Una estrella de la era dorada de Hollywood recurrió al LSD para encontrar "la paz interior"

Nacido como Archibald Leach y convertido en un ícono mundial de la pantalla grande durante la era dorada de Hollywood, Cary Grant ha vuelto a estar en el centro de las miradas gracias a un nuevo documental que se estrenará en el Festival de Cannes, el cual detalla el tratamiento con LSD al que se sometió en medio de un "viaje espiritual" que algunos aseguran terminó costándole la carrera.

Becoming Cary Grant muestra por primera vez un aspecto desconocido del galán de Holywood fallecido en 1986, uno que explora el costado psicodélico de un hombre que se caracterizó por su perfil bajo durante una carrera que se extendió por más de tres décadas.

El documental de la señal Showtime muestra el nacimiento de una de las grandes figuras de Hollywood, convertido en el actor protagónico por antonomasia de su era con su sofisticado acento británico, actitud caballerosa, agudo sentido de la comedia y un estilo actoral ligero pero efectivo que conquistó los corazones de millones de mujeres en largometrajes que compartió con leyendas de la talla de Ingrid Bergman y Audrey Hepburn.

Elogiado por Alfred Hitchcock como el "único actor con quien amó trabajar", Grant atravesaba, hacia fines de los cincuenta, una verdadera búsqueda espiritual que lo llevó a experimentar con terapias que, en ese entonces, eran toda una novedad en el mundo occidental, como el yoga y la hipnosis.

Insatisfecho por los resultados obtenidos, el actor decidió arriesgarse a probar con el ácido lisérgico o LSD, una droga psicodélica creada por primera vez por Albert Hoffman en Suiza en 1938. Su componente químico base, denominado ergotamina y obtenido de un hongo psicodélico, llevó a que el LSD fuese introducido de manera comercial con fines psiquiátricos en 1943 bajo el nombre de Delysid.

Durante la década del cincuenta, la Agencia Central de Inteligencia de los EEUU comenzó a probar la droga en estudiantes y jóvenes miembros del Ejército, dado que se creía que tenía propiedades que permitirían el control mental y podría ser usado a la vez en guerras químicas. Para 1960 se popularizaría entre la contracultura hippie, lo que llevaría a su prohibición.

Grant comenzaría el tratamiento con LSD gracias a la experiencia de su tercera esposa, Betsy Drake, quien lo convenció de iniciar el tratamiento con el Dr. Mortimer Hartman, del Instituto Psiquiátrico de Beverly Hills. Los efectos iniciales reportados por el actor fueron aparentemente asombrosos.

"Durante mis sesiones de LSD, aprendí muchas cosas", aseguró en su momento Grant. "El resultado fue el renacer, finalmente llegué adonde quería estar", agregó el actor, quien –se cree– se sometió a un tratamiento de unas 100 dosis entre los años 1958 y 1961.

El film rescata la fascinación de la época por una droga que prometía tratar de manera definitiva traumas difíciles de resolver mediante tratamientos psicológicos tradicionales, en un contexto donde la búsqueda de nuevas sensaciones y, sobre todo, de respuestas ante preguntas de índole filosófico estaba a la orden del día.

Una nueva escuela de medicina experimental comenzó a aflorar en la costa oeste de los EEUU, con su epicentro en el siempre vanguardista estado de California, donde coincidentemente se originó el movimiento hippie, en ciudades como San Francisco.

Entre 1950 y 1965, a alrededor de 40.000 pacientes se les recetó ácido lisérgico para tratar condiciones tan diversas como alcoholismo, esquizofrenia y el trastorno de estrés postraumático.

"Grant aseguró que fue salvado por el LSD", compartió Mark Kidel, el director del film de Showtime, al periódico británico The Guardian. "Tienes que recordar que Cary era un hombre privado. Rara vez otorgaba entrevistas. Fue él mismo quien, tras tomar ácido, decidió contactar a una revista de la época para contar en público su experiencia".

Kidel recurrió a películas caseras grabadas en 16mm por el propio Grant para poder elaborar el documental, a su vez que utilizó extractos de su autobiografía no publicada. El director asegura que el temor a la intimidad de Grant habría sido alimentado por una relación tormentosa con su madre, quien desapareció de su vida cuando era sólo un niño.

Convencido de que ella había muerto, a los 30 años y ya convertido en una estrella de fama mundial, Grant descubrió que su madre había sido ingresada en un manicomio de Bristol en Inglaterra por su padre, conocido por sus relaciones extramatrimoniales. A pesar de los intentos de Grant de rescatar a su madre, al parecer la relación estaba demasiado desgastada y la salud mental de quien lo había abandonado parecía irrecuperable.

Críticos de cine aseguran que las mejores actuaciones de Grant coincidieron con sus años de uso de LSD, cuando se lo pudo ver conquistando la taquilla a nivel mundial tras haber encontrado finalmente su paz interior. Para 1966, la posesión del ácido lisérgico en los EEUU se volvería ilegal, coincidiendo con el anuncio público del actor que significaría su retirada final de la actuación.

El doctor Hartman, quien fue responsable de los tratamientos con LSD de Grant, recibió 10.000 libras tras la muerte del actor, en una muestra de agradecimiento; a pesar de que la estrella había declarado hacia el fin de su vida que el LSD era sólo "un accesorio de la contracultura", minimizando la importancia de la droga que años antes había asegurado que "le salvó la vida".

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