró derribar a Fury en una escena que se calificó como “una de las más impactantes de la historia del boxeo”.
Aunque Fury consiguió alzarse con una polémica victoria por decisión, las consecuencias del combate fueron severas: una lesión en un entrenamiento semanas después frustró su enfrentamiento inicial con Usyk, postergando la pelea definitiva al mes de mayo.
Este retraso, sumado al ritmo irregular de los preparativos, dejó a los fanáticos más escépticos. El medio comentó sobre el ambiente previo al evento:
“Hay un viejo adagio que dice que una pelea no está ‘en marcha’ hasta que ambos hombres están en el ring y suena la primera campana”.
Y solo fue hasta el momento de las caminatas al cuadrilátero que comenzó a sentirse el peso y la intensidad del histórico enfrentamiento.
Entradas al ring: Usyk y Fury, dos personajes opuestos
En el Kingdom Arena de Riad, Arabia Saudita, se vivió un espectáculo inolvidable con las entradas de ambos boxeadores.
El ambiente cambió repentinamente cuando el estadio se sumió en completa oscuridad y se escuchó la música de Usyk, quien ingresó al ring con una chaqueta verde militar y un sombrero con plumas que evocaba a los guerreros cosacos del siglo XVII.
Su promotor, Alex Krassyuk, explicó el contexto histórico del atuendo: “Los guerreros cosacos del siglo XVII, liderados por figuras como Bohdan Khmelnytsky, sirvieron de inspiración para este outfit”, declaró Krassyuk.
Por su parte, Fury mantuvo su estilo único al entrar con un animado espectáculo. Portando una chaqueta verde sin mangas y una gorra hacia atrás, el británico ingresó al ritmo de You Are The First, The Last, My Everything, de Barry White, antes de que la música cabiara a Holding Out For a Hero, de Bonnie Tyler, lo que provocó risas y especulaciones sobre una posible referencia a la película Shrek 2.
El contraste a la hora de las entradas mostraba la diferencia de carácter entre ambos pugilistas: Fury exudaba tranquilidad y carisma, mientras que Usyk parecía un “general marchando hacia el frente de batalla”.
Drama y excelencia en el ring
Una vez iniciado el combate, el enfrentamiento cumplió con todas las expectativas. Usyk, de treinta y siete años, estuvo cerca de noquear a Fury en el noveno asalto, un momento que casi definió la pelea.
Sin embargo, Fury resistió y logró llevar el combate hasta su conclusión. Finalmente, Usyk se impuso por puntos en lo que se calificó como un “clásico instantáneo”.
Pero el evento no estuvo exento de controversias y críticas. Arabia Saudita, un país que busca posicionarse como un centro de poder del boxeo internacional, fue sede del histórico enfrentamiento.
Esta estrategia para fortalecer su presencia en el deporte genera preocupaciones: “No se deben resaltar los aspectos positivos de una noche como la del 18 de mayo sin ignorar los negativos”.
Un legado futuro en el boxeo
Al inicio de la pelea, Evander Holyfield y Lennox Lewis, los últimos competidores por el título indiscutido de peso pesado, estuvieron presentes en el cuadrilátero para entregar simbólicamente el testigo a Fury y Usyk.
Sobre esto, se describió el momento como “un toque histórico adecuado” que unió generaciones del boxeo.
Mientras los fanáticos alrededor del mundo procesan el legado de este enfrentamiento, La revista concluyó que la esencia del evento se centró en los boxeadores:
“Durante un breve momento... fue sobre dos guerreros que han dedicado sus vidas a este deporte, inhalando por última vez antes de competir por el máximo honor”.
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