¿Juguete sexual o herramienta para coser? Un objeto descubierto en las ruinas del fuerte romano de Vindolanda en Northumberland (Inglaterra) en 1992 podría no ser lo que los arqueólogos habían pensado en un primer momento.
La pieza podría haber sido utilizada como un juguete sexual y sería el único elemento de madera de este tipo de la época romana de tamaño natural conocido, según un reciente estudio científico publicado en la revista Antiquity. El objeto fue descubierto hace 30 años y en un primer momento se interpretó que era un zurcidor para coser, ya que se lo encontró rodeado de zapatos, accesorios de vestir y otras pequeñas herramientas.
Estos materiales junto a más 800 se desecharon en uno de los fosos del fuerte del siglo II. En total de la excavación arqueológica, se han datado unos 2.000 objetos portátiles de madera, principalmente finales del siglo I y II después de Cristo. Las condiciones anaeróbicas de las zanjas donde los moradores del fuerte tiraban sus desechos han permitido “conservar numerosos objetos orgánicos, incluidas tablillas de escritura de madera y un par de guantes de boxeo de cuero. Entre 1970 y 1980, por ejemplo, se encontraron más de 500 tablillas de cera que contenían desde invitaciones a un cumpleaños a peticiones de envío de más cerveza para los soldados.

Otra posibilidad que cotejan los investigadores es que el objeto se utilizara como a mano de mortero, ya fuera con fines culinarios o para moler ingredientes para cosméticos o tratamientos medicinales. Pero el nuevo análisis realizado por los profesores Rob Collins, de la Universidad de Newcastle, y Rob Sands, de la University College de Dublín, han demostrado que es, como mínimo, el primer ejemplo conocido de un falo incorpóreo hecho de madera recuperado en cualquier parte del mundo romano.
“El tamaño del falo y el hecho de que fue tallado en madera plantean una serie de preguntas sobre su uso en la Antigüedad”, explicó Rob Collins, coautor del estudio. “No podemos estar seguros de su función como sí ocurre con la mayoría de objetos fálicos que hacen un uso simbólico de esa forma como amuletos de buena suerte. Sabemos que los antiguos griegos y romanos utilizaban instrumentos sexuales y este hallado en Vindolanda podría ser un ejemplo de ello”, agregó.
El falo de Vindolanda -como así se conoce- mide unos 16 centímetros de largo, pero según los arqueólogos, probablemente era más grande porque la madera -de fresno joven, común en la zona- es propensa a encogerse y deformarse con el paso del tiempo. La mayor parte de los hallados hasta ahora fueron fabricados en metal, piedra, hueso y, ocasionalmente, en cerámica. El consolador en cuestión ha sido fechado entre los años 165 y 200 d. C., lo que lo sitúa en el periodo del emperador Antonino, sucesor de Adriano.
En la época romana las representaciones de los falos eran omnipresentes: en mosaicos, frescos, decoración de vasijas o colgantes. Se han hallado fijados en los muros de edificios públicos y particulares, pero los más numerosos eran los portátiles. Estos podían llevarse en forma de pendientes o de colgantes, pero también también existían con mango decorado.
“Si no se usó como un instrumento sexual, entonces el objeto de unos 2000 años de antigüedad podría haber sido un mortero erecto en forma de pene, o podría haber sido una característica de una estatua que la gente tocaba para tener buena suerte”, según comentan los investigadores. El nivel de conservación del objeto es “muy bueno”, lo que demuestra que no estuvo expuesto a los elementos”, sino que se guardó en el interior de una edificación “durante un período prolongado antes de ser arrojado” al vertedero.
Los arqueólogos son cautos en sus conclusiones: “Interpretar el falo de Vindolanda como parte de una estatua o como un majadero cargado de poder simbólico a través de su forma encuentra claros paralelos en otros objetos del mundo romano y, por lo tanto, no es problemático. Interpretarlo como un instrumento sexual es más difícil y quizá más incómodo para un público moderno. No obstante, debemos estar preparados para aceptar la presencia de consoladores y la manifestación de prácticas sexuales en la cultura material del pasado”.
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