La violencia no ha dejado de escalar en el país y un nuevo episodio ha dado paso a la indignación en la sociedad mexicana ante el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en el estado de Chihuahua, quienes trataban de auxiliar a una persona que huía de sus agresores.
Ya que durante la noche del lunes 20 de junio, una persona se refugió dentro de una iglesia perteneciente a dicha orden, pues estaba huyendo de hombres armados. Los padres trataron de ayudarlo, pero al lugar entró José “N”, alias el Chueco, quien los asesinó y trasladó sus cuerpos a otra región.
Estos actos de violencia llegaron hasta los ojos del Vaticano, donde el Sumo Pontífice, Francisco, dedicó sus palabras lamentando estos hechos y en especial la violencia que “no resuelve los problemas, sino que solo aumenta los sufrimientos innecesarios”.
De igual forma en el país fueron numerosas las condenas en contra del gobierno y la estrategia de seguridad que se sigue, entre los que destacó el del expresidente Felipe Calderón, quien criticó el abandono de las autoridades en comunidades del país, además de señalar que “Quien delinque sabe que le espera el abrazo y no el castigo”, haciendo referencia a la estrategia denominada como abrazos no balazos.
Sin embargo, el cineasta Epigmenio Ibarra expresó en su video columna que en México “fondo tocamos desde el momento mismo en qué robó la presidencia” y lo acusó de haber explotado la violencia en su sexenio.
A lo que el exmandatario respondió que se trataba de una estupidez acusarlo porque el responsable había nacido en su sexenio y que esto era lo que habría ocasionado el triple homicidio. Y a esta réplica se sumó la de otro panista, Jorge Triana.
El diputado federal por parte del Partido Acción Nacional (PAN), también se mostró indignado ante los señalamientos de Ibarra y aseguró que siguiendo la misma lógica, los homicidios en los siguientes periodos presidenciales serían culpa de AMLO.
Localizaron los cuerpos de los jesuitas
Los cadáveres de Joaquín César Mora Salazar, Javier Campos y Pedro Eliodoro Palma, los jesuitas asesinados, fueron encontrados en la zona conocida como Pitorreal, ubicada a unos 81 kilómetros (casi dos horas) al norte del templo donde se registró el ataque armado, en la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique.
El hallazgo fue comunicado por la gobernadora del estado Maru Campos, durante la tarde del miércoles. De acuerdo con las investigaciones de la autoridad ministerial, El Chueco es cabecilla de Gente Nueva, brazo armado del Cártel de Sinaloa, y sería el presunto responsable de dicho crimen.
Javier Campos Morales, llamado El Gallo, y Joaquín César Mora, Morita, intentaron ayudar a un hombre que era perseguido por sujetos armados en la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique.
Uno de los sacerdotes trató de calmar al líder criminal, pues le reclamaron que la iglesia “no es un espacio para que se hagan esas cosas, que en ningún lugar se deben de hacer”, ante dicha acción, El Chueco lo ejecutó y después disparó contra los otros dos hombres.
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