Estados Unidos bombardeó posiciones de una milicia pro-iraní en Irak, en represalia por el asesinato de dos soldados estadounidenses y uno británico

“La operación está en marcha” y apunta contra instalaciones armamentísticas del grupo Kataib Hezbollah, dijo una fuente de AFP bajo anonimato, sin precisar la localización de los ataques

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Cazas F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (AFP)
Cazas F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (AFP)

Estados Unidos lanzó este jueves ataques aéreos en Irak contra miembros de una milicia chiíta respaldada por Irán apuntada como responsable del ataque con cohetes que mató e hirió a soldados estadounidenses y británicos en una base en el norte de Bagdad.

Funcionarios estadounidenses dijeron que se lanzaron varios ataques contra las instalaciones de armas de Kataib Hezbollah en Irak. Los ataques fueron una operación conjunta con el Reino Unido. Los oficiales hablaron bajo condición de anonimato porque los operativos continuaban.

“La operación está en marcha” y apunta a instalaciones armamentísticas, dijo una fuente de AFP bajo anonimato, sin precisar la localización de los ataques.

“Esta es la respuesta al ataque con cohetes de ayer”, dijo otro funcionario estadounidense a la AFP. “No es una operación de coalición, es una operación específicamente estadounidense”, aclaró.

“Los ataques aéreos han apuntado a posiciones de las Fuerzas de Movilización Popular (Hashd al Shaabi) en múltiples provincias iraquíes, apuntando a centros logísticos y unidades de almacenamiento de drones”, agregó.

Hashd Al Chaabi es una coalición de grupos paramilitares iraquíes proiraníes integrados ahora en el estado iraquí. “Kataib Hezbollah es al menos una de las facciones objetivo”, dijo.

“Los ataques comenzaron a las 01:00 hora local (22:00 GMT) usando varios dispositivos”, agregó otro funcionario estadounidense, quien dijo no tener detalles sobre el número de víctimas.

Mark Esper, jefe del Pentágono (REUTERS/Yuri Gripas)
Mark Esper, jefe del Pentágono (REUTERS/Yuri Gripas)

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, había advertido anteriormente que Washington iba a “castigar a los culpables” después de que alrededor de 30 cohetes fueran disparados el miércoles por la noche contra la gran base de Taji, en los suburbios de Bagdad, que alberga soldados de la coalición internacional antiyihadista.

Dos soldados estadounidenses y un soldado británico murieron en este ataque, que también dejó 14 heridos, entre los que se incluyen estadounidenses, británicos y polacos, cinco de los cuales se encuentran en estado grave.

Estos ataques marcaron una rápida intensificación en las tensiones con Teherán y sus grupos afiliados en Irak, sólo dos meses después de que Irán perpetrara un enorme ataque con misiles contra soldados estadounidenses en una base en Irak.

Con información de AP y AFP

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