Los huecos en forma de cráter, muestras de que el Mar Muerto está cada vez más seco

Los expertos preveen que para 2050 quedará solo un pequeño charco con una saturación de sal todavía más elevada

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Los socavones en forma de cráter, muestras de un Mar Muerto cada vez más seco

El aumento de desprendimientos por la sal acumulada del Mar Muerto, el cual se va secando, ya se ha tragado tramos de carretera, playas o complejos turísticos, y genera pozos en forma de cráter en un paraje único que cambia a causa del calentamiento global.

A poca distancia de este lago salado situado en el punto más bajo del planeta, el artista israelí Doron Gazit desplegó un círculo inflable rojo de unos 200 metros de diámetro. La estructura, que rodea una amplia cavidad, muestra la devastación en un área donde estaba el centro vacacional de la comunidad israelí de Ein Guedi, venido abajo por un fuerte desprendimiento.

”Es una metáfora de las venas de sangre de la madre naturaleza” que “pide ayuda a gritos”, explicó Gazit, que desplegó su obra poco antes del Día de la Tierra, que se celebra hoy para concienciar sobre los problemas medioambientales del planeta.

Doron Gazit: artista israelí que alerta sobre el calentamiento global con su trabajo artístico. Detrás suyo, líneas de inflable rojo que rodean un socavón son parte de su obra de denuncia. El aumento de desprendimientos por la sal acumulada de un Mar Muerto que se va secando se ha tragado tramos de carretera, playas o complejos turísticos, y genera socavones en forma de cráter en un paraje único que mengua por el calentamiento global. EFE/Joan Mas
Doron Gazit: artista israelí que alerta sobre el calentamiento global con su trabajo artístico. Detrás suyo, líneas de inflable rojo que rodean un socavón son parte de su obra de denuncia. El aumento de desprendimientos por la sal acumulada de un Mar Muerto que se va secando se ha tragado tramos de carretera, playas o complejos turísticos, y genera socavones en forma de cráter en un paraje único que mengua por el calentamiento global. EFE/Joan Mas

Con su obra escénica alertó del peligro del cambio climático en muchas partes del mundo. Ahora su más reciente creación lo muestra en el Mar Muerto. Tras décadas visitando la zona, está “enamorado” de su belleza, pero se muestra preocupado por la reducción imparable de sus aguas, una tendencia que se aceleró estos últimos años.

Este lago con alta salinidad, diez veces más que el Mediterráneo, pierde cada año “entre un metro y un metro y medio de su nivel del agua”, lo que equivale “a 600 piletas olímpicas por día”, explicó Noam Bedein, director del Proyecto de Revitalización del Mar Muerto, entidad israelí que busca sensibilizar sobre este lugar inigualable.

Según agregó, el encogimiento del Mar Muerto“aumentó en los últimos años debido al cambio climático y las sequías, lo que genera más evaporación” de sus aguas, que bañan Israel, Cisjordania y Jordania.

Shutterstock, el Mar Muerto entre Israel y Jordania
Shutterstock, el Mar Muerto entre Israel y Jordania

A esto se sumó el descenso del caudal del río Jordán, su principal afluente, que solo proporciona “un 10%” del agua, en parte “por el desvío del cauce para fines agrícolas o uso potable”.

En una región con escasez de recursos hidráulicos y atestada por los conflictos, la gestión del agua no es eficaz y la cooperación entre los distintos gobiernos en este ámbito es poca, aseguró Bedein.

Ante todo, el Jordán y los acuíferos que nacen en las montañas de Jerusalén y Hebrón “no son suficientes para mantener el Mar Muerto” y con “el nivel del agua que seguirá bajando en la próxima década”, sin un plan en marcha para solventarlo, puede llegar a quedar seco lamenta.

Esta situación deriva en fenómenos como los pozos, provocados por los depósitos de sal que quedan a medida que desaparece el mar. Debajo hay agua subterránea fresca que brota y disuelve estas capas, causando desprendimientos que dejan vistosos huecos en la superficie.

 Socavón fruto de un fuerte desprendimiento en el kibbutz israelí de Ein Guedi. El inflable rojo que lo rodea es parte de la obra del artista israelí Doron Gazit. El aumento de desprendimientos por la sal acumulada de un Mar Muerto que se va secando se ha tragado tramos de carretera, playas o complejos turísticos, y genera socavones en forma de cráter en un paraje único que mengua por el calentamiento global. EFE/Joan Mas
Socavón fruto de un fuerte desprendimiento en el kibbutz israelí de Ein Guedi. El inflable rojo que lo rodea es parte de la obra del artista israelí Doron Gazit. El aumento de desprendimientos por la sal acumulada de un Mar Muerto que se va secando se ha tragado tramos de carretera, playas o complejos turísticos, y genera socavones en forma de cráter en un paraje único que mengua por el calentamiento global. EFE/Joan Mas

Son de tamaños muy variados y pueden ir aumentando de dimensión. Hay en torno a 7.000 en la orilla occidental y en los próximos años podrían doblarse a 14.000, alertó el geólogo israelí Eli Raz.

Según Bedein, en este área “aparecen cada año unos 700 huecos” que causan “enormes daños” en carreteras, propiedades o la actividad agrícola del área.”Se generan en cuestión de segundos o minutos”, de forma abrupta, comentó Gazit, que los ve como “un preludio” de la amenaza de desastres naturales que se cierne sobre el Mar Muerto y el resto del mundo.

El Mar Muerto, cada vez más seco. EFE/Atef Safadi/Archivo
El Mar Muerto, cada vez más seco. EFE/Atef Safadi/Archivo

Este artista visita desde hace 40 años la zona. “Cambió mucho durante este período”, explicó, evocando sus primeros recuerdos, cuando en muchos tramos el agua “estaba literalmente al lado de la carretera”, en zonas ahora desecadas.

El nivel bajó decenas de metros, y en algunos puntos donde hace apenas 20 años había agua, hoy hay campos de cultivos por ejemplo, de sandías, donde se aprovecha la tierra “rica en minerales” que sí es adecuada para esta fruta, agregó. También da valor al uso terapéutico del ecosistema, “donde la combinación de agua, minerales y sol” sirve para tratar enfermedades crónicas como asma o psoriasis.

Pese a que los cultivos son un brote de vida entre la creciente aridez, Gazit se mostró “pesimista ante el futuro”.

 EFE/Joan Mas
EFE/Joan Mas

Los expertos no prevén una desaparición completa del Mar Muerto, pero creen que “para 2050 quedará solo un pequeño charco” con una saturación de sal aún más elevada.

Bedein, anima a emprender medidas enérgicas para revertir la situación entre las autoridades de la región, “restaurando los cauces de agua históricos” o apoyando proyectos de desalinización.

”Para salvar el Mar Muerto tenemos que gestionar y preservar el agua más adecuadamente, con más profesionalidad. Es el recurso más valioso que tenemos”, apeló ante el Día de la Tierra.

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