
El descubrimiento de los antibióticos hace más de 80 años ha llevado a mejoras considerables en la salud humana y animal. Aunque la resistencia a ellos por parte de las bacterias ambientales es antigua, se cree que la resistencia en los patógenos humanos es un fenómeno moderno impulsado por el uso clínico de los antibióticos.
Sin embargo, los científicos confirmaron que el staphylococcus aureus desarrolló por primera vez resistencia al antibiótico meticilina hace unos 200 años. Así lo indican en una gran colaboración internacional que incluye a la Universidad de Cambridge, el Instituto Wellcome Sanger, el Serum Statens Institut de Dinamarca y los Jardines Botánicos Reales de Kew, que ha rastreado la historia genética de las bacterias. Este documento se publicó en Nature.
Los especialistas investigaron el sorprendente descubrimiento, a partir de muestreos sobre erizos de Dinamarca y Suecia, los que mostraron que hasta el 60% portan un tipo de MRSA (superbacteria) llamado mecC-MRSA. El nuevo estudio también encontró altos niveles de MRSA en hisopos tomados de erizos en toda su área de distribución en Europa y Nueva Zelanda.
Los investigadores creen que la resistencia a los antibióticos evolucionó en Staphylococcus aureus como una adaptación a tener que coexistir en la piel de los erizos con el hongo Trichophyton erinacei, que produce sus propios antibióticos. El Staphylococcus aureus resistente a la meticilina resultante es más conocido como la superbacteria MRSA. El descubrimiento de esta resistencia a los antibióticos de siglos de antigüedad es anterior al uso de antibióticos en entornos médicos y agrícolas.

“Usando la tecnología de secuenciación, rastreamos los genes que le dan al mecC-MRSA su resistencia a los antibióticos desde su primera aparición, y descubrimos que existían en el siglo XIX”, explicó Ewan Harrison, investigador del Instituto Wellcome Sanger y de la Universidad de Cambridge, autor principal del estudio. El científico añadió: “nuestro estudio sugiere que no fue el uso de la penicilina lo que impulsó la aparición inicial de MRSA, fue un proceso biológico natural. Creemos que MRSA evolucionó en una batalla por la supervivencia en la piel de los erizos y, posteriormente, se propagó al ganado y a los humanos a través del contacto directo”.
Anteriormente se pensaba que la resistencia a los antibióticos en los insectos que causan infecciones humanas era un fenómeno moderno, impulsado por el uso clínico de antibióticos. El mal uso de estos medicamentos ahora está acelerando el proceso, y la resistencia a ellos está aumentando a niveles peligrosamente altos en todas partes del mundo. Dado que casi todos los antibióticos que se usan actualmente surgieron en la naturaleza, los investigadores dicen que es probable que la resistencia a ellos también exista en la naturaleza.
El uso excesivo de cualquier antibiótico en humanos o ganado favorecerá las cepas resistentes del insecto, por lo que es solo cuestión de tiempo antes de que el antibiótico comience a perder su eficacia. “Este estudio es una clara advertencia de que cuando usamos antibióticos, debemos hacerlo con cuidado. Hay un reservorio de vida silvestre muy grande donde las bacterias resistentes a los antibióticos pueden sobrevivir, y desde allí es un paso corto para que sean recogidos por el ganado y luego infecten a los humanos”, señaló el profesor Mark Holmes, investigador de la Universidad de Departamento de Medicina Veterinaria de Cambridge, otro autor principal del informe.

En 2011, un trabajo anterior dirigido por el profesor Holmes identificó por primera vez mecC-MRSA en poblaciones humanas y de vacas lecheras. En ese momento se supuso que la cepa había surgido en las vacas debido a la gran cantidad de antibióticos que se les administra de forma rutinaria.
MRSA se identificó por primera vez en pacientes en 1960, y alrededor de 1 de cada 200 de todas las infecciones por MRSA son causadas por mecC-MRSA. Debido a su resistencia a los antibióticos, el MRSA es mucho más difícil de tratar que otras infecciones bacterianas.
La Organización Mundial de la Salud ahora considera MRSA una de las mayores amenazas del mundo para la salud humana. También es un gran desafío en la ganadería. Los hallazgos no son una razón para temer a los erizos, informaron los investigadores: los humanos rara vez se infectan con mecC-MRSA, a pesar de que ha estado presente en los erizos durante más de 200 años. “No son solo los erizos los que albergan bacterias resistentes a los antibióticos: toda la vida silvestre porta muchos tipos diferentes de bacterias, así como parásitos, hongos y virus -informó Holmes-. Los animales salvajes, el ganado y los humanos están todos interconectados: todos compartimos un ecosistema. No es posible comprender la evolución de la resistencia a los antibióticos a menos que observe el sistema completo”, concluyó.
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